Cartas de Papá Noel de J. R. R. Tolkien

Sinopsis

Un precioso libro objeto con las originales cartas, manuscritas y transcritas, que J. R. R. Tolkien escribía a sus hijos haciéndose pasar por Papá Noel (¡y por el Oso Polar!)

Todos los años en el mes de diciembre, los hijos de J.R.R. Tolkien recibían cartas de Papá Noel. El presente libro recoge todos los extraordinarios dibujos y cartas, desde la primera nota para su hijo mayor en 1920 hasta la última y conmovedora correspondencia con su hija en 1943, en una única y maravillosa edición.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Hace un tiempo descubrí que existía este libro, y, al hacer la recopilación navideña de «La Navidad en los libros…«en 2019, aseguré que lo leería en un futuro no muy lejano. Y en 2021 llegó el momento.

¿Mereció la pena?

Sí, mucho, porque me ha encantado. Por la imaginación que derrocha, por el humor con que cuenta los avatares de Papá Noel (y el Oso Polar y demás), por el amor y la ternura que desprenden en algunos momentos las cartas… El personaje que más me ha gustado es el Oso Polar. Es un poco patoso, a veces pesado o cabezota, pero en el fondo un encanto. Y muy divertido cuando se ofende y contesta a lo que escribe Papá Noel. Según avanzan las cartas, la casa de Papá Noel se va llenando de otros personajes, y hasta aparece un elfo que hace de secretario (y que escribe algo en élfico, porque es la época en que Tolkien ya ha publicado El hobbit y hace alguna otra referencia a los hobbits). Aunque las historias me han gustado mucho, lo que más he disfrutado han sido los dibujos que ilustraban las cartas, para que se entendiera mejor lo que estaba contando. Alguna vez en la carta decía que sentía no haber tenido tiempo de hacer un dibujo, y me daba pena, hasta que me daba cuenta de que se refería a uno de los grandes. Y ojalá el libro que tengo fuera de mayor tamaño, para poder ver mejor todos los detalles. Porque, entre las cartas a varias tintas, los distintos tipos de letras según el personaje que estuviera escribiendo y los dibujos, tengo claro que Tolkien era muy detallista, y para algunas cosas casi se necesitaría una lupa.

La primera carta es de 1920, y se debe a que el hijo mayor, John, siente curiosidad por saber cómo es Papá Noel. Y se lo pregunta a su padre, que, evidentemente, decide que por qué limitarse a hablarle un poco de ese entrañable anciano que trae regalos en Navidad. Así que escribe una carta, con letra temblorosa, y añade un dibujo de Papá Noel y de su casa. La siguiente carta es de 1923, dirigida a John, pero dando recuerdos a Michael, el segundo hijo. Y luego las cartas son cada año, y algunos años hay hasta dos cartas. Mientras John deja de estar interesado por Papá Noel, los que empiezan a tener mucho interés son Michael y Christopher, el tercer hijo. Christopher editó gran parte de la obra de su padre y también fue escritor. Y a su padre le encantaban sus cartas. Por último llegó Priscilla, la única hija, y la que siguió escribiendo a Papá Noel siendo ya relativamente mayor (en comparación con sus hermanos). Reconozco que la relación entre Priscilla y su padre es la que más me enterneció. Y no solo por la carta final de Papá Noel para ella, que me pareció muy emotiva.

Si el libro fuera una novela epistolar supongo que sabríamos muchas cosas sobre los hijos y la hija de Tolkien. Como mínimo se conocería el contenido de esas cartas que le escribían a Papá Noel no solo para pedir regalos, también para contarle cosas de sus vidas. Como Priscilla hablándole de su familia de osos (¿estaría influida por el Oso Polar y sus sobrinos o eran simplemente los típicos ositos de peluche?). A Priscilla parece que le gustaba mucho leer, y hay alguna referencia a un libro de Beatrix Potter. O a meterle monedas en el calcetín para que pueda comprarse los libros que le apetezcan. También se reflejan en las cartas algunos momentos duros, como enfermedades, de las que por suerte se recuperaron bien, o la Segunda Guerra Mundial. Y me hacía gracia cuando Tolkien se refería a sí mismo, incluso pidiendo que le dieran un mensaje de parte de Papá Noel. Mientras lo leía no pude evitar buscar por Internet quién era quién en la familia Tolkien, sobre todo porque la editora de este libro, Baillie Tolkien, no sabía quién era. Descubrí que fue secretaria de Tolkien y se casó con Christopher, por eso tiene el apellido Tolkien.

La traducción creo que ha debido resultarle difícil en algunos momentos a Martin Simonson. Porque hay juegos de palabras que no se traducen fácilmente, expresiones que tienen que cambiarse, equilibrar la rima y el significado… Al terminar el libro y buscar las cubiertas, iba pensando que este libro estaría mejor en formato apaisado, por lo que comentaba de los detalles. Enseguida vi que en inglés algunas ediciones eran así, pero luego descubrí que en castellano hay una edición de lujo, con todo esto:

– Un exclusivo desplegable que muestra en color todos los sellos del Polo Norte que acompañaban las cartas de Papá Noel.
–  Una introducción revisada y ampliada.
– Todos los dibujos, pinturas, cartas y sobres enviados por Papá Noel reproducidos en color, algunos de ellos por primera vez.
– La versión definitiva del texto, con un nuevo diseño para esta edición.
– Encuadernación en cartoné, con estampados en plata e ilustraciones del propio Tolkien de Papá Noel y el Oso Polar.
– El libro viene acompañado de un estuche ilustrado, fabricado especialmente para el libro, que se presenta con un facsímil de uno de los sellos del Polo Norte.
– Impresión sobre papel de calidad superior, que incluye una elegante cinta punto de lectura.

Y reconozco que me ha dado un poco de rabia, porque si lo hubiera visto antes…

¿A quién se lo recomiendo?

A quien le gusten las historias de Navidad, las cartas, y también a quien quiera ver reflejado el amor de un padre, con mucha imaginación, a sus hijos. En esta edición se cita a Terry Pratchett, que comentó que «Gustará a cualquier niño cuya apreciación por nuevos mundos no hay sido arruinada por muñecos de Action Man o maestros de escuela iluminados». Pero no tengo muy claro que de verdad sea un libro infantil, me parece que lo disfrutarán más adultos con ganas de recordar su infancia o conocer la infancia de otros.

Ritmo de lectura

Medio, porque es un libro que es mejor paladear, fijarse en los detalles… Incluso alguna vez volví atrás para repasar las fechas de las cartas, buscar algún detalle o comprobar la evolución de las cartas. Pero me duró pocos días porque es relativamente corto (192 páginas, y gran parte son las reproducciones de los sobres, cartas y dibujos).

¿Leerías algo más del autor?

No sé, me leí hace años El hobbit y El señor de los anillos, y el resto de sus libros por ahora no me llama mucho la atención.

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