El secreto del olmo de Tana French

El secreto del olmo - Tana FrenchThe Witch Elm - Tana French

Sinopsis

Toby es un tipo con gancho y pocas preocupaciones en la vida. Acaba de librarse de una buena en el trabajo y está celebrándolo con los amigos cuando la noche toma un derrotero que le cambiará la vida: sorprende en su casa a dos ladrones que le pegan una paliza y lo dan por muerto. Mientras lucha por recuperarse de secuelas y empieza a comprender que tal vez nunca vuelva a ser el mismo, busca refugio en la vieja casa familiar, donde irá a cuidar de un tío suyo moribundo. Hasta que descubren un cráneo en el tronco hueco del olmo que hay en el jardín. Conforme la policía va estrechando el cerco, se verá obligado a encarar la posibilidad de que su pasado no sea el que siempre había creído. Un fascinante «standalone» de una de las mejores plumas de suspense de nuestros tiempos, El secreto del olmo se pregunta en qué nos convertimos y de qué somos capaces cuando dejamos de saber quiénes somos.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Porque me gustan las novelas de esta autora, como Intrusión. En cuanto lo vi quise leerlo, así que ni me fijé en la sinopsis, e igual debería haberlo hecho para saber lo que me esperaba, porque tal vez me hubiera venido mejor leerlo en otra época.

¿Mereció la pena?

Como novela psicológica está muy bien, pero me esperaba mucho más suspense. Y creo que en esta época de confinamiento no ha sido la mejor lectura, por profundizar tanto en algunas miserias humanas. Lo de sufrir por las personas, y más en una novela psicológica, me lo esperaba. Pero sí que me sorprendió mucho llegar a sufrir por un árbol, que creo que no me había pasado nunca con un libro. Y tampoco es que me haya hecho mucha ilusión conmoverme por eso. En este caso, ha sido por un olmo montano de 200 años, y también alguna que otra planta más. El final me ha parecido en parte adecuado a la historia, pero también me ha dejado con una sensación algo incómoda, por no dejarlo todo cerrado como me hubiera gustado.

El suspense no me ha parecido mucho por varias razones. Para empezar, porque Toby está narrando lo que pasó cuando todo ha terminado, y da algunas pistas, pero sin concretar, sobre cómo todo eso le cambió la vida y cómo cambiaron algunas de sus relaciones, y así, por lo menos para mí, pierde algo de emoción. Otra razón fue el ritmo. En general me he sentido como en una montaña rusa, en la que cuando parece que va a acelerar la trama (subida lenta) y empezar con un ritmo vertiginoso que me enganchara totalmente (bajada rápida), de repente vuelve a llegar a una zona tranquila (meseta) y otra vez a esperar que pase algo que haga que la historia avance (nueva subida). Y también por centrarse mucho sobre lo que sienten o sintieron, y muchas justificaciones, que servían para conocer mejor a los personajes, pero a mí me hacía casi olvidar la trama de misterio.

Y lo fundamental, que hizo que casi no pueda considerarla una novela de suspense, fue lo relegada que quedaba la trama de misterio. Me esperaba más protagonismo de la investigación (o investigaciones) por otras novelas de la autora, pero casi no sabemos nada sobre qué va descubriendo la policía, solo lo que cuentan a Toby, el protagonista absoluto y narrador en primera persona. Pero eso también hace que la historia sea mucho más original, por estar contada desde el punto de vista de un posible sospechoso, que no puede fiarse de su memoria y que parece bastante manipulable. Tampoco está mal comprobar los efectos de los «juegos» que se traen los inspectores intentando conseguir confesiones y averiguar qué ha pasado. Igual viéndolo desde la perspectiva profesional puede parecer hasta brillante, pero desde el que lo sufre puede llegar a ser insoportable y cruel, y, a veces, los efectos no son los esperados.

Por otro lado, no haber leído la sinopsis sí que aumentó el suspense, porque no sabía lo del cráneo en el árbol. Eso fue lo que más me enganchó en las primeras páginas, porque quería saber qué pasaba o había pasado con algo de una calavera. Al principio Toby insinúa algo, pero tarda bastante en contar cómo fue el descubrimiento (como lo leí en digital, sé que fue al llegar al 33% más o menos) o de quién es el cráneo, qué se supone qué pasó… Porque antes quiere contar el «principio» de la historia, o más bien, a partir de cuándo su vida cambió, por las secuelas de una paliza. Desde ese momento su vida ya no es la misma ni él se siente como antes, y es el peor momento para que se descubran ciertos hechos del pasado. Y a mí me eso me resultaba frustrante. Quería que dejara de andarse por las ramas y contara de una vez qué había pasado.

Lo mejor sin duda son los personajes, porque me parece que están muy bien conseguidos, y eso casi me hacía olvidar que lo que yo buscaba era mucho suspense. Toby me caía bien a ratos, y otros no tanto, pero entendía gran parte de sus dilemas y decepciones. Mi personaje favorito era su tío Hugo, así que resultó muy duro toda la parte del cáncer terminal. Su primo Leon me ponía muy nerviosa, por su forma de ser y tanta droga (aunque al parecer en Irlanda es bastante frecuente consumir todo tipo de drogas, lo de él ya era una exageración), y su prima Susanna, también un poco, por ser tan segura de sí misma. Melissa, su novia, me parecía que tenía demasiado aguante y era demasiado buenaza. El resto de los personajes, como Sean y Dec, los amigos del instituto, o sus padres y sus tíos, me parecía que eran necesarios sobre todo para dar un toque de «normalidad» a la historia. Y la casa, Villa Hiedra, casi me parecía una protagonista más del pasado y del presente.

La novela tiene muchos temas para reflexionar y eso siempre me gusta, aunque como comentaba, igual en otra época me hubiera venido mejor pensar en ellos. Por ejemplo, sobre el acoso escolar y sexual, y lo que implica que ocurra cuando son tan jóvenes y se están formando, porque igual les puede dejar marcados toda la vida. También sobre la memoria, los lazos familiares y los sacrificios por la familia, los métodos policiales, las diferentes formas para sobrellevar la culpabilidad (o por no sentirse culpable) … E incluso sobre si alguien merece morir, o si se puede confiar en la justicia o es mejor en algunos casos recurrir a otros métodos o simplemente dejarlo estar. Aunque mis conclusiones creo que son bastante diferentes a las que tienen los personajes del libro.

¿A quién se lo recomiendo?

A quien le gusten las historias con mucha trama psicológica y donde parece que no te puedes fiar ni del narrador.

Ritmo de lectura

Bastante lento, y he tardado en leerlo porque tiene muchas páginas. Puede que haya influido, por un lado, que a mí las novelas muy psicológicas me saturan, y, por otro, todo esto del confinamiento, porque me cuesta concentrarme en historias que no son pura evasión.

¿Leerías algo más de la autora?

Sí, por supuesto. Aunque este no me haya convencido del todo, me siguen gustando sus historias y su forma de contarlas.

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