Un asesino en escena de Ngaio Marsh

Sinopsis

Ngaio Marsh, quien además de como novelista obtuvo también un merecido reconocimiento por su labor como directora escénica, fusionó de manera magistral ambas pasiones en Un asesino en escena, una de sus más logradas creaciones.

Ya desde el propio título, el escenario de la acción queda perfectamente enmarcado: el asesinato que tendrá que investigar el infatigable detective Roderick Alleyn, que por casualidad se cuenta entre el público, tiene lugar durante la representación de una obra dramática. Cuando, en plena función, un arma de atrezo dispara una bala real, las tablas del teatro Unicorn se convertirán de pronto en la inesperada escena de un crimen. La víctima: un actor mediocre que trataba de alcanzar el estrellato mediante el soborno. Los sospechosos: varias de las víctimas de sus chantajes y dos recelosas compañeras sentimentales. Todos los elementos necesarios para arrellanarse cómodamente en la butaca y averiguar cómo acabará la función…

¿Por qué me decidí a leerlo?

Después de leer Un hombre muerto, de Ngaio Marsh, quería seguir leyendo sus obras, si podía. Y, además, siendo de esta colección de Siruela, que recupera clásicos de misterio y que me encanta, estaba claro que lo terminaría leyendo.

¿Mereció la pena?

A mí este tipo de novelas es difícil que no me gusten, así que sí, por supuesto. Aunque creo que hay novelas de misterio de esa época mejores, no puedo evitar sentir debilidad por cualquiera de estas novelas que llegan a mis manos, y es raro que alguna no la disfrute. Me gustó que la autora usara una de sus pasiones, el teatro, que conocía muy bien, para el desarrollo de la historia. Ngaio Marsh empezó su relación con el teatro uniéndose a una compañía como actriz y más tarde dirigió varias obras de teatro. Por eso entendía muy bien la dinámica de una compañía de teatro, qué hacían en los ensayos o antes de salir a actuar, cómo era la labor del apuntador, o dónde podría esconderse alguien… Lo malo es que puede que ella lo tuviera muy claro en su mente, pero a mí me hubiera hecho falta un plano para situarme mejor cuando se explicaban los movimientos de los actores, por la escena y fuera de ella, en los interrogatorios y en la reconstrucción de los hechos. Todos esos movimientos eran clave para saber si podrían haber tenido o no intervención en la tragedia real. Si hubiera podido verlo o conociera mejor los teatros, supongo que lo hubiera entendido mucho mejor.

El inspector Alleyn, testigo directo del crimen y encargado del caso, no me cayó bien. Me resultaba presuntuoso, y en algunos momentos me pareció muy poco profesional, incluido el trato a algún testigo. Es bastante frecuente que este tipo de detective se guarde sus conclusiones y descubrimientos, y así puede que aumente el suspense o demuestre lo inteligente que es. Pero en este caso trata con demasiada condescendencia al personaje que no percibe por sí mismo la respuesta. No le dice nada porque tendría que darse cuenta él solo, casi como si fuera un concurso. Y al final, ni siquiera es que Alleyn acertara tanto… Me pareció un caso que, en el fondo, era relativamente sencillo, y que no se resolvió antes en parte por lo mucho que le gustaba a Alleyn complicarlo todo. Sobre todo, por no contar sus planes ni explicar sus teorías, y después, esperar demasiada iniciativa de sus subordinados. Intervenían más policías, pero me resultaban bastante intercambiables, aunque recuerdo el nombre de uno, Fox (y creo que en siguientes novelas gana protagonismo). Me hizo gracia que, sobre todo al principio, cada uno «apostaba» por alguien como posible culpable, y luego iban comprobando si las nuevas pistas cuadraban con su teoría o no.

Nigel Bathgate sí que me gustó como personaje. Es una especie de secundario (o Watson) para que el inspector brille más. Es periodista, y se supone que bastante bueno, pero también muy inocente. Llega a un extraño acuerdo con Alleyn, que le deja estar presente en los interrogatorios, y publicar sus artículos, previa censura del inspector. Pero a Nigel le cuesta obedecer y apartarse (las pocas veces que le piden que se aparte). También me gustaron algunos secundarios, pero me sorprendió que la autora no dejara en muy buen lugar a los actores y actrices en general. Pero claro, en este tipo de misterios es importante que existan muchos motivos y muchos sospechosos, y eso es complicado si todos son excelentes y bellísimas personas. Según se va conociendo al fallecido, lo que me extrañó es que no hubiera muerto asesinado antes. Los personajes femeninos me resultaron un poco extraños y relativamente similares, excepto la mujer más mayor que sigue actuando. Entre los hombres me parecía que había más variedad.

¿A quién se lo recomiendo?

A quien le gusten las novelas de misterio clásicas y el teatro.

Ritmo de lectura

Un ritmo medio tirando a rápido. Aunque quería saber quién era culpable, tampoco estaba excesivamente enganchada.

¿Leerías algo más de la autora?

Creo que sí, si encuentro más. Aunque prefiero a otros autores y autoras de novelas de misterio, casi nunca me puedo resistir a una novela de la época dorada del misterio. Además, he leído que en sus siguientes novelas van mejorando las tramas, y puede que el detective me acabe cayendo mucho mejor.

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