Sinopsis
Traducida a más de veinte idiomas, con más de cinco millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y llevada al cine por Mike Newell, La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey es una deliciosa y conmovedora novela epistolar que se ha convertido en un clásico indiscutible sobre el poder de la palabra y el valor de la literatura como refugio y consuelo en tiempos difíciles. Una historia humana y divertida, que transmite una intensa pasión por los libros y reivindica la formidable capacidad de la lectura para unir a personas de distintos gustos, culturas e ideologías.
En un Londres devastado por las bombas y que empieza a recuperarse de las terribles heridas de la Segunda Guerra Mundial, Juliet Ashton, una joven escritora en busca de inspiración novelesca, recibe la carta de un desconocido llamado Dawsey Adams. El hombre, que vive en la isla de Guernsey, un pequeño enclave en el canal de la Mancha, está leyendo un libro de Charles Lamb que había pertenecido con anterioridad a Juliet. ¿Cómo ha llegado ese ejemplar hasta Guernsey? ¿Por qué Dawsey decide ponerse en contacto con Juliet? Dawsey es miembro del club de lectura La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey, creado en circunstancias difíciles durante la contienda, una rareza en tiempos de la ocupación alemana. Cuando Juliet acepta la invitación de estos excéntricos lectores para visitar Guernsey, entiende que ellos y su increíble sociedad literaria serán los personajes de su nueva novela, y su vida dará un vuelco para siempre.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Por el reto de lectura de mayo tenía que leer una novela epistolar. No es muy frecuente encontrar novelas así, y una de las que encontré fue esta. Ya tenía pensado leerla en algún momento, porque Concha había visto la película y me la recomendó (aunque ella no pensaba leerse el libro), pero yo prefería leerlo. Así que parecía el momento perfecto para hacerlo.
¿Mereció la pena?
Me ha encantado. He disfrutado mucho, me he emocionado, me he divertido, me he sorprendido, me he horrorizado con las barbaridades que hacían los nazis, me han entusiasmado los personajes que intentaban cambiar lo que ocurría, he sufrido por los que se sacrificaban por los demás y por las injusticias… Casi siempre que leo una novela epistolar me resulta muy curiosa la forma de dar información, porque te enteras de todo (o casi todo), pero sin ser “testigo” de nada. Es siempre algo pasado y, salvo que en varias cartas se trate la misma situación, solo conoces la versión del que escribe la carta. Tampoco sueles saber cómo reacciona el que recibe la carta, o por lo menos no de una forma muy directa (puede que conteste, pero es bastante probable que ya haya reflexionado y no conteste muy impulsivamente). En este caso también pasa, las autoras nos van contando todo lo que sucede a través de varias cartas y algunos telegramas (y unas notas de una pequeña investigación…), que van conformando poco a poco toda la historia.
En general me han gustado mucho los personajes, empezando por Juliet, que es la más protagonista. Es la que más cartas escribe y también la que más recibe, así que es el nexo entre la mayoría de los personajes. Me gustó mucho por su espontaneidad, su sensibilidad, sus ganas de ayudar, su forma de razonar y su sentido del humor. También disfrutaba cómo cambiaba (o intentaba cambiar) su forma de escribir según a quién se estuviera dirigiendo. Sidney, su amigo desde hace muchos años y también su editor, también me gustó mucho por su humor, y por lo buen amigo que es, aunque a veces se excediera en su papel protector. Dawsey me pareció un encanto, pero también pensaba a veces que no se puede ser tan buena persona y que debería pensar más en sí mismo.
Los personajes de la isla que pertenecen a la sociedad literaria, incluido Dawsey, forman un grupo muy heterogéneo, cada uno con sus rarezas y unos gustos literarios bastante concretos (alguno solo lee un libro en bucle). Y cada uno aporta algo al grupo que le hace casi imprescindible. Mi favorita era Isola, por su forma de ser y también por su reacción al descubrir a Jane Austen. Como es mi autora favorita, eso me hizo sentirme más cercana a ella, igual que cuando Juliet declara que su favorita de las Brontë es Anne (como la mía). Es que la literatura puede unir tanto… De los conocidos de Juliet fuera de la isla, me gustó su amistad con Sophie, la hermana de Sidney, tan duradera en el tiempo, y lo resolutiva que es Susan, en la editorial y fuera de ella. Markham Reynolds no me gustó, demasiado seguro de sí mismo.
Aunque no sabía ni quién era Charles Lamb (que gracias a un libro suyo empieza la conexión de Juliet y la isla), disfruté mucho con la parte literaria. Por ese amor por los libros, y por comprobar todo lo que pueden ayudar y unir a las personas, por compartirlos o por sentirse identificados con los autores o con ciertos personajes. Las autoras incluso nos muestran cómo se llega a escribir un libro. Tanto por el personaje de Juliet, que poco a poco va dando forma a su nuevo libro (con los inestimables consejos de Sidney), como por toda la historia de cómo surgió y llegó a publicarse la historia de La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey, que explica Annie Barrows en los Agradecimientos y en el Epílogo.
Me ha recordado a dos libros que también me gustaron. El primero, 84, Charing Cross Road, de Helen Hanff, por las cartas (aunque en este caso son cartas reales), por cómo el interés por los libros puede llegar a unir a gente en la distancia y por la escasez de productos básicos tras la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra. Y el segundo, Villa Vitoria, de D. E. Stevenson, porque también transcurre poco tiempo después de la Segunda Guerra Mundial, y relata los mismos problemas de escasez, cómo tienen que volver a la vida normal, y cómo echan de menos la vida que llevaban antes de la guerra.
¿A quién se lo recomiendo?
A las personas a las que les gusten las novelas epistolares (con cartas y solo cartas). Y a las que les guste conocer cómo fue la ocupación nazi en las islas del Canal, y cómo empezaron a recuperarse. También a los que les gusten los clásicos (sobre todo británicos), porque se habla de Jane Austen, de las Brontë, de Oscar Wilde, de Agatha Christie…
Ritmo de lectura
Rapidísimo, no me ha durado casi nada el libro… No podía parar de leer, y eso que me daba pena acabarlo.
¿Leerías algo más de las autoras?
Me encantaría, pero Mary Ann Shaffer solo escribió esta novela, así que es imposible. Annie Barrows, que ha sido la que le dio los últimos retoques, sí que ha escrito más libros, sobre todo infantiles. Puede que lea algo más de ella, aunque no sé si tendrá un estilo parecido. Y sobre la película, no sé si verla, porque igual me llevo una decepción con la adaptación…