Se trata de una famosa librería en París, que “heredó” el nombre y el espíritu de la primera Shakespeare and Company: una librería que estuvo abierta en el período de entreguerras. Está situada en 37 rue de la Bûcherie, en el kilómetro cero (de donde parten todas las carreteras), y muy cerca de la Catedral de Notre Dame. Si París bien vale una visita, esta librería con tanto encanto e historia también la merece.
Una librería con mucha historia
Shakespeare and Company fue fundada por Sylvia Beach, en 1919. Entonces estaba situada en 12 rue de l’Odéon, y funcionaba como librería y préstamo de libros en inglés. Además, sirvió de «casa» a escritores que se encontraban lejos de su hogar, como dirección postal para esos escritores, e incluso les prestaban dinero cuando estaban desesperados. Fue un lugar de reunión para muchos escritores como Hemingway, Fitzgerald, T. S. Eliot, Ezra Pound, André Gide, Paul Valéry… Sylvia Beach fue la editora del Ulises de James Joyce, cuando nadie más estaba dispuesto a editarlo.
Esta librería estuvo abierta hasta diciembre de 1941, cuando París estaba ocupada y un oficial nazi le pidió la última copia de Finnegans Wake, de James Joyce. Sylvia Beach se negó y el oficial amenazó con volver para confiscar todos sus bienes y cerrar la librería. Ella movió todas sus pertenencias a un apartamento situado encima, pero acabó pasando seis meses en un campo de internamiento en Vittel. La librería nunca volvió a abrirse. Sylvia Beach publicó su libro de memorias, Shakespeare and Company, en 1959, donde narró desde su infancia en Estados Unidos hasta la liberación de París.
En 1951, George Whitman fundó en 37 rue de la Bûcherie, la librería Le Mistral, también dedicada a libros en inglés. El edificio originariamente era un monasterio y a él le gustaba imaginarse como un monje, el frère lampier: el que encendía las luces al anochecer. En abril de 1964, cuando se cumplían cuatrocientos años del nacimiento de Shakespeare, le cambió el nombre en honor a Sylvia Beach, a la que admiraba. La nueva Shakespeare and Company también se convirtió en refugio de escritores, y por allí pasaron Allen Ginsberg, William Burroughs, Anaïs Nin, Richard Wright, William Styron, Julio Cortázar, Henry Miller, Lawrence Durrell…
Se convirtió en un lugar donde los escritores, artistas e intelectuales podían quedarse a dormir entre los libros, en los bancos que por las noches se convertían en pequeñas camas. Esto todavía puede hacerse, y los que se quedan a dormir, llamados Tumbleweeds (como las plantas rodadoras que mueve el viento), tienen que cumplir tres requisitos: leer todos los días, ayudar un par de horas en la librería y escribir una autobiografía de una página. Esa página pasa a formar parte del archivo de la librería, que cuenta con miles de autobiografías.
Actualmente
La librería ahora pertenece a Sylvia Whitman, hija única de George Whitman, que se ha encargado de ampliar el negocio. En 2002 empezó a trabajar con su padre, que en ese momento tenía ochenta años. A partir de 2006 se quedó ella a cargo y ha ido introduciendo muchas novedades. En junio de 2003 se celebró el primer festival literario de la librería, en 2011 se creó el Premio Literario de París (Paris Literary Price) de novela no publicada, y cada semana ofrecen algún evento gratuito. En 2015 abrieron su propia cafetería, aunque era un sueño desde los años 60.
Yo descubrí su existencia gracias a las noticias que aparecieron en los periódicos por la inauguración de la cafetería. Así que cuando fui a París tenía bien claro que me pasaría por allí. Aunque no llegué a entrar en la cafetería, sí que entre en la librería, vi los lugares donde se podía dormir, y aluciné con la cantidad de libros que tienen. También compré unos libros (de segunda mano, que tenían expuestos en el exterior), unas postales y un marcapáginas. Me ofrecieron poner su sello en los libros, que me desconcertó un poco, pero acepté encantada.
Más información:
Por supuesto, en la propia página web de la librería Shakespeare and Company.
Otras librerías relacionadas:
Atlantis Books, en Santorini.