Sinopsis
Cuando Harriet Vane regresa a la Universidad de Oxford, encuentra a los profesores y alumnos de su college nerviosos por los extraños mensajes de un lunático. Con la ayuda de lord Peter Wimsey, Harriet empieza una investigación para desenmascarar al autor de las amenazas. Una novela de misterio, e incluso de terror, Los secretos de Oxford es también una obra sobre el papel de las mujeres en la sociedad contemporánea, una reflexión sobre la educación y una historia de amor entre dos mentes privilegiadas.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque después de leer Veneno mortal y El misterio del Bellona Club quería seguir leyendo más novelas de Dorothy L. Sayers.
¿Mereció la pena?
Sí, me ha gustado leerlo, aunque hasta que no avanza bastante la novela casi no se puede considerar una novela de misterio. Me ha gustado por conocer mejor al personaje de Harriet Vane, aunque reconozco que me ha resultado mucho más atractiva la lectura en el momento en el que aparece lord Peter Wimsey. Y se me hizo un poco raro que ella, siendo tan inteligente y escribiendo novelas de misterio, no fuera capaz de resolver el misterio. A mí me parecía difícil no darse cuenta de quién era la persona culpable de todo lo que pasa en el college. Pero probablemente es más fácil verlo desde fuera, como Wimsey, que llega más tarde, o yo misma, como lectora. Y más difícil para Harriet darse cuenta de quién podría dar ese perfil de persona vengativa, por cómo eran y lo que supusieron para ella en el pasado bastantes de los personajes.
La historia está contada en tercera persona, pero centrándose sobre todo en lo que le pasa a Harriet Vane, que apareció por primera vez en Veneno mortal. Y cinco años después, eso que pasó todavía le sigue quitando las ganas de ir a reuniones de antiguas alumnas de la universidad (o de gente de su pasado, en general). Cuando le explican lo que está pasando y ella misma recibe algún anónimo, decide ayudar a la decana a descubrir quién parece querer boicotear el college. Es un libro bastante largo, y, como decía, Wimsey tarda en aparecer. Y mientras no aparece, porque tiene otros asuntos que resolver (son de carácter diplomático, así que la autora no se extiende mucho), la autora se dedica a contar cómo es la vida de las alumnas, de las profesoras, y qué tipo de preocupaciones y discusiones tienen habitualmente. Me pareció bastante interesante ver cómo discuten entre ellas sobre el amor y el trabajo, y sobre si es compatible para una mujer tener familia y al mismo tiempo un trabajo tan absorbente.
Me despisté un poco con las profesoras, porque son varias y era incapaz de recordar bien sus nombres. Y más si, por ejemplo, a veces se hablaba de la decana y otras de la señorita Martin, que en realidad es la misma (si en algún momento se hubieran referido a ella como «Letitia» creo que hubiera necesitado apuntarme los nombres y cargos en una hoja). Lo que no entendí es por qué en la sinopsis pone “alumnos y profesores”, cuando toda la historia se centra en un college femenino. Aparecen algunos alumnos masculinos, pero son bastante secundarios, y el único papel que desempeñan es más bien romántico. Como en otras novelas universitarias de los años 20-30 aparece la figura de los profesores que se dedican a vigilar a los estudiantes y les reprenden incluso por la calle por no comportarse debidamente. Y pocos profesores más aparecen, la inmensa mayoría son las profesoras de las alumnas. Me llamaba la atención que las reglas fueran mucho más estrictas para ellas que para ellos, porque ellos eran más dados a las incursiones prohibidas que ellas…
Comparando las tres novelas que me he leído de esta serie se ve una clara evolución del personaje de lord Peter Wimsey. Casi hasta podría pensarse que son personajes distintos, y reconozco que esta versión de Wimsey es la que más me ha gustado. En la reseña de El misterio del Bellona Club expliqué que no comprendía el éxito de Wimsey con las mujeres, pero en esta sí que lo entiendo. Y todo es gracias a que Harriet Vane va descubriendo facetas de él que no conocía. O no había reparado bien en ellas. Sigue siendo muy irreverente y poco convencional, pero con mucho encanto. Y también es capaz de ponerse serio cuando debe. Una de las tradiciones en el college femenino es invitar ciertas noches a un hombre (solo uno), para que les dé conversación durante la cena. No me gustaba mucho la idea, porque parecía que los estuvieran adorando o algo así, aunque cuando invitan a Wimsey me pareció normal que fuera el centro de atención.
La novela tiene momentos graciosos, como la desesperación de casi todo el mundo con una profesora que no para de corregir el libro que va a llevar a imprenta. O los flirteos demasiado cándidos de algún muchacho. También me hizo gracia el sobrino de Wimsey, Saint-George, que es muy guapo, muy sociable y bastante desastre con el dinero. Aparecen varias historias de amor, pero a mí solo me gustó una (más bien me encantó). Algunas me parecían muy frívolas e incomprensibles, como uno que pasa de una prometida a otra por un simple anónimo. Aunque tampoco es que pensara que tenían mucho futuro esos amores estudiantiles, porque se notaba que son muy jóvenes y que les faltaba mucho mundo. Pero la peor fue una que me pareció demasiado exagerada, poniendo en un altar al ser querido.
El título original tiene poco que ver con el título traducido. Pero teniendo en cuenta que «gaudy» puede significar llamativo, chillón, chabacano, estridente, de mal gusto, ordinario… no me extraña que fuera difícil de traducir literalmente. Creo que hace referencia a que los anónimos que van recibiendo tienen tendencia a ser obscenos, y como suele suceder por las noches… El título en castellano hace referencia al lugar, Oxford, que me parece adecuado para situarse. Aunque no sé si la mejor forma de describir la novela sea usando la palabra «secretos». Yo me hubiera decantado por problemas o algo así. A la traductora, Flora Casas, no le reprocho el título, y tampoco que las frases en latín no estén traducidas porque así estaría en el original. Usar el latín es un reflejo del lugar tan culto en el que están, pero hubiera sido un detalle traducirlo, por parte de la traductora o de la misma autora… Menos mal que algo recuerdo del latín que estudié, o que se adivina lo que significa por el contexto, porque menuda tragedia hubiera sido no enterarme de qué dicen en la última escena.
El prólogo es de P. D. James y me pareció muy interesante (igual que su libro Todo lo que sé sobre novela negra, donde también habla sobre Dorothy L. Sayers). Cuenta algunos detalles curiosos, y me llamaron la atención las críticas que recibía la autora, como que su detective, lord Peter Wimsey, era demasiado aristocrático. En el prefacio, la autora explica las libertades que se tomó a la hora de describir la universidad de Oxford, como inventarse un college con 150 alumnas (no dice qué número permitían los estatutos, pero tenían que ser menos de 150). Y, por supuesto, recalca que ninguno de sus personajes está basado en personas reales. Porque no saldrían bien paradas. El posfacio es la misma biografía de Wimsey, supuestamente escrita por su tío, que aparece en El misterio del Bellona Club, pero en este caso se podría decir que está actualizada.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera seguir leyendo novelas de esta autora (si no se ha leído nada de ella creo que es mejor empezar por otras) y a quien quiera conocer un poco el mundo académico de Oxford, tanto desde el punto de vista de las alumnas como de las profesoras.
Ritmo de lectura
Relativamente lento para ser una novela de misterio, pero constante. Aunque teniendo en cuenta que son 429 páginas (en digital), tampoco tardé mucho en leerlo.
¿Leerías algo más de la autora?
Sí, por supuesto, todo lo que pueda. Aunque igual va a ser difícil encontrar sus libros, porque están descatalogados (y por algunos piden bastante dinero). Lo de intentar seguir la saga de Peter Wimsey por orden ya lo doy por imposible.