Sinopsis
Anne Brontë ha permanecido a la sombra de sus hermanas e incluso, en ocasiones, ha sido ocultada por ella. Aunque sus libros tuvieron un éxito notable cuando fueron publicados, los biógrafos y escritores de memorias victorianos consideraron la vida de Anne poco interesante frente a la apasionada Charlotte o la enigmática Emily. A Anne, la menor de los seis hermanos Brontë, le ha tocado, en cierto modo hacer el papel de «Cenicienta literaria» al haber sido siempre juzgada en referencia a sus hermanas.
Agnes Grey, la protagonista de la novela, decide, como la propia Anne Brontë, convertirse en institutriz para mantenerse a sí misma y ayudar a la economía familiar, a pesar de la oposición de su propia familia. Novela de condición autobiográfica, carácter realista e intención didáctica, es obra de una mujer cuyo gran sentido de la responsabilidad y fuerte decisión de ser independiente la convierte en una escritora que deja de lado la inclinación de escribir «dulces ñoñerías» y reflejar la realidad incluso en sus aspectos más crudos y desagradables.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Como comenté en la reseña de La inquilina de Wildfell Hall solo me quedaba releer la obra de Anne Brontë, porque ya me había leído sus dos únicas novelas. Y al descubrir que La Pecera de Raquel organizaba una lectura conjunta de esta obra decidí apuntarme (y ya de paso descubrir cómo era eso de comentar por Telegram una novela).
La primera vez que lo leí, hace muchos años, puede que me lo comprara sin fijarme en que era un libro de Anne y no de Charlotte Brontë. Porque como dice en la sinopsis, es una autora que ha pasado muy desapercibida. Y hasta que no leí este libro ni siquiera creo que supiera que eran tres hermanas escritoras y no dos.
¿Mereció la pena?
Sí, mucho, disfruté con la lectura y también por poder comentarla con más gente. No recordaba casi nada de la novela, así que fue casi como leerla por primera vez. Y me reafirmo en que es la Brontë que más me gusta de las tres, porque escribió novelas que me resultan cercanas y es fácil comprender a sus personajes. También me recuerda bastante a Jane Austen (mi escritora favorita), porque las dos sacan bastante provecho a historias en las que no pasa mucho. O que parece que no pasa mucho, depende de con qué tipo de historias se comparen. Otra razón por la que me gustó fue la protagonista, por las decisiones que toma. Como decidir marcharse de casa para trabajar de institutriz, queriendo ayudar a su familia económicamente. Y eso a pesar de que el resto de la familia, que la trata como si todavía fuera una niña, cree que es mala idea.
Y así ella misma, que es la narradora, nos va contando cómo se enfrenta a las nuevas situaciones que se le presentan. Al principio la historia parece muy oscura, porque se encuentra en una casa con unos niños maleducados y unos padres que no la respetan y que se ponen de parte de sus hijos y en contra de ella. Lo único que quieren es que molesten lo menos posible, pero para Agnes resulta muy difícil controlarlos. En esta parte lo pasé mal por ella, y cuando me ponía en su lugar me daba cuenta de que yo no hubiera tenido tanto aguante. Parte de la novela es autobiográfica, así que la autora probablemente tuvo que soportar situaciones parecidas. Después la vida de Agnes va mejorando, porque tiene más experiencia y porque su mundo va incluyendo a gente más interesante. En su historia hay momentos tiernos, emotivos, tristes, alegres, crueles (ay, los animales) e incluso un poco divertidos.
Los personajes me gustaron porque me parecían creíbles, aunque algunos me resultaban odiosos. Agnes me gustó mucho, por ser introvertida, pero que no se deja amedrentar tan fácilmente. En la lectura conjunta algunas personas la veían como mojigata, por no defenderse más, o demasiado perfecta, por juzgar demasiado a los demás. Pero esa no fue mi impresión. Porque creo que tampoco es tan sencillo enfrentarse a tus jefes (sobre todo si necesitas el dinero), y porque es difícil no dar opiniones sobre la gente que vas conociendo mientras escribes un diario o tu historia. A mí me parece que no lo hacía con intención de quedar por encima de los demás, simplemente criticaba algunos comportamientos. Por los actos de algunos personajes creo que tenía bastante razón en lo que opinaba. Y ella también recibe críticas. Lo que menos me gustaba es que recurriera tanto a la religión, sobre todo buscando un consuelo que creo que no da (ni a ella ni a otros personajes también bastante religiosos).
Aparte de Agnes, también me cayeron muy bien otros dos personajes. Su madre, sobre todo cuando se ve cómo evoluciona (al principio de la novela parece que solo es una esposa devota, pero luego se nota que es mucho más que eso), y Edward Weston, un vicario que demuestra que en la iglesia hay buenas personas. Porque otros, como el rector Hatfield, son poco «cristianos» en comparación. Otros personajes, como Rosalie, una jovencita bastante superficial y que solo quiere coquetear, no me resultaban muy queridos, pero sí muy logrados. O su hermana Matilda, que prefiere cualquier actividad al aire libre antes que convertirse en una señorita. Los personajes de clase alta aparecen como altivos, y algunos tratan relativamente mal a los de clase baja, pero tampoco es que sea una novela con gente muy malvada y gente demasiado buena.
En resumen, es una historia contada con un estilo sencillo, desde el punto de vista de una joven que hasta que no sale de casa ha visto poco mundo, pero con unas ideas firmes sobre su trabajo, las relaciones con otras personas… Al transcurrir la novela vamos conociendo cómo era la época; la relación entre las clases sociales; las pocas salidas que tenían las mujeres; cómo se establecían y funcionaban los matrimonios; el papel de las institutrices y las niñeras; la tiranía de los que tenían poder; lo importante que era la honra para las mujeres; las posibles consecuencias de la torpeza en el amor… El final me gustó, aunque algún pequeño detalle igual hubiera preferido que fuera diferente (pero eso, tal vez, hubiera sido demasiado moderno para la época).
Sobre la edición de María José Coperías y traducción de Elizabeth Power, de Cátedra Letras Universales, tengo que decir que me ha gustado en general. Aunque hay que tener cuidado con la introducción. Es muy interesante porque está muy bien documentada, pero explican demasiado de la historia y así desvelan incluso el final. En mi caso me la salté porque siendo tan extensa me imaginaba que podrían destripar algo. Según cuentan, esta edición del 2000 fue una de las primeras en traducir esta obra de Anne Brontë. Y por la lectura conjunta he visto que después se ha publicado en otras editoriales también, así que me alegro de que después de veinte años ya no sea una autora tan relegada y olvidada.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una novela clásica, sencilla y costumbrista. Abstenerse quien no aguante que no pasen muchas cosas en una novela.
Ritmo de lectura
Al ritmo de la lectura conjunta, que fueron nueve días. Si no hubiera sido por querer ir comentando cada día los capítulos que tocaban, lo hubiera leído todo seguido y no creo que me hubiera durado mucho, me tenía bastante enganchada.
¿Leerías algo más de la autora?
Seguro que algún día releeré sus novelas. Y puede que me anime con la poesía que escribió, aunque ni siquiera sé si está traducida.