Sinopsis
El ministerio de la felicidad suprema nos embarca en un viaje íntimo de muchos años por el subcontinente indio, de los barrios masificados de la Vieja Delhi y las carreteras de la ciudad nueva a los montes y valles de Cachemira y más allá. La historia empieza con Anyum en un cementerio al que llama hogar. Nos encontramos con la extraña e inolvidable Tilo y los hombres que la amaron, incluido Musa, novio y exnovio, amante y examante, sus destinos están tan entrelazados como estaban y estarán para siempre sus brazos. Conocemos al casero de Tilo, un antiguo pretendiente, en la actualidad oficial de inteligencia destinado en Kabul. Y conocemos a las dos Miss Yebin, la primera es una niña que nace en Srinagar y es enterrada en el atestado Cementerio de los Mártires; a la segunda la encuentran a medianoche, abandonada en la acera en el corazón de Nueva Delhi.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Hace veinte años que leí el primer libro de Arundhati Roy, El dios de las pequeñas cosas, que me gustó mucho y desde entonces no había publicado ningún libro de ficción. En cuanto me enteré de que salía este al mercado, me lancé a comprarlo. La autora, además de arquitecta y escritora, es una gran activista india que al principio de su carrera empezó como guionista de películas, series de televisión y documentales. El dios de las pequeñas cosas fue su primera novela, un relato semiautobiográfico con el que ganó el Premio Booker en 1997. Como activista, ha publicado ensayos sobre el poder público, el capitalismo, la globalización, la injusticia social, la inseguridad, la guerra, las pruebas nucleares. En 2004 ha sido galardonada con el Premio Sídney de la Paz por su contribución al pacifismo.
¿Mereció la pena?
A mí me ha gustado mucho esta historia de amor y de guerra, con protagonistas que el mundo ha roto, pero que al final son capaces de recomponerse precisamente por la fuerza del amor. Cuenta la historia de dos mujeres, al principio por separado y después juntas, pasado más de la mitad del libro.
Por un lado, está Anyun, que es un hijra, una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, es decir, una mujer transgénero. Los hijra son personas del tercer sexo, no son ni hombres ni mujeres, y algunos se someten a operaciones quirúrgicas. En la India están presentes desde hace siglos y así lo atestiguan escritos antiguos, pero no por ello son aceptadas. Por otro lado, está Tilo, una joven estudiante de arquitectura que llega a ser activista política y está bastante desengañada de la sociedad y también del amor. Estas dos tramas argumentales se entrecruzan por la aparición de un bebé abandonado. En un cementerio las dos mujeres improvisan su casa y «el ministerio de la felicidad suprema». Una da clases a los niños de las castas inferiores, y la otra reconforta a los intocables, ayudándoles a recobrar su autoestima.
En medio de la historia de Anyun y Tilo, aparece la guerra de Cachemira, una guerra que parecía no existir y que en la década de los 80 vivió su peor momento. Ejército e insurgentes, divididos en mil grupos, asesinaron a muchas personas. Sobre todo del pueblo, porque los pilló en medio de todo. Una gran mayoría del pueblo simpatizó con los insurgentes, ya que el terror del Estado llegó a cotas insospechadas de horror. En Cachemira viven aún ahora en una aparente paz que de vez en cuando se rompe.
En esta novela la autora explica muy bien los nacionalismos y los asesinatos que se amparan en ellos, así como las locuras colectivas. También se habla del acoso y violación a las mujeres, sobre todo a las que son independientes; y de la minoría musulmana de la India y cómo se la masacra sistemáticamente. La violencia es el gran problema que ve la autora en la India, y de ella no se ha salvado ninguna acción política ni religiosa, todas han cometido crímenes horrorosos.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que quieran conocer un poco de historia de una India convulsionada con sus diferentes conflictos sociales, políticos, religiosos y económicos. Y que quieran conocer con más detalle el conflicto indo-pakistaní o conflicto de Cachemira, que desde 1947 hasta nuestros días lleva ya cuatro guerras.
A los que les guste que en los libros haya realismo mágico, pero solo cuando nos cuenta cosas imaginarias como sueños o leyendas, porque no altera nunca la realidad con hechos fantásticos.
También a los que, como a la autora, les guste el activismo político. Aquí se reivindica la independencia de Cachemira, también la defensa del medio ambiente, el derecho de los pueblos a resistir ante la barbarie del Estado, y la abolición de las castas en la India, que tiene a millones de parias totalmente marginados.
Ritmo de lectura
Rápido, me he metido enseguida en la trama y los personajes me han gustado mucho. Además, la prosa que utiliza la autora me ha parecido muy buena.
¿Leerías algo más de la autora?
Claro que leeré su siguiente novela, eso sí, espero que no tarde otros veinte años en publicarla.