(Me lo he leído en inglés, así que he elegido esa portada en castellano porque creo que representa bastante bien el porqué del título. La sinopsis es de otra editorial, El Toro Mítico, aunque la he recortado bastante.)
Sinopsis
Jerusha Abbott es una huérfana de 17 años cuyo futuro parece ya marcado. Después de años de soledad y duro trabajo en el orfanato y con pocas posibilidades de prosperar, su vida da un vuelco inesperado pues el destino tiene reservadas todavía grandes sorpresas para ella.
En esta deliciosa novela epistolar, Jean Webster nos permite asistir, como espectadores de lujo, a la evolución personal de su joven protagonista, así como a su crecimiento intelectual y social. A lo largo de la obra se destilan los propios valores que la autora siempre defendió y que la llevaron a construir este personaje fuerte e independiente que, sin renunciar al amor cuando se le presenta, es capaz de hacerse valer por sí misma.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Por el reto de Todos los clásicos grandes y pequeños de Las inquilinas de Netherfield tenía que leer un «clásico epistolar» (nivel 4). Y, aunque conocía esta historia (por una serie de dibujos animados), nunca había leído el libro. Cuando descubrí que casi todo el libro son cartas, pensé que era buen momento para leerlo. Decidí hacerlo en inglés porque estaba disponible en el Proyecto Gutenberg.
¿Mereció la pena?
Sí, mucho. Sobre todo me ha merecido la pena por la protagonista, que me ha parecido fabulosa. El comienzo del libro está escrito en tercera persona, y nos explica quién es Jerusha Abbot y por qué su vida pasa de estar en un orfanato a poder estudiar en un college (solo para mujeres). Esa parte destilaba un poco de humor, aunque lo que cuenta es bastante trágico. Y a partir de entonces Jerusha empieza a escribir cartas a su benefactor, porque es la única condición que le pone, y demuestra tener mucha imaginación. También se va descubriendo que puede conseguir casi todo lo que se propone, incluso escribir sin esperar ningún tipo de respuesta. Me costaba creer que el señor Smith (que no quiere ni que se sepa su verdadero nombre) fuera capaz de resistirse y no contestar, pero sí, era capaz de comunicarse únicamente lo imprescindible y de forma indirecta. Yo, en cambio, hubiera contestado desde la primera carta para que Jerusha me contara mucho más de todo lo que está descubriendo y de cómo disfruta esa nueva vida más allá del orfanato.
Lo único que sabemos del benefactor es que solía ayudar a algunos niños del orfanato, pero que a las niñas nunca. Hasta que Jerusha escribe algo que le llama la atención, y, por primera vez, cree que una huérfana merece un futuro mejor. Ella en su primera carta le dice que solo sabe tres cosas de él: que es alto, rico y que odia a las chicas. Y también le explica cómo ha decidido llamarle: Papaíto Piernas Largas (Daddy Long-Legs), porque lo único que ha visto de él fue su sombra, con unas piernas muy largas. En las siguientes cartas le llamará de distintas formas, según se le vayan ocurriendo, e incluso usa el francés, ya que lo está aprendiendo. Lo que más me gustaba era la frescura que desprendía en todo lo que iba escribiendo. Y me hacía ilusión ir viendo sus progresos en las clases. (Pero, en serio, ¿cómo podía resistirse a contestar el señor Smith?).
Gracias a las cartas compartimos los momentos que más ilusión le hacen a la protagonista, como su primer viaje en tren, o cómo va haciendo amigas. Pero a mí una de las cosas que más me gustó fue cómo descubre las novelas y otros libros que no había leído antes, como Mujercitas, de Louisa May Alcott, Robinson Crusoe, de Daniel Defoe, Jane Eyre, de Charlotte Brontë, David Copperfield, de Charles Dickens… O lo asombrada que está (y lo asombradas que se quedan sus compañeras) porque no conocía a Sherlock Holmes o la Mona Lisa, o que no tuviera ni idea de quién era Miguel Ángel. Su benefactor lo que quiere es que sea escritora, así que también conocemos un poco sus progresos y algún que otro tropiezo con eso de escribir…
El resto de los personajes los conocemos por las opiniones de Judy, que es como prefiere que la llamen. Sabemos que le cae muy bien Sally McBride, su compañera, que el hermano de esta es muy amable con ella, que los miembros de la familia Pendleton le parecen bastante estirados, excepto uno de ellos… Y también suponemos que el benefactor es bastante cabezota y cree tener siempre la razón, pero para mí la razonable es ella. El final acaba también con una carta, pero nos permite hacer suposiciones sobre cómo será la vida de Jerusha/Judy en el futuro. La historia de amor sigue sin gustarme del todo, igual que cuando vi la serie, porque me cuesta entender ciertas cosas (que no puedo contar porque sería destripar la historia a quien no la conozca). Pero bueno, si ella es feliz…
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una historia con una protagonista espontánea, divertida, inquieta, con muchas ganas de aprender…
Ritmo de lectura
Bastante rápido, aunque en el fondo no quería que se acabara, por lo bien que me caía la protagonista.
¿Leerías algo más de la autora?
Sí, me gustaría leer por lo menos Mi querido enemigo, aunque no sé si será fácil de encontrar.