Sinopsis
La mítica expedición a las fuentes del Nilo en la Roma imperial de Nerón.
Numidia, año 62 d.C. El centurión veterano de guerra Furio Voreno encabeza la escolta de una caravana en cuyos carros viajan animales salvajes y seres humanos capturados para luchar en las arenas de la Roma imperial. Entre los cautivos hay una joven llamada Varea. Es orgullosa y salvaje como un felino, puede comunicarse con los animales y Voreno la observa, fascinado. Los retratos de la joven que el pintor de paisajes ha realizado durante el viaje despiertan el interés del emperador por Varea, que al ser rechazado por la chica la envía a la arena. Mientras tanto, Roma se prepara para una de las mayores expediciones de su historia: el emperador Nerón, a sugerencia de su consejero el filósofo Séneca, planea remontar el Nilo en busca de sus fuentes. Será un viaje más allá de los límites del mundo conocido, una gran maniobra militar que extenderá los dominios del imperio. Voreno y Varea participarán en ella.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Hace años leía muchos libros de este autor, pero dejé de hacerlo porque la novela histórica ya no me interesa tanto. Después de leer Teutoburgo decidí que seguiría leyendo sus libros si me interesaba la trama. Y al ver la portada y la sinopsis de esta novela pensé que podía ser una historia fascinante.
¿Mereció la pena?
En parte me ha decepcionado, creía que el autor sacaría mucho más partido a la historia. El mayor problema que tenía yo con esta novela es que me daba la sensación de ser un borrador, y no recuerdo haber tenido esa sensación en ninguna otra novela suya. Es cortísima para tanta trama: dos expediciones (que en esa época duraban muchos meses), una conjura importante y varias traiciones personales, luchas de gladiadores, el incendio de Roma, una historia de amor que desafía el destino de todo un pueblo… También algunas escenas me parecía que se quedaban a medias. A veces es un recurso literario, pero me daba la impresión de que faltaba algo porque luego no se hacía referencia a qué pasaba después, ni siquiera un comentario sobre cómo se tomaron lo que sucedió. Además, la sinopsis cuenta demasiado, así que pierde un poco de emoción la historia hasta casi la mitad del libro.
Aunque la historia está contada en tercera persona, perfectamente podría haber sido narrada en primera persona por Furio Voreno, que es el protagonista indiscutible, y del que sabemos gran parte de lo que piensa. Además, aparecen otros personajes como Subrio Flavo, que creo que es el que mejor me caía, por ser un amigo tan leal. Voreno me cansaba un poco por su forma de ser, a veces demasiado pasivo, y otras veces demasiado sufriente. Rufio Fabro es otro de los personajes importantes, pero no parece muy de fiar, y al principio me liaba un poco porque confundía a Flavo y Fabro por el nombre. También aparece un pobre pintor de paisajes, muy bueno dibujando, pero al que nadie nunca le dio un nombre, o Bastarna, el gladiador, que, además de luchar, también busca fieras para el circo romano. Según avanza la historia aparecen más personajes, pero bastante secundarios.
Reconozco que, por el título, pensé que las mujeres tendrían mucha más importancia en la historia. Varea es la única mujer con peso en la trama, aunque no está siempre presente porque a veces está separada de Vareno. Varea por un lado me gustaba mucho, y hasta la envidiaba, por poder comunicarse con los animales (aunque no todos), y por saber poner en su lugar a muchos hombres, en una sociedad tan machista. Aunque también daba sensación de frialdad, en gran parte por no saber qué pensaba realmente. Pero, por otro lado, al describirla tan perfecta, me parecía poco creíble, y más para una mujer tan joven, a la que en condiciones normales todavía le quedaría mucho por aprender. Tampoco aparecen muchas más mujeres, solo Haddad, la sibila, que es etíope y, cómo no, esclava; o Epicaris, la liberta que interviene en una conjura. Y luego mujeres sirviendo, pero poco más.
Lo que sí que me gustó mucho es la parte histórica, con algunas personas reales como Nerón (odioso) y Séneca. O cuando salía a relucir la guerra de Troya, uniendo una leyenda griega y una africana con el príncipe Memnón. Y disfruté mucho cuando hablan del faro de Alejandría o pasan por la famosa Biblioteca de Alejandría, donde se encontraba todo el conocimiento humano. Allí descubren lo que se sabe de la parte más desconocida de África, más de lo que se podía pensar. Las partes de la trama más místicas me gustaban menos, pero luego recordaba que en esa época eran muy creyentes en los dioses y sus favores, así que por qué no creer en las leyendas y tradiciones africanas. Muy interesante que el autor hable sobre una línea femenina, donde el poder pasa de madres a hijas. También me gustó leer la nota del autor, donde explica por qué se decidió a escribir esta novela, y cómo le influyó lo que estamos haciendo con nuestro planeta, básicamente destruirlo.
Es fascinante lo bien que describe los paisajes, como las Montañas de la Luna, la Gran Bifurcación, las Cataratas (de la I a la VI, que es la más cercana al nacimiento del Nilo) o el lago, por los que casi no habían pasado seres humanos en ese tiempo lejano, y que demuestran lo bella y maravillosa que es la naturaleza. También refleja que la civilización, en este caso la romana, puede ser muy destructiva en los territorios vírgenes, mientras que los que viven siguiendo tradiciones muy antiguas parecen más concienciados a la hora de conservarlo. El final, aunque me lo esperaba, no me gustó mucho, por el destino de dos personajes y porque me pareció demasiado abrupto. Me dieron ganas de decirle a Valerio Massimo Manfredi: «ahora que me has contado esto, no me dejes así, desarrolla un poco más».
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una historia basada en parte en un hecho real (o por lo menos existe constancia documental de que algo de esa expedición existió), contada por un autor que sabe mucho de la antigua Roma.
Ritmo de lectura
Bastante rápido, pero reconozco que paré durante varios días porque cuando llegué a una parte concreta se me quitaron un poco las ganas de leer. Pero si no hubiera sido por el parón, y al ser tan corto, me lo hubiera leído enseguida.
¿Leerías algo más del autor?
Probablemente, llevo ya muchos años leyendo sus novelas, y no voy a dejar de leer su obra porque esta no me haya convencido del todo.