Sinopsis
El libro del año según The Sunday Telegraph y uno de los mejores libros del año según The New York Times. Durante años Jeanette Winterson ha escrito un relato cada Navidad: cuentos llenos de fantasmas y de carámbanos, de trineos y de muérdago, pero con esa dosis de ironía y reflexión que solo ella es capaz de transmitir. En Días de Navidad se reúnen doce de ellos: historias para escuchar en familia y frente al fuego de la chimenea.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque últimamente me interesan las historias sobre la Navidad (como expliqué en La Navidad en los libros…) y si, además, incluyen recetas, más todavía.
¿Mereció la pena?
La verdad es que sí, me ha gustado mucho leerlo. En general he disfrutado con los cuentos, por ser muy originales y con toques de fantasía. Y con las recetas también, pero más por los recuerdos que le traen a la autora que por los propios platos. Ninguna de las recetas me ha llamado especialmente la atención, y creo que, salvo las galletas de queso, no intentaría hacer ninguna. Como me pasa casi siempre con los libros de relatos, siento la necesidad de hablar un poco de cada uno. Pero diré muy poco, porque si me explayo estropearía lo sorprendente de cada relato. Y porque si escribo mucho, la reseña quedaría excesivamente larga.
Pascua de Navidad. Es la introducción de la autora, donde explica un poco el origen de estas fiestas, y cómo se celebraba hace años, incluidos algunos momentos en que llegó a estar prohibida. Y recuerda que es una mezcla de costumbres paganas, romanas, nórdicas, celtas, turcas, germánicas… En algunas recetas también explica algo más de los orígenes o las costumbres.
El espíritu de la Navidad. Sobre la pérdida y la búsqueda del sentido que tienen estas fechas, que aparece en muchas historias y relatos sobre la Navidad. Y Jeanette Winterson da su particular visión, mezclando fantasía con la típica incredulidad que creo que muchos sentiríamos si nos pasara lo mismo que en el cuento. Pero lo que me resultó más curioso es que está contado en primera persona, y esta persona habla en segunda persona con su pareja, y en ningún momento se sabe (o yo no me di cuenta) de qué sexo son.
Las tartaletas de picadillo de la señora Winterson. Es una receta de su madre adoptiva. Más adelante se explica por qué a ella la llama así y, sin embargo, su padre adoptivo es simplemente su padre.
La mami de nieve. Un cuento emotivo sobre muñecos de nieve, y sobre la soledad y la búsqueda de apoyo o compañía. Como hacer muñecos de nieve depende de la zona geográfica, puede que dé algo de envidia a los que no tienen acceso a la nieve.
La col lombarda de Ruth Rendell. Un precioso recuerdo de la escritora Ruth Rendell, a la que conoció y que la ayudó bastante, y que le dio esta receta. Me encanta saber que los escritores pueden ayudarse tanto entre ellos.
Navidad siniestra. Una casa de estilo victoriano, reservada para una reunión de amigos, pero solo aparece a tiempo uno de ellos… Y lo pasa un poco mal, y no precisamente por el aburrimiento…
Las natillas neoyorquinas de Kathy Acker. Claro que no siempre se llevan tan bien, como es el caso de la peculiar escritora Kathy Acker y los problemas que tuvo con el escritor de libros superventas Harold Robbins. Pero a Jeanette Winterson ella le pasó esta receta.
Navidades en Nueva York. Sorpresas navideñas para alguien a quien no le gusta la Navidad.
Mi salmón ahumado de Nochebuena con champán. Receta de la propia escritora, que tiene bastante que ver con la siguiente receta. Porque ella piensa que cocina bien, pero no todo el mundo piensa igual…
La novia de muérdago. El que más me gustó. En una época lejana, con un toque de misterio por las intenciones del novio…
El salmón marinado de Nochebuena de Susie. Susie es la esposa de Jeanette y las dos tienen gustos muy distintos. Incluido que a una no le gusta la Navidad, en parte por ser judía, y a la autora le encanta…
La primera Navidad de O’Brien. A la protagonista, O’Brien, no le gustan las navidades por las reuniones familiares y todas esas preguntas que no quiere tener que contestar, así que decide pasarlas sola. Y pasa algo sorprendente. Creo que es uno de los más divertidos.
El bizcocho borracho al jerez de mi padre. Un recuerdo bonito y triste.
La segunda mejor cama. Un relato algo parecido a Navidad siniestra. Lo que más me gustó fue la parte de la amistad de dos amigas, que perdura a pesar del paso del tiempo. Y también a pesar del marido de una de ellas, al que no le hace mucha gracia la visita navideña.
Los dumplings chinos de Shakespeare and Company. La autora recuerda los momentos que ha pasado en la librería Shakespeare and Company, porque conoció al anterior dueño de la librería, y a la actual dueña, que es su hija. Y sí, también hacían algo especial en Navidad, aunque el menú variaba con los años y los asistentes.
El petardo de Navidad. Muy buena historia contra el maltrato y el abandono de animales. Y sobre lo que de verdad es importante (y, claro, no tiene que ver con el consumismo).
Mi vino especiado (o no más fruta en los platos principales). Después de hablar de la gran cantidad de fruta que incluyen los ingleses en sus recetas navideñas, tocaba una en la que se puede evitar echar fruta.
Un cuento de fantasmas. Aparte del tema de fantasmas (tiene otros relatos de fantasmas, pero no voy a desvelar cuales son) que no me apasiona especialmente, me pareció interesante por contar un episodio famoso de esquí / alpinismo.
El pavo biryani de Kamila Shamsie. Otra escritora que compartió con ella una receta y cómo fue parte de su infancia en Paquistán. Con esta lo pasé un poco mal, y si yo hubiera pasado por la misma situación, nunca hubiera repetido la receta (y puede que no comiera pavo).
La rana de plata. Me recordó un poco a Matilda, de Roald Dahl. Y como transcurre en un orfanato en condiciones deplorables, también un poco a Dickens.
Mis galletas crujientes de Nochevieja. Que son de queso, y me llevé una pequeña decepción. Lo mejor, que aprovecha para hablar sobre la memoria, y que ella considera que es un buen momento para reflexionar.
El león, el unicornio y yo. El más religioso de los relatos, aunque por cómo empieza no me lo esperaba (básicamente por el unicornio, aunque Dios está presente).
Mi bocadillo de Año Nuevo. Pensaba que sería de restos, o algo más especial. Y yo más bien me comería la carne sin el pan (y sin el picante). También explica que no ve la utilidad de los propósitos, y por qué se celebra el 1 de enero.
El corazón reluciente. Esta historia me pareció preciosa, a pesar de tratar un tema tan duro como la pérdida de un ser querido.
Mis croquetas de pescado de la Noche de Reyes. Además de hablar de las croquetas, también nos cuenta el origen de esa festividad.
Felicitación navideña de la autora. Es la conclusión de todo el libro, con más datos sobre su vida, también algo sobre los milagros, y sobre lo que es importante: los vivos, los que se fueron, el amor… Me pareció bastante emotivo.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien le guste que los cuentos no sean muy típicos, y a quien quiera saber más sobre los orígenes de las tradiciones navideñas, sobre todo inglesas.
Ritmo de lectura
Bastante rápido, tanto los cuentos como las recetas, porque son muy cortos.
¿Leerías algo más de la autora?
No recordaba que ya había leído un libro suyo, La niña del faro. Después de leer ese libro expliqué que tenía curiosidad por saber si todos sus libros eran así, y con este me ha quedado claro que tiene mucha imaginación, con una forma peculiar de contar las cosas, y que siempre sorprende. Y como me gusta que me sorprendan, seguramente leeré más de ella.