El 25 de noviembre es el Día Mundial Contra la Violencia de Género (también llamada violencia machista). Aunque la ONU lo denomina Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. No solo incluye los asesinatos de mujeres de todo el mundo por sus parejas o exparejas, que en España en 2019 fueron 55 víctimas y en 2020 (hasta el 13 de noviembre) han sido 41 (y, por desgracia, puede aumentar el número). Es “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.” Y todo por la única razón de ser mujer.

Por supuesto entre las novelas que hemos leído es un tema bastante recurrente. Aparecen abusos, maltrato psicológico y físico, acoso, violaciones, asesinatos… cometidos por hombres que son sus maridos, novios, exparejas, proxenetas, jefes, compañeros de trabajo… Probablemente en la recopilación algunas se hayan quedado fuera, pero es que he intentado poner los libros que me parecen más relevantes (si no la entrada se haría demasiado larga). Y también podría ser que se me haya pasado alguna reseña… Pero creo que todos estos libros pueden concienciarnos de que ha sido y es un problema muy grave, y que hay que acabar con esta lacra y esta desigualdad.

Dentro del matrimonio o la pareja

Una de las primeras que trató el tema del maltrato en el matrimonio fue Anne Brontë, en La inquilina de Wildfell Hall. Y presenta una situación bastante agobiante, con maltrato psicológico, físico e incluso económico. También aparecen otros comportamientos que casi se consideran normales en la novela, por la total subordinación de la esposa en esa época. El tema de hombres que maltratan a las mujeres con las que se casan, porque en anteriores épocas pasaban a ser directa y prácticamente una propiedad de sus maridos, se puede ver también en novelas como Un matrimonio perfecto, de Elizabeth von Arnim, o Harriet, de Elizabeth Jenkins. O en David Copperfield, de Charles Dickens.

Pero, por supuesto, también encontramos mujeres emparejadas sufriendo violencia en novelas más contemporáneas. Brilla todo lo que puedas, de Sara Rattaro, está basada en una historia real y refleja la situación de la violencia de género en Italia (que por suerte algo ha mejorado, porque la ley no las protegía en nada y del entorno tampoco se podía esperar mucho). Otra historia real se cuenta en Prohibido nacer, de Trevor Noah, donde una mujer negra de Sudáfrica tiene que soportar por un lado el racismo de la sociedad y por otro el machismo de su pareja. Ana, de Roberto de Santiago, es ficción, pero trata en parte sobre un divorcio (y también alguna relación muy tóxica) y cómo a veces la mujer maltratada prefiere no denunciar. O en Qué vas a hacer con el resto de tu vida, de Laura Ferrero, un ejemplo de que a veces no está tan claro el maltrato.

Además, podemos encontrar una situación de violencia de género desde el punto de vista de una menor, que no lo entiende, como en Monstruo de ojos verdes, de Joyce Carol Oates. Esta autora también reflejó cómo lo sufrió su propia abuela, en La hija del sepulturero. En La vida escondida entre los libros, de Stephanie Butland, se refleja lo que pasa en un matrimonio y en una relación más superficial. Pero para saber lo que es acosar y agobiar sin que el resto de los personajes lo vea así (hasta creen que es romántico), un gran ejemplo es Siempre tuyo, de Daniel Glattauer.

Violencia en general

Son libros que no se centran en lo que pasa en la pareja (pero puede aparecer). Puede ser que presenten un caso concreto o que reflejen experiencias de varias mujeres. O de toda la sociedad, aunque sea distópica, como en El cuento de la criada, de Margaret Atwood, y su continuación, Los testamentos. En el ensayo Mujeres y poder, de Mary Beard, se hace un corto repaso de cómo se ha intentado acallar las voces de las mujeres desde la antigüedad, llegando a amenazas y agresiones (y actualmente continúa, porque ella misma explica lo que ella y otras mujeres tienen que sufrir en las redes sociales).

También podemos comprobar que se remonta a tiempos muy antiguos lo de tener sometidas a las mujeres y maltratarlas, aunque las novelas que nos lo explican sean bastante modernas. Como es el caso de Circe, de Madeline Miller, o La casa de los nombres, de Colm Tóibín, que tratan sobre la antigua Grecia. Pero es que, además, ya Victor Hugo reflejó en Notre-Dame de París (1831) lo que siente una mujer andando sola por las calles de noche o cómo algunos hombres se creen con derecho a secuestrarlas o violarlas porque creen que son suyas. O en una época más reciente, como en Érase una vez la taberna Swan, de Diane Setterfield.

Los divinos, de Laura Restrepo, se centra en un caso real, sobre unos hombres que se creen con derecho a hacerle cualquier cosa a una mujer, a la que llegan a matar. Y en Basta con vivir, de Carmen Amoraga, la trama refleja cómo funciona una red de trata de mujeres para prostituirlas. En el libro Lo mejor de la vida, de Rona Jaffe, aparece el acoso en el trabajo. Y La vegetariana, de Hang Kang, retrata el machismo de la sociedad coreana, que por supuesto incluye sumisión hacia el marido y no es raro el maltrato.

En La catadora, de Rosella Postorino, se comprueba que los nazis también despreciaban a las mujeres. En El ministerio de la felicidad suprema, de Arundhati Roy, aparece mucha violencia por la guerra de Cachemira, pero también hacia las mujeres. El Paraíso de las Damas, de Émile Zola, es una novela donde se ve qué cosas tienen que hacer las mujeres para obtener un sueldo decente (o directamente no quedarse sin trabajo o no morirse de hambre). Y en El honor perdido de Katharina Blum, de Heinrich Böll, lo que llega a sufrir una mujer por ser «noticia» en la prensa.

La flor púrpura, de Chimamanda Ngozi Adichie, refleja cómo es vivir con un padre déspota, que también maltrata a su esposa. En Del color de la leche, de Nell Leyshon, las mujeres siempre dependen de alguien, y el trato puede ser horrible. Recuerdos del futuro, de Siri Hustvedt, es una autobiografía novelada, que describe cómo es bastante frecuente que las víctimas de abusos o agresiones sexuales guarden silencio. Y Cómo ser mujer, de Caitlin Moran, también autobiográfico, que casi se puede considerar un repaso a casi todo lo que te puede pasar por el simple hecho de ser mujer (en este caso, en Gran Bretaña), y que ha sido prohibido o censurado en algunos países.

Algo que me llamó la atención en algunos libros fue cómo se «deshacen» de las mujeres que resultan problemáticas mandándolas a manicomios o sanatorios como si estuvieran locas. Y todo por salirse de los roles en los que deberían encajar (buena madre / esposa / hija). Esto aparece en La extraña desaparición de Esme Lennox, de Maggie O’Farrell, (y también otros tipos de violencias), y en El vestido azul, de Michèle Desbordes, que es el caso real de la pintora Camille Claudel. En La vida invisible de Eurídice Gusmão, de Martha Batalha, no se llega a esos extremos, pero sí llegan a anularlas de otras formas.

También hay muchas novelas donde se demuestra que lo que es malo para los hombres, suele ser peor para las mujeres. Como en Tierra americana, de Jeanine Cummins, sobre la peligrosa migración desde el sur hacia Estados Unidos; La vida cuando era nuestra, de Marian Izaguirre, que refleja los abusos que sufren las mujeres por hombres con poder; y El abogado de pobres, de Juan Pedro Cosano, una historia sobre casos que se tenían que resolver en el siglo XVIII, donde casi todas las penas eran peores para las mujeres, y, si eran pobres, más todavía.

Y, por supuesto, mención especial a las historias sobre “brujas” y sobre cómo las trataban. Aunque pudiera haber dudas (poco probable…), no merecían en ningún caso ser tratadas así. Se pueden encontrar historias que son en gran parte ficción, como Las malditas, de Stacey Halls. O relatos sobre lo que pasó de verdad y lo injusto que eran esos juicios de brujas, como en parte de los textos que se reunieron en Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920).

Novelas de misterio / negras / suspense

En estas novelas es bastante frecuente que aparezca la violencia machista, por eso se merecen un apartado para ellas solas. Puede ser que tengan que ver mucho con la trama, porque el culpable es el marido / pareja / hombre obsesionado… o que sea el desencadenante de algo (como, por ejemplo, una venganza). O puede ser que las protagonistas o algún personaje sufra uno o más episodios violentos sin que realmente formen parte del misterio principal. Pero es un reflejo de la sociedad.

Para no destripar la trama, solo pondré algunas de las novelas, sin explicar a qué categoría pertenecen:

Maria quiere ser tu amiga, de Laura Marshall.  Años después de que dieran por muerta a Maria, puede que haya vuelto para vengarse, o no…

Pequeñas mentiras, de Liane Moriarty. Una historia con un posible asesinato, violencia hacia las mujeres, y muchas mentiras…

La paciente silenciosa, de Alex Michaelides. Tras el asesinato de su marido, Alicia lleva seis años sin hablar…

1793, de de Niklas Natt och Dag. Tras descubrir un cadáver, empieza una investigación que va mostrando cómo era la vida y la muerte en 1793 en Estocolmo.

Enigma para divorciadas, de Patrick Quentin. Una mujer rica invita a su mansión a unos amigos, y nada más juntarse empiezan las desgracias…

No llores por un beso, de Mary Higgins Clark. Una periodista se pone a investigar lo que pasa en una importante cadena de televisión…

El secreto del olmo, de Tana French. Mientras se recupera de una paliza, Toby regresa a la casa donde pasó muchos veranos…

Si esto es una mujer, de Lorenzo Silva y Noemí Trujillo. Una inspectora regresa al trabajo para encargarse de un caso que no avanza…

El montacargas, de Frédéric Dard. Un clásico de la novela negra francesa. Una historia que empieza con un encuentro algo peculiar…

La mujer del camarote número 10, de Ruth Ware. Si eres testigo de algo y nadie te cree, ¿qué harías?

Annabelle, de Lina Bengtsdotter. Una joven desaparece, y la encargada de resolver el caso se ve obligada a regresar a su pueblo natal y a recordar…

El crimen de las medias de seda, de Anthony Berkeley. Una novela de detectives clásica, en los años 30, con detective aficionado que también es escritor…

Recetas para amar y matar, de Sally Andrew. Una historia plagada de recetas, de buena comida, mucho amor, y una dosis de misterio.

Escrito en el agua, de Paula Hawkins. Una novela coral, sobre las mujeres, sobre los abusos que sufren, sobre los secretos…

La vecina del tercero derecha, de Eugenia Dalmau. Una novela con suspense y humor, con asesinatos, relaciones vecinales, maldad, amistad…

Cuídate de mí, de María Frisa. Una novela de suspense centrada en una unidad contra la violencia de género, los delitos sexuales y la pederastia.

El dulce veneno del jazz, de Charlotte Carter. Una novela negra con una detective atípica, que no tiene más remedio que actuar ante las dificultades.

Escóndete, de Lisa Gardner. Annabelle se ha pasado toda la vida huyendo sin saber de qué. Y cuando creen que está muerta decide dejar de esconderse.

Puerto escondido, de María Oruña. Una historia de intriga, en la que se comprueba cómo los hechos del pasado pueden acabar saliendo a la luz.

Tan tuyo como tu muerte, de Emili Bayo. Una historia de suspense, con mucha psicología, giros sorprendentes, y un detective enfermo terminal.

La novia gitana, de Carmen Mola. Un caso impactante que parece una copia de uno antiguo. ¿Es un imitador o fue condenado un inocente?

La novia ahorcada en el país del viento, de Rafael Jiménez. Una novela de ficción que empieza con un hecho real que sigue sin estar resuelto.

Confusión, de B. A. Paris. Una mujer que se siente culpable, que empieza a olvidar cosas, y que también siente que la vigilan…

Gokumon-tō. La isla de las puertas del infierno, de Seishi Yokomizo. Según los lectores japoneses, la mejor novela de misterio de Japón.

El aniversario, de Imma Monsó. Una historia sencilla, pero con una intriga que atrapa, por los pequeños y grandes misterios de la novela…

Te dejé ir, de Clare Mackintosh. Una novela de suspense, donde nada es lo que parece y es una buena visión de cómo funciona el maltrato psicológico.

Mujer policía busca problemas, de Amy Stewart. La continuación de Una chica con pistola, para saber cómo sigue la vida de las fabulosas hermanas Kopp.

Por encima de la lluvia, de Víctor del Árbol. Una historia sobre el viaje más importante: el de vivir siempre intensamente.

Sin rastro, de Caroline Eriksson. Una novela de suspense psicológico, donde nada es lo que parece, y no te puedes fiar ni de la narradora…