Según la RAE, la palabra “presente” tiene varias acepciones, pero centrándonos solo en el «tiempo», se definiría como: «Que es aquel en que está quien habla». Hasta tiene un cierto toque misterioso esta definición, o incluso puede parecer un trabalenguas.
Pero como a mí me encanta conocer otras opiniones de escritores y escritoras, he reunido unas cuantas frases sobre el presente en esta nueva entrada de Ágora. Y me ha parecido bastante evidente que es un tema que da para mucho…
Empezamos con la frase que, probablemente, es la más famosa, de Horacio:
Carpe Diem (aprovecha el día presente). Palabras que nos recuerdan que la vida es corta y debemos apresurarnos a gozar de ella.
Sobre el tema de si existe o no, tenemos dos versiones contrapuestas. La de los que sí creen que existe, como Gonzalo Torrente Ballester:
Ni el pasado existe ni el futuro. Todo es presente.
Pero para Michel de Montaigne era más bien lo contrario (como la teoría física clásica):
No existe el presente: Lo que así llamamos no es otra cosa que el punto de unión del futuro con el pasado.
Según Gustave Flaubert se nos puede escapar:
El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente.
¿De qué depende? ¿Del pasado, como creía Henri Bergson?:
El presente sólo se forma del pasado, y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa.
Shakespeare creía que es útil invertirlo en el futuro:
El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras.
Y Paul Auster tiene claro que hay que vivir al día, sin pensar en el pasado:
Un hombre debe vivir el presente y ¿qué importa quién eras la semana pasada, si sabes quién eres hoy?
Ni tampoco pensar demasiado en el futuro, o por lo menos así pensaba Félix María de Samaniego:
No anheles el bien futuro:
mira que ni el presente está seguro.
También se puede pensar en el presente desde un punto de vista más conformista, como escribió Elfriede Jelinek en Los excluidos:
Cuando a uno le privan de la esperanza de algo mejor, es cuando se adueña definitivamente del presente.
Como resumen, y una buena filosofía de vida, la frase de Ángeles Mastretta (escrito en Mujeres de ojos grandes):
No arruines el presente lamentándote por el pasado ni preocupándote por el futuro.