Sinopsis
«Una cálida tarde de septiembre de las postrimerías del siglo XIX, una muchacha atravesaba los límites de Hampshire camino a Heatherley. Llevaba un vestido de lana marrón y un gorro de piel de castor adornado con dos pequeñas plumas de avestruz. Lo último en ropa para el campo.»
Esa muchacha es Flora Thompson, Laura en la ficción, y el pueblo al que se dirige, Grayshott, donde Flora se estableció en 1898 como encargada de la oficina de correos. Allí la esperan los siniestros Hertford, sus patronos; clientes tan distinguidos como Arthur Conan Doyle o Georges Bernard Shaw, asiduos usuarios del telégrafo local; o la coqueta boutique de madame Lillywhite («sombrerería, sastrería y préstamo de libros»), donde Laura de vez en cuando puede permitirse adquirir nuevas lecturas.
En plena era de la humilde bicicleta, de las primeras fotografías Kodak y de las escandalosas suffragettes, Heatherley es un nuevo capítulo en la vida de la serena e independiente Laura, una ratoncita de campo —como la llaman sus modernos amigos fin de siècle— cuyo hábitat natural siempre fueron los bosques y la naturaleza silvestre que conocimos por primera vez en su maravillosa Trilogía de Candleford.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque estaba decidido en el grupo de lectura de Telegram que, después de leer Trilogía de Candleford, de esta misma autora, se leería este libro, por ser una especie de continuación. Si lo hubiera leído sola, probablemente no lo hubiera empezado tan seguido. Y hubiera dejado reposar algo más el anterior, que me gustó tanto.
¿Mereció la pena?
Sí, pero me gustó mucho más Trilogía de Candleford. Creo que en gran parte se debe a que la Laura de la trilogía ya no ve el mundo con tanta inocencia, ni es tan observadora. Y también había perdido bastante de la libertad que tenía. Durante gran parte de la lectura estuve echando de menos a la pequeña Laura, que me resultó tan adorable. Supongo que eran las consecuencias de madurar y dejarse influir por la gente que la rodeaba. Y que siendo mujer estaba mucho más influida por la sociedad y se preocupaba mucho más por lo que pensarían de ella. En el poco tiempo que estuvo en ese lugar dejó de hacer varias cosas por las habladurías, como relacionarse con cualquier persona del sexo opuesto a solas en el campo, porque pensaban que podían ser encuentros secretos. Tampoco me gustaban algunas ideas que tenía, ni me esperaba una postura tan tibia ante el maltrato de un marido a su mujer. Ni entendía algunas de sus amistades. Se relacionaba con gente no solo peculiar, que podría ser fascinante, y más en un pueblo, sino que parecía disfrutar de la compañía de casi cualquier persona. Aunque fuera alguien desagradable (para la mayoría de la gente y para mí, para ella parece ser que no).
Las partes que más me gustaron fueron las referidas a sus paseos por los campos de alrededor, o su impresión de Londres, y también siempre que aparecía una referencia literaria. Porque en eso Laura no ha cambiado. Sigue siendo una gran lectora, empieza a pensar en escribir, y hasta tiene encuentros con algunos escritores famosos, como Conan Doyle, que tenía una casa cerca. Lo raro es que a Conan Doyle no lo nombra directamente, pero sí a otros escritores. Y no fui capaz de entender a qué se debía esa reserva, porque no dice nada malo de él. Otro escritor al que solo describe parece ser que nunca se ha sabido quién era. A mí me dio por pensar que podría ser Bram Stoker, porque estuvo de visita en la casa de Doyle (pero probablemente no justo en esa misma época). Gracias a las notas del traductor, Pablo González-Nuevo, el mismo de la trilogía, se aclaran bastantes cosas que se mencionan, como el tema de los escritores. Al ser una lectura conjunta, casi cada persona del grupo se fijaba en algo especial, por sus gustos o conocimientos, y se descubrieron algunas erratas. Una lectora se dio cuenta de que había confusión con una planta, y otra se fijó en un sombrero o gorro, porque no cuadraba el nombre que le daba con la descripción de ese tocado.
Como en el anterior libro, la autora se centra más en contar generalidades y sucesos de la época. Explica algo más de las vidas de la gente con la que se cruza (que parecían pequeños relatos), pero no desvela casi nada demasiado personal sobre Laura. Y, en general, me pareció que se mantuvo bastante fiel a lo que quería contar, una especie de crónica social. Pero cuando daba algunos detalles sobre el futuro de Laura creaba cierta expectación y luego decepción. Porque después no explicaba mucho más, y al omitir esa información parecía una narración incompleta o incluso precipitada (esa fue la impresión de varias de las lectoras de la lectura conjunta). A mí eso no me decepcionó tanto, porque me fijaba más en los cambios de la protagonista desde el libro anterior. Y tampoco me esperaba que en este libro sí que se fuera a sincerar, con lo cuidadosa que parecía siempre para contar lo justo. Con la reflexión final del libro me pareció que podía dar pie a que seguiría contando más sobre Laura (o sobre ella misma) en el futuro, pero eso no llegó a suceder. Este libro ni siquiera se publicó en vida de la autora. Estaba fechado en 1944, ella murió de un ataque al corazón en 1947, y no se publicó hasta 1979.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien le gustara Trilogía de Candleford. No es que sea imprescindible leer antes la trilogía, pero sí que me parece que este libro funciona mejor como complemento del otro, y no tanto como un libro totalmente independiente.
Ritmo de lectura
Tardé tres semanas, al ritmo de la lectura conjunta. Leyéndolo yo sola creo que hubiera ido más deprisa. Y también a un ritmo más rápido que con la trilogía, donde lo que contaba estaba menos personalizado.
¿Leerías algo más de la autora?
Sí, pero creo que está bastante complicado, porque no tiene muchas obras. Y hasta hace poco creo que no estaba ninguna traducida. Un libro que sí que me despierta mucha curiosidad es On The Trail Of Flora Thompson, de John Owen Smith. Este autor hizo un poco de detective, y siguió sus pasos para descubrir a qué personas o situaciones se refería la autora en sus libros semiautobiográficos.
Muy bien explicado. Estoy de acuerdo contigo en todo.
Me gustó más La Trilogía de Candleford. Este nos dejó un poco decepcionadas. Muy retraida Laura. No se entendían algunas situaciones y ella no las quiso explicar.
Si, la niña, en La Trilogía de Candleford, nos gustaba.
Además con esos errores que había en Heatherley aún desmereció más.
Ese libro que nombras On The Trail of Flora….podria estar interesante. Suerte que tú lo puedes leer en inglés.