Sinopsis
Sin rastro es uno de los fenómenos literarios internacionales más inesperados de los últimos años. Caroline Eriksson firma un oscuro thriller familiar y psicológico que huye hábilmente de los caminos trillados.
ESPEJISMOS EN EL LAGO
Una tarde de verano, Greta, Alex y la pequeña Smilla, de cuatro años, salen de excursión a una pequeña isla situada en el centro de un idílico lago. Padre e hija se adentran en el bosque, mientras que Greta prefiere quedarse en el bote, seducida por el vaivén casi místico del agua. Pero pasan las horas y los otros no regresan.
¿HAY ALGUIEN MÁS?
Su búsqueda frenética se revela inútil. Alex y Smilla han desaparecido sin dejar rastro; Greta intenta llamarles, pero su teléfono móvil también se ha esfumado. Lo encontrará escondido entre las sábanas. ¿Lo puso ella ahí? ¿O ha habido alguien más en la cabaña? ¿Quién? Y ¿por qué?
EL PASADO SIEMPRE VUELVE
En este sombrío thriller psicológico, con más recovecos que un laberinto y más impetuoso que una montaña rusa, Greta se verá sumergida en un abismo de confusión creciente, hasta enfrentarse a un secreto que lleva demasiado tiempo escondiendo.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Primero me fijé en el título, que me recordó a una serie americana, pero no tiene nada que ver (en realidad el título de la novela debería ser “desaparecidos”). Después presté atención a la portada, con esa imagen de una isla que se refleja en el agua como si fuera la silueta de una cabeza… Al saber que la autora es sueca pensé que podía ser demasiado cruel para mi gusto, pero la sinopsis me despertó mucha curiosidad. Y, evidentemente, me lo leí.
¿Mereció la pena?
Me decepcionó un poco, porque al terminar me dejó la sensación de que simplemente había leído otra historia de suspense más, y creo que la autora podría haber aprovechado para profundizar más en ciertos temas, con lo que el libro habría sido más interesante. Pero eso fue después de terminar el libro, mientras leía me enganchó la trama, que me pareció muy original, porque lo que parecía una «simple» desaparición acaba en algo totalmente distinto. Pero no puedo desvelar nada, porque lo mejor del libro es que la autora sorprenda con sus giros y revelaciones, que dosifica muy bien. A mí por lo menos me sorprendió en muchas ocasiones.
La historia la cuenta la protagonista, Greta, en primera persona; en presente cuando narra lo que le está pasando, y en pasado cuando recuerda. También algún otro personaje narra en presente y en pasado, pero se entremezcla con lo que cuenta Greta, y en algunos momentos hasta me confundió. Además de la trama principal de suspense, la autora, que estudió Psicología, trata temas como la maternidad y la paternidad; las relaciones madre-hija de adultas; la crueldad hacia los más débiles: la infidelidad y otros tipos de traiciones; el maltrato psicológico y físico; los problemas que trae la falta de comunicación; lo traicioneros que pueden ser los recuerdos y también las conclusiones precipitadas…
Acerté en lo de la crueldad, así que lo pasé mal en determinadas partes de la novela. En este caso mi mayor disgusto fue con los animales, aunque por suerte no se recrea. Siempre que leo algo de literatura nórdica me asombra el alto grado de crueldad en sus historias, combinado con una especie de frialdad que impregna todo el libro. No tengo muy claro si es por su actitud. Por su forma de aceptar desde el principio, con una cierta resignación, situaciones que a mí me parecen inaceptables. No es que no sufran, en este libro la protagonista lo pasa (y lo ha pasado) muy mal, pero parece que tienen tendencia a pensar que es algo inevitable, así que solo queda aceptarlo. Y seguir sufriendo.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien busque una historia de suspense psicológico, donde nada es lo que parece y no te puedes fiar de nadie, ni siquiera de la narradora…
Ritmo de lectura
Rápido. La trama no es que sea muy trepidante, pero sí que me atrapó lo suficiente como para leerlo casi sin parar.
¿Leerías algo más de la autora?
Seguramente sí, pero no está entre mis prioridades (por el tema de la crueldad).