Sinopsis
Mary, una niña de quince años que vive con su familia en una granja de la Inglaterra rural de 1830, tiene el pelo del color de la leche y nació con un defecto físico en una pierna, pero logra escapar de su condena familiar cuando es enviada a trabajar como criada para cuidar a la mujer del vicario. Entonces, tiene la oportunidad de aprender a leer y escribir, de dejar de ver «sólo un montón de rayas negras» en los libros. Conforme deja el mundo de las sombras, descubre que las luces pueden resultar incluso más cegadoras, por eso, a Mary sólo le queda el poder de contar su historia.
Leyshon ha recreado con una belleza trágica un microcosmos apabullante, poblado de personajes singulares; todo ello, enmarcado por un entorno bucólico que fluye al compás de las estaciones y las labores de la granja, que cobra vida con una inocencia desgarradora gracias al empeño de Mary de dejar un testimonio escrito del destino adquirido, al cual ya no tiene la posibilidad de renunciar.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Alguien me lo recomendó y lo primero que me gustó mucho fue su título, me llamó mucho la atención. Así que, entre la recomendación, el título y luego la sinopsis me decidí a leerlo.
¿Mereció la pena?
Me ha gustado muchísimo esta novela de una niña que vive en la Inglaterra rural de 1830, que no es una niña normal por el color de su pelo y por una deformidad física. Y una de las cosas que más me ha gustado es la sencillez de vocabulario, ya que la autora nos está reproduciendo el pensamiento y el lenguaje de una niña de 15 años. Pero a pesar de la sencillez y la dulzura de las cosas que cuenta y cómo las cuenta, es una novela dura, porque Mary está atrapada en la sociedad en la que vive, donde las mujeres siempre dependen de alguien. Y primero lo hace de su padre, para luego pasar a depender del vicario, siempre obligada a trabajar, y a veces a otras cosas.
Mary es analfabeta, pero nos cuenta cómo aprende a leer y escribir. De hecho, nos está dejando esta historia por escrito y nos dice que la escribe de su puño y letra, y es muy bonito el momento donde nos narra la primera palabra que aprende, como si fuera un momento mágico para ella. Una cosa muy original del libro es que cuando empieza no tiene mayúsculas, está lleno de frases cortas e infantiles y, poco a poco, según la protagonista va aprendiendo a leer, aparecen los signos de puntuación y las frases ya son más elaboradas. La autora nos enseña así el aprendizaje de Mary.
Me ha encantado la protagonista, he empatizado mucho con ella y lo que más me gustaba era que no se callaba ni debajo del agua. Es sincera, buena niña, y por eso he sufrido mucho con las cosas malas que le pasan, sobre todo por ser mujer. La autora hace un homenaje con esta historia a todas esas niñas a las se consideraba mulas de carga y solo servían para trabajar. Y a todas las mujeres silenciadas no solo por la injusticia social de nacer mujer y pobre, también a las que se silenció con agresiones y dolor.
¿A quién se lo recomiendo?
A todos los que os gusten los libros que cuando los lees te provocan ternura, aunque te estén desgarrando por dentro por lo que cuentan.
Ritmo de lectura
Muy rápido.
¿Leerías algo más de la autora?
Claro que sí.