Sinopsis
Tras cautivar a veinte millones de lectores en todo el mundo con La chica del tren, Paula Hawkins vuelve con una apasionante novela sobre las historias que nos contamos al recordar nuestro pasado y su poder para destruirnos. Pocos días antes de morir, Nel Abbott estuvo llamando a su hermana, pero Jules no cogió el teléfono, ignoró sus súplicas de ayuda. Ahora Nel está muerta. Dicen que saltó al río. Y Jules se ve arrastrada al pequeño pueblo de los veranos de su infancia, un lugar del que creía haber escapado, para cuidar de la adolescente que su hermana deja atrás. Pero Jules tiene miedo. Mucho miedo. Miedo al agua, miedo de sus recuerdos enterrados largo tiempo atrás, y miedo, sobre todo, de su certeza de que Nel nunca habría saltado… No te fíes nunca de una superficie en calma, no sabes lo que puede haber debajo.
¿Por qué me decidí a leerlo?
En realidad, no tenía muchas ganas de leerlo. Me leí La chica del tren y no me pareció tan especial, y, además, leyendo otras opiniones no parecía que estuviera muy bien. Pero cada vez encontraba más opiniones en contra y tuve curiosidad por saber a qué venía tanto rechazo.
¿Mereció la pena?
Pues no sé si por llevar la contraria, pero me gustó más de lo que pensaba. Me enganchó, y eso que al principio me pareció liosa la historia. Es una novela con muchos personajes, cada uno contando cómo se sienten y lo que les va pasando, y además con saltos en el tiempo para saber qué pasó en distintas épocas. La trama está formada por varias historias, aparte de la de Nel y Jules, algunas tienen poca relación con la historia principal, y eso hace que el libro sea todavía más desconcertante. Pero una vez que me aclaré e identifiqué mejor a los personajes, la trama me enganchó.
Me ha gustado por sus historias, las de las mujeres que sufren desprecios, abusos, violaciones, violencia… por parte de los hombres. Después se sienten culpables, avergonzadas o creen que no van a ser comprendidas, y por eso ocultan a los demás lo que ha pasado. Y las otras personas no son capaces de entender esos comportamientos extraños, o el por qué se alejan de sus familiares y amistades. Pero no solo refleja los problemas causados por los hombres, también aparece el rechazo o la incomprensión de otras mujeres.
Y hay secretos, muchos secretos. Que se guardan por vergüenza, o por lealtad mal entendida. Algunos se cuentan, pero se prefiere negarlos antes que aceptarlos; otros se han ocultado mucho tiempo, y cuando se descubren traen nuevos problemas. También hay malentendidos con esos secretos, porque te puedes sentir traicionado si crees que alguien sabía lo que te pasó y no hizo nada. O dejarte llevar por conclusiones precipitadas. Además, aparece el arrepentimiento por no haber actuado de otra forma. Y siempre aparece el agua, que atrae o que repele.
Creo que una de las razones por las que tiene tan malas críticas es por haberla vendido como si fuera una novela de suspense como La chica del tren, porque no lo es. Y eso puede resultar una decepción. Aunque hay “pequeños” misterios, es una historia demasiado coral para que enganche de la misma forma. El final sí que se puede considerar de suspense, porque todo se acelera hasta el desenlace, para descubrir todas las verdades. Aunque queda algún cabo suelto, pero son más bien los personajes los que no descubren todo. El lector se queda con menos dudas.
¿A quién se lo recomiendo?
A la gente que le guste leer sobre historias de mujeres, con algo de intriga. Abstenerse amantes de historias con mucho suspense, porque no tiene mucho, y probablemente decepcionará a los que quieran algo parecido a La chica del tren.
Ritmo de lectura
Justo las primeras páginas me engancharon, luego ya no tanto y lo dejé un poco de lado. Según avanzaba me fue interesando más y el final lo leí bastante rápido.
¿Leerías algo más de la autora?
Pues no sé, tengo mis dudas, pero más bien por La chica del tren, porque su suspense no me engancha tanto. Tendré que ver de qué trata su siguiente novela.