Sinopsis
Amy Stewart vuelve a la carga con otra inolvidable aventura protagonizada por las aguerridas hermanas Kopp. En 1915, nadie esperaba que una mujer persiguiera a los fugitivos de la ley por las calles de Nueva York, pero Constance Kopp no hizo nunca lo que los demás esperaban de ella. Tras salir en todos los periódicos cuando, junto a sus dos hermanas, plantó cara al dueño de una fábrica y a sus matones, el honorable sheriff Heath decidió nombrarla su ayudante, convirtiéndola así en una de las primeras oficiales de policía del país. Pero cuando las tretas de un timador empiezan a cuestionar su capacidad para estar a la altura del puesto, poniendo así en peligro su sueño de una vida mejor, Constance tendrá que redoblar los esfuerzos para demostrar su valía, aunque para ello tenga que amenazar a su jefe con encerrarle en su propia cárcel…
Basada en la historia real de las hermanas Kopp, Una chica con pistola acercó las vidas de las inimitables Constance, Norma y Fleurette a miles de entregados lectores. Esta segunda novela de la serie, que rezuma aún más frescura y optimismo que su predecesora, nos presenta las nuevas y emocionantes peripecias de unas mujeres excepcionales que, a fuerza de desafiar con valentía todas las convenciones de la época, consiguieron labrarse su propio y singular destino.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque me gustó mucho la primera novela, Una chica con pistola, así que en cuanto lo vi me decidí a leerlo.
¿Mereció la pena?
Sí, mucho. Me encanta cómo narra las peripecias de Constance Kopp, de una forma fresca y divertida, con una fina ironía, y al mismo tiempo una cierta inocencia. Porque así es Constance, que aun viviendo en 1915 a veces se sorprende de que no la consideren capaz de hacer ciertas cosas por ser mujer. Y se calla demasiado lo que piensa, pero qué cosas piensa y hace… Al igual que en el primer libro, parte de la historia está sacada de artículos de prensa y registros de la época, el resto está novelado por la autora. Al final del libro explica qué hechos son reales y cuáles son fruto de su imaginación, y resulta muy curioso.
Es una historia con partes muy divertidas, como cuando las tres Kopp comentan un artículo sobre Constance, que deja claro que en esa época los periodistas tenían la máxima de “que la verdad no te estropee una buena historia que te acabas de inventar”. Pero otras no tanto, porque presenta también situaciones duras sobre maltrato, estafas y engaños, injusticias, problemas matrimoniales, problemas de gente que no puede pagar los servicios de un médico, gente que prefiere estar en la cárcel antes que estar libre… Y curiosidades, como que en el condado de Bergen (y probablemente en otros sitios) si un preso se escapa y el sheriff no lo atrapa, el mismo sheriff corre peligro de acabar ocupando su celda.
Constance es la protagonista absoluta y la que cuenta la historia. Se le da muy bien ser ayudante del sheriff Heath, y cuidar de las presas, pero como investigadora todavía está un poco verde. Es muy leal, y a pesar de aspirar a no ser la típica mujer ama de su casa o tener un trabajo más “femenino”, sigue teniendo momentos en los que es demasiado recta y sigue la moral de la época. Norma tiene unas ideas extrañas, su vida gira en torno a las palomas, y es la que ve todos los peligros, pero también se le daría bien investigar… Fleurette es la más joven y tiene una cierta rebeldía, pero es la que más gracia me hace, porque es caprichosa sin resultar cargante y (casi) siempre se sale con la suya. El sheriff me caía mejor en el primer libro, pero no quiero destripar nada.
Las únicas pequeñas pegas que le pondría son dos. Por un lado, que me hubiera gustado que salieran más Norma y Fleurette, como en el primer libro, porque siempre aportan más humor que Constance, y las tres juntas son estupendas. Que está muy bien que aparezcan nuevos personajes, como Carrie, la periodista, o algunas de las presas, pero eché en falta que salieran un poco más. Y, por otro lado, que me parecía que se excedía en explicar lo que había pasado en el primer libro. Tampoco es que lo haga de forma exagerada, pero como me acordaba de la que había pasado, se me hacía un poco repetitivo, y yo lo que quería era avanzar en la historia. Pero como decía, eso no ha impedido que disfrutara mucho del libro.
¿A quién se lo recomiendo?
A la gente que haya leído la primera entrega, porque merece la pena continuar leyendo las peripecias de estas mujeres. Y a los que quieran saber cómo era la vida en 1915, en la zona de Nueva York y Nueva Jersey, para los que delinquían y las fuerzas del orden, para las mujeres, y sobre todo la vida de unas mujeres que no terminan de encajar en el papel que se espera de ellas. Aunque creo que es imprescindible conocer a las hermanas Kopp desde el principio, es decir, leyendo Una chica con pistola.
Ritmo de lectura
Bastante rápido, pero con el sentimiento contradictorio de no querer que se acabara, quería que durara más.
¿Leerías algo más de la autora?
Segurísimo. Creo que ya existe una tercera entrega, y seguro que me la leeré. Esa y todas las que publique de las hermanas Kopp. También tiene otros libros sobre botánica, esos creo que no me interesan tanto.