Agatha Mary Clarissa Miller, conocida como Agatha Christie, nació el 15 de septiembre de 1890 en Torquay, Inglaterra. Su madre pensó que debería aprender a leer a los ocho años, pero ella aprendió sola y se convirtió en una ávida lectora. Pasó mucho tiempo de su infancia con mujeres fuertes e independientes, como su abuela, su tía y por supuesto su madre, que además creía tener poderes psíquicos. Cuando tenía once años murió su padre, y ella fue a un colegio, donde le costó adaptarse a la disciplina. Empezó a escribir relatos, muchos de los cuales fueron rechazados, aunque algunos los reutilizó en novelas posteriores. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó como enfermera y aprendió mucho sobre venenos. En 1920, después de ser rechazada varias veces, apareció su primera novela detectivesca, El misterioso caso de Styles, que fue la presentación de Hércules Poirot. Para que se la publicaran tuvo que aceptar cambiar el final. Escribió 66 novelas, 14 libros de relatos cortos, adaptaciones teatrales de gran éxito como La ratonera, y seis novelas firmando como Mary Westmacott, seudónimo con el que no sentía la presión de ser Agatha Christie.
Más información:
https://es.wikipedia.org/wiki/Agatha_Christie
Cómo descubrí… a Agatha Christie
La Riviera inglesa y Agatha Christie
Dartmoor y Arthur Conan Doyle (ella también situó algunas novelas en Dartmoor).
Efeméride 6 de octubre de 1952: se estrenó La ratonera, la obra de teatro de mayor permanencia en cartel a nivel mundial.
Reseñas:
El misterio de la guía de ferrocarriles
Frases:
Sí… el huésped inesperado. El huésped al que ustedes no han invitado. El huésped que acaba de llegar… de la nada… saliendo de la tormenta. Parece muy dramático, ¿no creen? ¿Quién soy yo? Ustedes no lo saben. ¿De dónde vengo? Ustedes lo ignoran. Yo, yo soy el hombre del misterio. (La ratonera)
Conocí en Bélgica a un detective muy famoso, que me entusiasmó por completo. Era maravilloso. Decía siempre que el trabajo de un buen detective es únicamente cuestión de método. Mi sistema está basado en el suyo, aunque, por supuesto, lo he mejorado mucho. Era un hombre muy divertido, un dandy, pero maravillosamente hábil. (El misterioso caso de Styles)