Sinopsis
«¿Qué clase de madre abandona a su hijo?» La frase tiene algo de bíblico y podría haberla pronunciado casi cualquiera en cualquier momento de la Historia. También ahora, cuando nos replanteamos todos los matices políticos de la maternidad. Estamos programados para entender y perdonar que una mujer se separe de sus hijos por pura supervivencia material, pero una vez subimos un par de peldaños en la escala de necesidades la cosa se vuelve moralmente más brumosa.
A raíz de una inquietud personal, casi una obsesión, por las madres abandonadoras, Begoña Gómez Urzaiz se acerca a este fenómeno con una mezcla bien trabada de reflexiones propias en torno a la culpa, la crianza competitiva y la madre como sujeto creativo. Ahí aparecen los relatos biográficos de mujeres reales y de ficción que vivieron maternidades turbulentas y maternidades límite. Muriel Spark, Doris Lessing, Ingrid Bergman, Mercè Rodoreda, Maria Montessori, Gala Dalí, Joni Mitchell y también Anna Karenina, Nora Helmer y la Carol de Patricia Highsmith tienen en común haberse separado de sus hijos. De todas ellas, seguro, alguien dijo: «¡Qué clase de madre…!».
¿Por qué me decidí a leerlo?
Después de haber leído dos novelas románticas seguidas (Los príncipes azules también destiñen, de Megan Maxwell, y Todo lo que nunca fuimos, de Alice Kellen) y acabar un poco empalagada, necesitaba leer algo que me hiciera reflexionar sobre lo leído. No buscaba solamente entretenimiento, también quería darle vueltas a un tema interesante. Y el tema de las madres abandonadoras siempre me ha parecido, como a la autora, algo para leer, pensar y hablar durante horas. El libro lo tenía desde hace algún tiempo en esa lista de libros pendientes, pero al no ser novela siempre lo dejaba para más tarde. Y ya había llegado su momento.
¿Mereció la pena?
La ha merecido y mucho. Porque yo, como la autora, le he dado muchas vueltas a este tema, sobre mujeres que abandonan a sus hijos. Y también, como ella, a veces las entiendo y a veces no tanto, y me pregunto, cuando no lo entiendo, si es que realmente no soy tan feminista como creo, y por qué no siento empatía por alguna de ellas. Me ha gustado leer las historias de mujeres reales famosas y otras de la literatura que abandonaron a sus hijos y lo que dijeron sobre ello, pero también conocer las reflexiones de la escritora sobre este tema tan peliagudo. Y, sobre todo, me ha gustado porque es un libro muy ágil y también en muchas ocasiones muy irónico, tratando un tema como la maternidad y esa culpa que en el fondo sentimos muchas madres. No por abandonar a nuestros hijos, pero sí por no estar todo el tiempo que la sociedad cree que las madres deben estar con ellos.
La obra intenta indagar en por qué las madres, aunque parezca antinatural, son capaces de abandonar a sus hijos. Siempre se piensa que la mujer que deja a sus hijos es una desnaturalizada, pero pocas personas se paran a pensar en que son madres, pero también mujeres, y a veces la maternidad tapa esa faceta de mujer y no las deja crecer. Muchas mujeres han optado por abandonar a sus hijos, pero eso la sociedad ni lo permite ni lo entiende, y siempre se les cuelga el apelativo de malas madres. Lo cierto es que no son tantas, en comparación con la gran cantidad de padres que también abandonaron a sus hijos, y, sin embargo, no es tan importante en las biografías de ellos y no se les tiene tan en cuenta. Que ellos lo hagan es lo más normal del mundo, que ellas lo hagan es una aberración.
Además de las reflexiones de la autora, también hay muchos capítulos en los que se habla de mujeres de carne y hueso que abandonaron a sus hijos. Lo hicieron porque son, por ejemplo, creadoras, y lo necesitaban para su carrera profesional. Un ejemplo muy normal es que los hombres músicos pueden tener muchos hijos y esto no afecta a su carrera. Sin embargo, si una mujer tiene que compaginarlo es casi imposible. Normalmente muy pocas mujeres creadoras pueden hacer las dos cosas a la vez, y menos si están solas con los hijos. El de las mujeres que se dedican a la música es un ejemplo, pero igualmente puede pasar si se dedican a otras artes, como la escritura o la interpretación. También cuenta casos ficticios de novelas sobre madres abandonadoras, normalmente escritas por hombres, por lo que estas mujeres salen muy mal paradas en esas historias a ojos de la sociedad.
Especial mención quiero hacer a un capítulo que la autora no sabía si incluir o no en el libro. Trata sobre esas mujeres que tienen que dejar a sus hijos en países lejanos para poder enviar dinero a sus familiares, y que en el mundo de los ricos se encargan de limpiarnos, cuidar de nuestros niños y de nuestros ancianos. Lo normal es que se sientan muy mal por haber abandonado a sus hijos, pero tanto la autora como yo sabemos que esas no son auténticas abandonadoras. Por eso no habla sobre ellas, sino que simplemente algunas han dejado su historia para que se las entienda mejor. Esto es muy distinto al de las otras mujeres que realmente necesitaban ser abandonadoras, para ser mujeres y no solamente madres.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que os gusten los ensayos que se leen con facilidad y no intentan dar nada por sentado, solamente mostrarnos los hechos. Y que saquemos nuestras conclusiones sobre un tema como el de las madres abandonadoras.
Ritmo de lectura
Rápido.
¿Leerías algo más de la autora?
Seguro que sí.
Interesantes tus comentarios sobre el libro e interesante el libro sobre un tema controvertido y un sentimiento identificable.