Sinopsis
Si no te fías ni de ti mismo, ¿de quién te vas a fiar?
Cass lo está pasando fatal desde la noche en que vio ese vehículo en la pista de tierra que atraviesa el bosque, en pleno aguacero, con aquella mujer al volante… quien fue asesinada esa misma noche. Ha intentado olvidarse del crimen, ¿qué podría haber hecho ella para impedirlo? Una carretera así, en un día de tormenta, es peligrosa. Su marido se pondría hecho una furia si supiera que incumplió su promesa de no volver a casa por ese atajo. Además, de haberse detenido a socorrerla, probablemente también ella habría resultado herida.
Pero, desde entonces, se le olvida todo: dónde ha dejado el coche, si se ha tomado las pastillas, el código de la alarma, por qué ha comprado un cochecito de bebé si no tiene hijos…
Lo único que no consigue quitarse de la cabeza es a esa mujer, a la que podría haber salvado, ni ese insoportable y persistente remordimiento.
Ni las llamadas anónimas que recibe, ni la sensación de que la vigilan…
¿Por qué me decidí a leerlo?
Fue ver la portada y sentirme atraída por el libro. Casi ni presté atención a la sinopsis, me bastó leer por encima, ver las palabras «asesinada» o «remordimiento», y decidí llevármelo.
¿Mereció la pena?
Me ha tenido muy enganchada, no podía parar de leer para saber qué más le iba a pasar a Cass y cómo iba a acabar todo. En algunos momentos pensé que la autora no sería capaz de mantener la tensión durante toda la novela, porque se centra en lo que vive y sufre la protagonista, y creía que acabaría aburriéndome. Pero no, consigue que el ritmo no decaiga en ningún momento. También pensé que como ya me imaginaba qué estaba pasando (y acerté), eso podría hacerme ir más lenta, pero tampoco. No me duró nada el libro.
Toda la historia está contada por Cass, en primera persona. Eso hace que vivamos con ella sus momentos de angustia por estar perdiendo la memoria (y a lo mejor tener demencia precoz, como su madre); por no haber ayudado a la mujer del coche; por las llamadas de teléfono; por no saber cómo funcionan las cosas; por ver cómo su matrimonio se resiente; por los efectos de las pastillas… Y justo cuando está de vacaciones. Es profesora y tiene 6 semanas para descansar (y preparar el temario para el siguiente curso). Pero sus vacaciones no podían empezar de peor manera…
Sobre el desenlace: en general me gustó, aunque me pareció que se basaba demasiado en la suerte. Pero no hay que tomarse esta historia como una novela de detectives, en las que se van descubriendo pruebas, o en las que gracias a una serie de deducciones lógicas se puede señalar a la persona responsable. Aquí no, la historia se centra en lo que vive Cass, que está obsesionada y se siente culpable, y las decisiones que va tomando según descubre lo que está pasando (o lo que cree que está pasando). Y sus decisiones finales me parecieron geniales.
¿A quién se lo recomiendo?
A gente a la que le gusten las novelas de suspense psicológico, en las que el protagonista no sabe de quién puede fiarse (ni siquiera de sí mismo).
Ritmo de lectura
Rapidísimo. Son 345 páginas, pero lo terminé en muy poco tiempo.
¿Leerías algo más de la autora?
Sí, seguro. Tengo que buscar su primer libro, Al cerrar la puerta. Por la portada sé que ya lo había visto, pero en su momento no me llamó mucho la atención. Tras haber leído este, tengo ganas de leerlo. Y cuando publique más, probablemente también los leeré.
Lo tengo en mis pendientes. Con esta magnífica reseña le daré prioridad