Sinopsis
Mientras una ola de calor azota Estocolmo, una mujer es hallada brutalmente asesinada. La tercera en menos de un mes. Las víctimas llevan la firma de Edward Hinde, un asesino en serie cruel, manipulador y muy inteligente, encarcelado hace años gracias al psicólogo criminal Sebastian Bergman. Pero Hinde sigue entre rejas en una prisión de máxima seguridad…
El equipo de Torkel Hölgrund se encuentra en un callejón sin salida y bajo mucha presión: el homicida actúa cada vez con más rapidez y saben que pronto habrá otro crimen. Cuando el caso llega a oídos de Bergman, este decide usar sus artimañas habituales para hacerse un hueco en la investigación. Y descubrirá que los asesinatos están relacionados de una manera que nunca habría imaginado.
En Estocolmo nadie está a salvo. Ni siquiera él mismo.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque me leí el primero de esta serie, Secretos imperfectos, que me tuvo muy enganchada, y tenía decidido seguir leyendo estos libros.
¿Mereció la pena?
Me he llevado una decepción. Todo lo que me gustó en el primero no lo he encontrado en este segundo, así que no he estado enganchada, no como con el primero. Pero reconozco que es un tema personal mío, a otras personas puede que esa forma de narrar y montar la historia les encante. Para mí, en cambio, no tiene casi nada de lo que me engancha en una novela de suspense y tiene casi todo lo que me aburre. Además, en algunos momentos tanta maldad me resultaba un poco insoportable. Continué leyendo por conocer el desenlace (algo de curiosidad sí que tenía), y también para saber hasta dónde eran capaces de llegar los personajes principales en sus temas personales.
Me ha parecido que se centraba demasiado en la vida personal de los protagonistas. En Secretos imperfectos había muchos más personajes, así que la atención estaba más repartida, y más centrada en el misterio. Y la historia parecía más “cinematográfica”. En el primer libro me parecía que Bergman era insufrible, pero como lectora me resultaba soportable e incluso hacía la historia más amena. En este libro me ha resultado simplemente desagradable. Pero no solo él, prácticamente casi todos los personajes me han resultado cargantes por sus problemas y su forma de manejarlos. Pero en el caso de los investigadores, además se supone que son los mejores entre los mejores (lo tienen claro ellos mismos y en algunos casos también los demás), aunque no me parece que lo demuestren. Los autores tampoco dejan en muy buen lugar al sistema penitenciario sueco…
También me pareció que tenía poco suspense, y que casi todo lo que pasaba era muy predecible. Además de saber qué les pasa a Bergman y al resto del equipo o incluso a las víctimas, también se explica detalladamente lo que hacen y sienten los «malos» (los hay de distinto grado, incluso Bergman deja mucho que desear), y cómo fue su pasado (porque todo buen psicópata tiene algún trauma infantil). Conocer los pensamientos del culpable no es que me apasione, pero llevo peor saber el nombre del culpable y mientras los investigadores parecen muy lejos de descubrirlo… Entiendo que eso puede aumentar la tensión, pero no es mi caso. A mí me gusta ir al ritmo de la investigación, y no estar deseando que los protagonistas se centren, se olviden un poco de sus problemas personales y hagan su trabajo: investigar (y no buscar soluciones fáciles).
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les gusten las historias de psicópatas, y/o historias donde la vida personal de los investigadores es fundamental. En teoría habría que leerse primero Secretos imperfectos, aunque tampoco me parece imprescindible, porque explica bastante bien qué pasó en el libro anterior (en cuanto a las tramas personales).
Ritmo de lectura
Para un libro normal diría que medio, pero siendo un libro de suspense he ido bastante lenta.
¿Leerías algo más de los autores?
En gran parte se me han quitado las ganas, y más porque cada vez que termina un libro (por lo menos en estos dos), dejan una subtrama abierta, que se resolverá en el siguiente. Pero en este caso me han caído todos tan mal, que me da bastante igual lo que les pase.