Sinopsis
No existe miedo más primitivo que el miedo a que no nos amen y no nos protejan.
La vida de Katya Spivak, una adolescente de dieciséis años, cambia el día que conoce a Marcus Kidder. Esa mañana de verano ha salido a dar un paseo por las refinadas calles de Bayhead Harbor con los dos pequeños que tiene a su cargo, cuando se le aproxima un elegante y canoso caballero de apariencia inofensiva e incluso agradable. Su preciosa casa, los libros infantiles que ha escrito, su música clásica, las maravillosas obras de arte de su estudio, los generosos regalos que él le hace: la vida del señor Kidder no puede ser más distinta de la monótona existencia de Katya en el entorno obrero de su hogar, ni más tentadora. Sin embargo, con el correr de los días, algo cambia de forma casi imperceptible. Ella sabe lo que hay en juego: él la desea, pero ¿qué es lo que quiere en realidad de su «hermosa doncella»? Y ¿hasta dónde llegarían ambos para alcanzar sus metas?
¿Por qué me decidí a leerlo?
Estaba en la biblioteca y me fijé en los libros que tenían de Joyce Carol Oates, una autora de la que he leído varios libros. Me gusta su estilo, aunque las historias que cuenta me resultan duras, y, a veces, hasta desagradables. Me llamó la atención este título, así que me leí la sinopsis, pero no me atraía demasiado. Lo que me convenció fue que en una de las críticas destacadas, de John Horder, aparecía la frase «un suspense extremo que te cala hasta los huesos desde la primera frase».
¿Mereció la pena?
Me ha parecido muy bien narrada, pero no me ha convencido el final y me hubiera gustado que la historia se desarrollara más. Es una novela bastante corta, que creo que podría haber dado mucho más de sí. Incluso me parece que la novela casi podría empezar a partir de ese final, porque me dejó con varias dudas sobre qué pasará después. También me esperaba que la sinopsis solo contara un poco del principio, pero desvela gran parte de la historia, porque la forma en la que se establece la relación entre los dos personajes principales es bastante lenta. Y, por eso, el suspense no me pareció extremo, ni mucho menos. A mí más bien me generó algo de angustia ser testigo de cómo Katya, por sus propias decisiones o por lo que hacen otros personajes, se mete en una situación que cada vez parece más complicada.
Katya me ha gustado como personaje, y me ha extrañado que no lo contara ella misma en primera persona, porque se narra en tercera persona exclusivamente lo que le pasa y lo que piensa o siente ella. Me parecían bastante creíbles sus dudas y reflexiones, muy influenciadas por el entorno en el que ha crecido. En la mayoría de las decisiones que toma yo no estaba nada de acuerdo, pero es que se trata de una cría. Y, aunque conoce mucho más mundo del que debería para la edad que tiene, no es suficiente para protegerse de los abusos que sufre. El resto de los personajes se dedican a aprovecharse de ella, por dos razones principales: por el amor que siente ella por ellos o por la necesidad de dinero que tiene. La pobre está muy sola, y lo que busca es que alguien la quiera, porque ni siquiera se siente querida en su familia. Esa búsqueda de amor, y el conformarse con muy poco cariño, la pone en peligro. Pero es que su falta de dinero lo empeora todo.
Marcus Kidder es el otro personaje principal, pero solo lo conocemos por lo que piensa Katya de él o por lo que le cuenta a Katya sobre sí mismo. Y desde el principio me resultó desagradable, aunque me hubiera gustado saber mucho más de su pasado. Katya desconfía de él, pero le ve cosas buenas. Y yo, ninguna. Ni siquiera cuando se desvela algo que le pasa me llega a dar pena, no creo que nada pueda justificar lo que hace. La madre de Katya me resultó aborrecible, lo único bueno que tiene es el amor incondicional que siente su hija hacia ella. Tampoco me gustaron el primo de Katya, Roy, que me dio directamente asco, ni la pareja para la que trabaja Katya. Da igual que sean ricos o pobres, o que estén o no desesperados, ningún adulto de esta historia parece de fiar. Y, aunque no me gustaran, sí que me parecen muy buenos personajes y, por desgracia, creíbles.
Esta novela me hizo reflexionar mucho, incluso sobre cosas que no sé si era intención de la autora que destacaran. Aparecen temas como la maternidad y la paternidad; el trabajo de menores, y cómo se aprovechan precisamente de que son menores para explotarlos; las drogas y el juego como adicciones; el arte y lo que se puede tolerar o no en un artista; el poder del dinero, que hace que la gente se crea con derecho a cualquier cosa, simplemente por estar pagando a otra persona; cómo se puede querer ignorar las señales de que algo va mal o cómo funciona el autoengaño; los abusos y agresiones sexuales perpetrados por hombres supuestamente de confianza… Y creo que en casi todo el libro lo que destaca es el egoísmo. Que puede ser bueno en casos de supervivencia o para evitar que otras personas te hagan daño, pero que también puede sacar lo peor de una persona.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una historia oscura, en la que predominan los personajes acostumbrados a usar a otras personas y a salirse con la suya.
Ritmo de lectura
Un ritmo medio. Este tipo de historias, que me generan sentimientos negativos por lo que estoy leyendo, es difícil que las lea de un tirón. Así que fui leyéndola en pequeñas dosis.
¿Leerías algo más de la autora?
Seguramente sí, pero tardaré un poco. Y seguiré seleccionando qué leer de ella, porque no creo que todas sus novelas sean para mí.