Basil, el ratón superdetective de Eve Titus

Sinopsis

Estáis a punto de sumergiros en una historia llena de suspense. A ratos pensaréis que nada tiene solución, pero una nueva pista os devolverá la esperanza. Y decimos «pista» porque el protagonista de este libro es un detective. De hecho, el más famoso entre los ratones: Basil. Quizá no sepáis que este brillante investigador ha aprendido el oficio del mejor detective humano de todos los tiempos: Sherlock Holmes. Este es su primer gran caso: El misterio de las gemelas desaparecidas… Nadie sabe qué ha sido de ellas. Hasta que llega una nota, firmada por la peor banda de roedores de Londres: los Tres Terribles. El tiempo apremia y Basil debe encontrarlas antes de que sea demasiado tarde. ¿Conseguirá devolverlas a casa sanas y salvas? Si hay un detective capaz de resolver este caso, ¡ese es Basil, el ratón superdetective!

¿Por qué me decidí a leerlo?

Hace años vi la película Basil, el ratón superdetective. A mí me gustó mucho, pero no sabía que estaba basada en un libro hasta hace poco. Cuando vi esta edición de Blackie Books quise leerlo, pero no me animé hasta este año. Porque me servirá para uno de mis retos de lectura, por tener que leer un clásico infantil o juvenil. Concretamente es la versión libre del reto «Todos los clásicos grandes y pequeños» de Las inquilinas de Netherfield.

Carátula de la película de Disney, su clásico número 26.

¿Mereció la pena?

Sí, me ha gustado leerlo, aunque sé que de niña lo hubiera disfrutado mucho más. Es una historia muy sencilla, por ser un caso no demasiado complejo, con algunos momentos tiernos, y también algunos que me resultaron simpáticos, aunque sin ser directamente graciosos. Basil usa los mismos métodos que Sherlock, pero es mucho más amable y se preocupa por los demás. Además, tiene momentos de inseguridad, cuando cree que ha cometido algún error, y de humildad, al creer que no está a la altura de Sherlock. El doctor Dawson hace el papel de Watson, aunque me parece que su relación es mucho más cercana, y más entre iguales, que la de la pareja de socios humanos. El alter ego de la señora Hudson, que es la casera humana, es la señora Judson. En este caso es ama de llaves, y creo que también tienen mejor relación. Este primer caso de Basil (o más bien el primero que relata Dawson en primera persona) no es tipo puzle, todo se va resolviendo a medida que avanza la investigación, igual que en los casos de Sherlock Holmes.

Me gustaba ir comprobando cómo la autora entrelazaba la historia de estos dos detectives. Por ejemplo, cuando Basil decide que lo mejor es instalarse en el sótano del 221B de Baker Street. Se crea toda una ciudad, con ratones que antes vivían en el East End de Londres, donde casi no tenían espacio. Y así Basil puede escuchar en cualquier momento a su admirado Sherlock. Con la desaparición de las gemelas Angela y Agatha no solo se demuestra el provecho que le ha sacado Basil a escuchar las conversaciones humanas, también se muestra cómo funciona esta sociedad de roedores. Con su propio Ratoland Yard, comercios, y con la capacidad de desplazarse a otros lugares. Y todo ello acompañado de unas ilustraciones que me han encantado. Son las originales de la primera edición de 1958, obra de Paul Galdone. Y, aunque me gustó mucho la película de Disney, estos dibujos me gustan más. El único defecto es que incluso los secuestradores tienen cierto aspecto entrañable.

Al principio hay una especie de carta o introducción, titulada «¿Sabéis quién es Sherlock Holmes?», que explica un poco la relación de este libro con las historias de Arthur Conan Doyle. Porque, al estar dirigido a un público infantil, puede que los lectores y lectoras no hayan oído hablar ni de Holmes ni de Watson. Aunque creo que la autora, a través de la admiración que siente Basil por Sherlock, deja bastante claro cómo era. Tanto en esta especie de carta como ya en la novela, aparece la expresión «elemental, mi querido Watson» (o querido Dawson en la versión con ratones), que no aparece en las obras de Conan Doyle y se popularizó por una película. (Y ya que estaba indagando me he enterado de que el primero que usó la frase completa fue mi querido P. G. Wodehouse en Psmith, periodista, y también que Conan Doyle escribió “elemental” solo en un relato, y que en tres historias distintas aparece «exactly, my dear Watson», que sería «exactamente, mi querido Watson»).

En relación a la película y otras curiosidades

The Adventures of The Great Mouse Detective
Como el CEO de Disney, Michael Eisner, creía que Basil sonaba muy inglés, decidió que no apareciera el nombre propio en el título original.

No recordaba demasiado bien la historia, pero leyendo algún resumen me parece que más bien el libro fue una leve inspiración para esta película animada de 1986. O igual es que reúne más historias de Eve Titus, porque en total publicó cinco libros con Basil como protagonista. El caso no se parece en nada, salvo que hay un secuestro, pero de un adulto. Y su hija pequeña, Bianca, colabora con Basil y Dawson para encontrarle. También aparece un perro, y salen ratones y ratas, mientras que en la historia de Eve Titus solo hay ratones (y humanos, pero casi como sombras). Lo curioso es que en la película original la voz de Sherlock Holmes es la del actor Basil Rathbone, que interpretó varias veces a Sherlock. Eve Titus le puso el nombre de Basil a su detective precisamente por este actor.

Basil Rathbone
Basil Rathbone como Sherlock Holmes en 1939.

Precisamente en esa película de 1939 protagonizada por Basil Rathbone, Las aventuras de Sherlock Holmes, empezó a usarse la frase «Elemental, mi querido Watson», que siempre se asocia a este personaje. También aparece con la pipa que se convirtió en inseparable de su imagen. Como no entiendo de pipas, no sabía que por las películas se cree popularmente que se trataba de la gran pipa Calabash. O por lo menos que usaba una curvada, porque así a los actores se les veía mejor la cara. Pero Conan Doyle hizo que su personaje fumara sobre todo en pipas Clay de arcilla, y algún otro modelo, que serían rectas. El ratón Basil también tiene pipa, tanto en la película como en las ilustraciones de Paul Galdone. El gorro típico de Sherlock (una gorra de cazador, concretamente deerstalker, o cervadora, porque la usaban los cazadores de ciervos, pero mucho mejor usarla para labores detectivescas) también sale en estas historias más pensadas para el público infantil.

¿A quién se lo recomiendo?

A quien quiera leer una historia que recuerda al mundo de Sherlock Holmes, o a quien haya visto la película de Disney en su infancia.

Ritmo de lectura

Muy rápido. Y se me ha hecho demasiado corto.

¿Leerías algo más de la autora?

Si tengo la ocasión, seguro que sí. Mirando los créditos de la edición vi que la traducción, de Carmen Candioti, es una cesión de Penguin Random House Grupo Editorial, pero no sé si esta es la única novela traducida o hay más. Si no encuentro más novelas de Basil en castellano, creo que intentaré leerlas en inglés.

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