Sinopsis
La joven escritora Maggie O’Farrell es una de las voces más sobresalientes y reconocidas de la narrativa escocesa en la actualidad. Su brillante imaginación, su talento para construir personajes memorables y transmitir emociones con claridad e intensidad dramática logran mantener sin aliento al lector hasta la última página. En La extraña desaparición de Esme Lennox —su más reciente novela— la autora narra una historia hermosa e inquietante, que evoca con lucidez el peso de las convenciones sociales y la tortuosa complejidad de los lazos familiares.
Ante el inminente cierre del viejo hospital psiquiátrico de Cauldstone, en Edimburgo, las autoridades comunican a Iris que debe hacerse cargo de su tía abuela Esme Lennox, quien será puesta en libertad tras sesenta y un años de internamiento. El desconcierto inicial de la joven, que desconocía la existencia de la anciana, se verá pronto superado por una genuina curiosidad. ¿Qué circunstancia llevó a la reclusión de Esme cuando sólo tenía dieciséis años? ¿Por qué se ocultó su historia ante el resto de la familia durante décadas? Entre los recuerdos de Esme y los escasos momentos de lucidez de su abuela Kitty, Iris reconstruye la vida de las dos hermanas: la infancia en la India y la primera juventud en Escocia, la relación de afecto y rivalidad entre ambas, el rechazo de la joven Esme a las rígidas reglas de la alta burguesía escocesa y, repentinamente, la terrible exclusión. Así, bajo el cúmulo de revelaciones late un misterio cuyo suspense va creciendo a lo largo del relato hasta alcanzar un desenlace tan original como impactante.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me atrajo el título, porque ¿acaso las desapariciones no son siempre extrañas? Me pregunté qué tendría esta de especial, y la sinopsis me convenció.
¿Mereció la pena?
No era lo que me esperaba, pero sí, me ha gustado mucho. Y a pesar de no ser la típica historia de misterio, me tuvo muy enganchada. La historia tiene mucho suspense, pero se debe sobre todo a la forma que tiene la autora de contar la historia. La narración es a retazos, casi todo son recuerdos, y sin explicar mucho. Así que me dejaba llevar entre tanto recuerdo (algunos realmente fascinantes), y de repente algún detalle me llamaba la atención porque se trataba de una de las piezas que van formando esta especie de puzle (o trama). Poco a poco se van uniendo las piezas hasta que al final los lectores lo sabemos prácticamente todo. También vamos conociendo a las tres protagonistas de la historia. Sus motivaciones, sus frustraciones, sus amores, sus deseos… Y otros temas como las relaciones dentro de la familia, lo duro que es perder a un hijo o no poder tenerlos, el sentimiento de culpa, el egoísmo, las convenciones sociales, el machismo, lo engañosas que son las apariencias…
De las tres, Esme es la que tiene más protagonismo y la historia empieza justo cuando vuelve a aparecer en la vida de su familia. Durante 61 años estuvo recluida en una institución mental y si no llega a cerrar el hospital, probablemente hubiera muerto allí. Ella ha perfeccionado su capacidad para abstraerse, que tenía desde pequeña, y así puede «ausentarse» de la realidad cuando quiere. En esos momentos deja viajar su mente y recuerda su infancia en la India o la llegada a Edimburgo. O por qué acabó en un psiquiátrico. Pero para saber por qué se quedó allí olvidada la autora aprovecha los recuerdos de Kitty, su hermana mayor, que tiene Alzhéimer. Son inconexos y muchos de ellos ni siquiera los acaba porque salta de uno a otro, pero en conjunto acaban teniendo bastante sentido.
La tercera es Iris, la nieta de Kitty, que es la que va de sorpresa en sorpresa, aunque también tiene un pasado lo suficientemente movido como para ser recordado. Su primera sorpresa es saber que tiene una tía abuela. Y luego no para de sorprenderse (y eso que ella no conoce todos los recuerdos de su abuela y de su tía abuela). Entre otras cosas se sorprende al descubrir las extrañas razones que tenían los hombres (y algunas mujeres) para dejar encerradas a las mujeres de su familia. Supuestamente por problemas mentales, como no llevar la falda lo suficientemente larga… Iris es un buen contrapunto para ver cómo ha cambiado la mentalidad. Ella tiene la libertad que hubiera querido Esme y no pudo tener por la época en la que le tocó vivir. Eso sí, Iris sigue teniendo que soportar que los hombres, ya sea un hermano o un amante, le digan lo que tiene que hacer. Por suerte no está obligada a hacerles caso.
En general la historia me conmovió en muchos sentidos. Me parecieron muy reales las tres, cada una con sus razones (con las que no es necesario estar de acuerdo) y la autora creo que transmite muy bien cómo se sienten en cada momento. Lo único que no llegué a entender es por qué el perro de Iris no tiene nombre. Con Iris refleja muy bien a una persona que no sabe bien lo que quiere y que tiene dudas, cambia de idea, y una vez que parece que se ha decidido, vuelve a dudar. Leer a Kitty es duro por la enfermedad que tiene, porque parece que se pierde a sí misma, pero también por ser una mujer que siguió las normas sociales, pero no llegó a ser feliz. Y la pobre Esme, una persona que amaba la vida y que podría haberla disfrutado tanto, y sin embargo estuvo tanto tiempo encerrada… El final fue lo que más me impactó, porque no me lo esperaba, y porque hubiera querido que continuara la historia y que no me dejara así. Pero, a pesar de eso, mereció la pena leerlo.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien le interese conocer cómo se trataba a las mujeres en Escocia en el pasado y lo que ha cambiado. Creo que es recomendable leer el libro sin muchos parones, del tirón, porque cualquier detalle puede ser importante para entender por qué… Y si pasa mucho tiempo se puede haber olvidado.
Ritmo de lectura
Rápido. No solo quería conocer el pasado, también cómo acabaría la historia en el presente. Y se me hizo demasiado corto.
¿Leerías algo más de la autora?
Sí, no sé muy bien todavía cuál me leeré, pero me ha gustado su forma de narrar, la imaginación que tiene, los temas que trata y cómo los trata… Así que tengo que leer algo más de ella.