Reseña de Concha

Sinopsis

La que muchos han calificado como la mejor novela de Natalia Ginzburg, nos devuelve página a página los gestos de su gente y los años del siglo XX que cambiaron para siempre el destino de Europa: en la mirada de Anna, la protagonista de esta historia, está nuestro pasado.

A veces basta la mirada ingenua de una chiquilla para arrancar una historia que cambiará la vida de dos familias y del mundo entero. Anna, un bicho triste y perezoso en palabras de la propia Ginzburg, es esa niña apocada que vive en un pueblo del norte de Italia en los años previos a la Segunda Guerra Mundial y se enamora de los juguetes de su vecino; es también la joven que casi sin protestar se somete a la violencia del sexo, y es la mujer que sigue a Cenzo Rena, un hombre treinta años mayor que ella, a un lugar inhóspito del Sur tras convertirse en su esposa.

Anna calla, mientras todos a su alrededor hablan y gesticulan: hay quien pasa las noches tramando atentados contra Mussolini, otros que se pasean en coches descapotables o se fugan de repente, y algunas que sufren mal de amores mientras cosen el ajuar. Al principio los dramas íntimos dominan la escena y lo que ocurre más allá de las cuatro paredes es algo lejano, pero la guerra no perdona. Con las bombas llegan las decisiones importantes y los actos extremos: el escenario se abre, respira dolor, pide dignidad, y el miedo es moneda común. Cuando finalmente todo acaba, los pocos que sobreviven tendrán que vérselas con un vacío lleno de preguntas sin respuesta. Anna, viuda ya, mira ahora con los ojos bien abiertos, como testigo firme de una generación que no pudo elegir porque la Historia con mayúscula decidió por todos.

¿Por qué me decidí a leerlo?

No había leído nada de la autora hasta hace poco tiempo, cuando leí Y eso fue lo que pasó, que me gustó mucho, y me apetecía leer algo más de ella. Una amiga, gran lectora como yo y con la que coincido en gustos en bastantes libros, me dijo que tenía que leer esta novela porque para ella, y para casi todo el mundo, era su mejor novela.

¿Mereció la pena?

Me ha gustado mucho esta novela en la que la autora habla de temas que, cuando los escribió en 1952, los críticos dijeron que eran temas menores. Pero resulta que no son tan menores, ya que habla de temas importantes, al menos para mí. Sobre la familia, el amor, la amistad, las emociones, o sobre la memoria histórica. Estaba claro que se decía que escribía sobre temas menores simplemente porque era mujer y hablaba sobre lo que ellos pensaban que eran temas femeninos. Esos libros que se escribían para contar lo que pasaba dentro de las familias, donde se cuentan cosas muy importantes dentro de las cuatro paredes donde habitan, y que hablan más de emociones que de hechos. Y dejando claro lo muy equivocados que estaban, porque era una gran escritora. Por cierto, el libro está traducido por otra autora que a mí me encanta, Carmen Martín Gaite.

En esta novela se cuenta el antes y el después de la Segunda Guerra Mundial, y cómo trastoca la vida de una familia y de sus amigos. Aunque es una novela que narra hechos dramáticos, a veces están contados de forma divertida y, sobre todo, muy entretenida. Explica toda la cotidianeidad de esa familia, el día a día de lo que van viviendo según van cambiando los acontecimientos históricos, de los que, por otro lado, cuenta bien poco. Con Anna como protagonista, va narrando cómo es estar en un mundo de hombres, donde hacen y deshacen ellos, y dominan a las mujeres. Pero Anna, en el fondo, se siente una revolucionaria antifascista. Y eso viene a decir que no solamente lo es políticamente, sino también como una resistencia de mujer, contra el patriarcado imperante. A pesar de ello, la autora no se posiciona políticamente, no toma partido, simplemente lo intenta contar con bastante objetividad.

Todos los personajes tienen que sobrevivir. No solamente a la guerra, también a sus propias vidas. En una sociedad en la que los hombres son los que dirigen y van a la guerra, y las mujeres son las que se quedan en casa; los familiares y amigos se separan por todo el país; y lo que parecía un gran futuro se convierte, por la guerra, en un mundo gris. Un mundo en el que simplemente se está a la espera, de lo que le pueda pasar a las personas a las que se quiere y de los hechos políticos, que podrían tener un camino u otro muy diferente. Esto trae consecuencias psicológicas que a veces no se esperan. Se sabe que Anna es la propia autora, y que aquí cuenta algunos hechos de su propia vida, pero no es una autobiografía. Lo que hace es enseñar sus sueños truncados y los de toda una generación, la que vivió todo esto.

¿A quién se lo recomiendo?

A quien le gusten las novelas en las que se cuenta la vida, con su cotidianidad, de una familia, antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Pero no es una novela de guerra, es una novela social.

Ritmo de lectura

Rápido.

¿Leeré algo más de la autora?

 

Seguro que volveré a leer algo suyo, ya que me han gustado mucho las dos novelas que he leído de ella.