Sinopsis

Una novela que combina elementos de la historia de La Cenicienta con retales de la película Rebeca, es decir, un gran inicio para una trama posterior azarosa, llena de intrigas y de personajes siniestros. Envidia, ambición, soledad y amor son los pilares sobre los que se fundamenta esta historia trepidante, que atrapa al lector desde el principio.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Hace un tiempo leí El jardín secreto, obra de esta autora. Me gustó su estilo, pero pensaba que todas sus obras eran libros infantiles y juveniles, y por eso no me decidía a leer nada más de ella. Más tarde vi que tenía otro tipo de obras, y cuando me enteré de que había una lectura conjunta de esta novela me apunté.

¿Mereció la pena?

Sí, me lo ha pasado bien leyendo esta historia, y, sobre todo, me ha sorprendido por los giros de la segunda parte. Parecía que la autora quería que aparecieran todos los géneros literarios, y casi lo consigue. Porque es una historia de amor, pero también tiene algo de misterio y suspense, con algunos detalles que podrían parecer mágicos, hay un intento de venganza, y un poco de crítica social. También podría considerarse una novela de aprendizaje (Bildungsroman) e incluso puede recordar a un manual de autoayuda, por cómo se toma la vida la protagonista, Emily. Es muy positiva y agradecida, disfruta de los pequeños placeres, ayuda a todo el mundo (aunque no se lo merezca) y le cuesta ver lo malo en la gente que la rodea. A mí me gustaba bastante, excepto en cómo se sacrifica por amor. Creo que debería valorarse un poco más a sí misma y no pensar que su única finalidad en la vida es conseguir que su amado sea feliz. Y también creo que debería de asegurarse de que ese sacrificio que quiere hacer es lo que de verdad desea él.

Esta novela en realidad está formada por dos historias, la segunda publicada como una continuación de la primera, y más tarde se publicaron juntas. Así se convirtió en una novela con dos partes, y la primera parte, con siete capítulos, es bastante ligera y amable. Y no te prepara para lo que va a pasar en la segunda, más larga, con diecinueve. En la segunda parte los personajes evolucionan, las situaciones se complican, aparecen personajes con malas intenciones… Todo está contado en tercera persona, y, aunque la narradora sí que cambia de escenario según de qué personaje quiera hablar, considero que Emily es la protagonista. Ella es la que desencadena la historia, y, para bien o para mal, de ella hablan casi siempre los otros personajes. Por eso me gusta más el título global en inglés, Emily Fox-Seton. Aunque puede que titulado así en la editorial pensaran que no resultaría lo suficientemente atractivo. Y decidieron usar el nombre de la primera parte…

Como ya me pasó con El jardín secreto, algunas cosas que se comentan me desconcertaban. Por un lado, por cómo la autora parece que quiere dejar claro que sus protagonistas no son perfectos. Y, por otro, por todo lo que tiene que ver con la India. Refleja bastante bien el desprecio británico hacia los nativos indios en la época victoriana (y más tarde). Uno de los personajes más malvados es una criada india, Amira. Aunque más bien se podía entender como una lealtad mal entendida y exagerada hacia Helen Osborn. Me resultaba bastante odiosa, y daba miedo, pero reconozco que no me disgustó algo que hizo al final… Igual que Amira es leal a Helen, Jane es muy leal a Emily, pero de forma positiva. Jane me encantó, y entendí casi todo lo que hace. Su madre, la señora Cupp, también me gustaba, aunque en algún momento se pliega demasiado fácilmente a los deseos de su hermano y deja tirada a Emily. Lady Maria en la lectura conjunta cayó bastante bien, pero a mí no especialmente. O, mejor dicho, creo que me hubiera gustado el personaje si tuviera más protagonismo. Pero me parece que su implicación es pequeña y casi llega demasiado tarde.

Lord Walderhurst me gustó más en la primera parte. Y en la segunda no sentí que lo conociera lo suficiente como para llamarle en confianza James, mientras comentaba en el grupo de Telegram lo que me gustaba y no me gustaba de él. Pero en ciertas cosas le entendía, como en no querer relacionarse con Osborn. Por el hecho de ser familia no tenía por qué aguantarle. Osborn, que ni se merecía ser llamado señor Osborn, era de lo peorcito. No trata bien a nadie, y encima se cree superior a los demás, cuando realmente es un «bueno para nada». Su mujer, Helen, me daba pena, salvo por algunos momentos en los que le salía la vena malvada. Pero ya simplemente con haberse convertido en la señora Osborn es digna de lástima. Mención honorífica merecen unos personajes secundarios, el doctor Warren y su esposa, que son muy buena gente, y que me hicieron bastante gracia por cómo interpretan (mal) una situación. Pero con la experiencia que tenían, es normal que se confundieran…

¿A quién se lo recomiendo?

A quien quiera leer una novela con un poco de todo, incluidas algunas sorpresas, y narrada de forma amena.

Ritmo de lectura

Al ser una lectura conjunta, lo tendría que haber leído en tres semanas. Pero como me uní tarde al grupo, en realidad lo hice en dos. Y si lo hubiera leído sola lo hubiera terminado enseguida, porque me resultaba una lectura amena y también consiguió intrigarme.

¿Leerías algo más de la autora?

Seguramente sí. Por ejemplo, El señor de la casa de Coombe, o alguno infantil, como El pequeño lord o Princesa Sara.