Charles John Huffam Dickens nació el 7 de febrero de 1812 en Landport, Portsmouth, Inglaterra. No recibió ningún tipo de educación hasta los 9 años, por lo que sus críticos le acusaron de ser demasiado autodidacta. Fue un lector voraz, y su escritor favorito fue Henry Fielding. A los 12 años empezó a trabajar en una fábrica, lo que le marcaría y le llevaría a denunciar las condiciones deplorables de los obreros. En 1836 publicó por entregas su primera novela, Los papeles póstumos del Club Pickwick, que a partir del capítulo 10 se convirtió en un gran éxito. Como sus primeros escritos, la firmó con su seudónimo «Boz». La mayoría de sus novelas aparecieron primero serializadas en periódicos como El reloj de maese Humphrey y Household Words (que él mismo fundó) y después como libros.

Más información:
https://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Dickens
Efeméride 19 de diciembre de 1843: se publicó A Christmas Carol (Canción o Cuento de Navidad).
Efeméride 27 de marzo de 1850: se publicó el primer número de la revista Household Words.
Efeméride 1 de abril de 1854: se publicó la primera entrega de Tiempos difíciles.
Efeméride 30 de abril de 1859: se publicó la primera entrega de Historia de dos ciudades.
Efeméride 1 de diciembre de 1860: se publicó la primera entrega de Grandes esperanzas.
Reseñas:
El cuerpo del delito – Varios autores.
Cuentos victorianos de Navidad – Varios autores.
Una casa en alquiler de Charles Dickens et al.
Frases:
Es un hecho asombroso y digno de reflexión que todo ser humano esté constituido de tal forma que siempre haya de ser un profundo secreto y un misterio para sus semejantes. (Historia de dos ciudades)
El orador, el maestro de escuela y el tercer personaje adulto que se hallaba en escena retrocedieron un poco para abarcar, con una mirada rápida y cómoda, el plano inclinado en que aparecían alineadas las pequeñas cabezas humanas, en las que bastaba verter hechos para que se desbordasen. (Tiempos difíciles)
Ese puntual cumplidor de todo trabajo, el sol, acababa de levantarse y de alumbrar la mañana del 30 de mayo de 1827 cuando Samuel Pickwick, surgiendo de sus sueños cual otro sol, abría la ventana de su cuarto y contemplaba al mundo que debajo de él se extendía. (Papeles póstumos del Club Pickwick).
No había ardor que pudiera caldearlo, no había tiempo, por invernal que fuese, que pudiese aterirlo de frío. No soplaba viento más cortante que él, no caía nieve más implacable que sus designios, no había lluvia más indiferente a las súplicas. (Cuento de Navidad)
Fue cuando estuve ante ella, esquivándole la mirada, cuando pude tomar nota detalladamente de los objetos que la rodeaban y vi que su reloj de pulsera se había parado a las nueve menos veinte, y que otro reloj que había en la habitación también estaba parado a las nueve menos veinte. (Grandes esperanzas)
Las sorpresas, lo mismo que las desgracias, rara vez vienen solas.
No existe nada en el mundo tan irresistiblemente contagioso como la risa y el buen humor.