Sinopsis
Catorce miembros del prestigioso The Detection Club, entre ellos autores de la talla de A. Christie, D. L. Sayers, G. K. Chesterton o R. Knox, recibieron la propuesta de escribir una obra colectiva partiendo del planteamiento inicial de un caso criminal. Cada colaborador se enfrentó al misterio sin saber qué solución tenían en mente los autores precedentes y entregaron en un sobre cerrado su particular solución al crimen. Por primera vez en la historia, los creadores de Hercule Poirot, la Srta. Marple, lord Peter Wimsey y el padre Brown aplicaban conjuntamente su pericia al mismo caso. Así nació El almirante flotante, considerada como una de las novelas clásicas del género policiaco.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me empecé a interesar por esta asociación, The Detection Club, y descubrí que existía este libro colectivo. Y como me entraron muchas ganas de leerlo, lo busqué y me lo compré.
¿Mereció la pena?
Mucho. Como amante de las historias de misterio clásicas británicas me parece una joya. El planteamiento me parece muy original, porque no se trata solo de escritura colaborativa. Aquí cada autor o autora escribe un capítulo, y el siguiente, sin tener ni idea de a dónde quería llegar el anterior escritor, continúa la historia. Tenían total libertad para escribir, y solo se les pedía que tuvieran bien pensada toda la historia, para que no complicaran la trama solo por enredar, y también para poder explicar sus pistas si los autores siguientes lo solicitaban. Y tampoco podían descartar sin más lo que los otros anteriormente habían escrito, todo tenía que tener lógica.
No solo me gustó leer la historia resultante, también leer la introducción de Dorothy L. Sayers, donde explica cómo empezó todo. Se trató básicamente de un juego, y en parte también un reto: demostrar que eran capaces de escribir una historia de misterio sin saber cómo acababa. Los policías de la vida real criticaban lo fácil que es resolver un crimen en la ficción, porque el escritor ya sabe quién es el culpable y todas las pistas conducen a ese desenlace. Y evidentemente en la vida real no es así. Con esta especie de juego los escritores están a ciegas y no les sirve tener pensado un culpable, solo pueden intentar que la trama vaya por donde ellos quieren.
El único que escribió sabiendo la solución fue G. K. Chesterton, que hizo el prólogo. El resto solo saben lo que contaron los anteriores, y llevan la historia a su terreno, van creando nuevos personajes (al principio), etc. Por eso la historia está llena de giros, y cuando crees que el culpable podría ser tal o cual, en el siguiente capítulo cambias de idea. En algunos capítulos me daba la impresión de que el escritor o escritora quería dejar un regalo al siguiente: “a ver qué haces con esta sorpresa en el último momento”. No explican cómo se decidió el orden (¿por sorteo?), pero el que comenzó la historia fue Victor L. Whitechurch, después siguieron G. D. H. y M. Cole (un matrimonio), Henry Wade, Agatha Christie, John Rhode, Milward Kennedy, Dorothy L. Sayers, Ronald A. Knox, Freeman Wills Crofts, Edgar Jepson, y Clemence Dane. Y el que «resolvió» el caso fue Anthony Berkeley.
Al final hay dos apéndices. El primero recoge las soluciones de cada autor (excepto los de los primeros capítulos, probablemente porque era demasiado pronto para inventar toda una trama). Exponen quién era su culpable, y explican cómo hubieran continuado y terminado ellos la historia. Esos finales los entregaban en un sobre cerrado junto con el capítulo que habían escrito, para ser abierto con la historia completa. Y por supuesto también se publicó, porque las mentes curiosas que leemos este tipo de historias siempre queremos saberlo todo… Así se puede comprobar que lo tenían todo bien pensado, y también si alguno «acertó». Y el otro apéndice es para aclarar ciertos detalles…
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les gusten los misterios clásicos. Creo que lo apreciarán mucho más los que hayan leído muchos libros de este tipo, porque no es una trama perfecta, pero el resultado es muy curioso.
Ritmo de lectura
Un ritmo medio tirando a rápido. En parte me daba hasta pena terminarlo, porque estaba disfrutando, así que igual por eso no lo terminé rápidamente.
¿Leerías algo más de los autores?
Buscaré otras obras escritas para The Detection Club. Y de los autores por separado probablemente también, aunque puede ser difícil encontrar algo de la mayoría de ellos (en castellano, sobre todo). De los catorce escritores, solo conocía a Agatha Christie, Dorothy L. Sayers, G. K. Chesterton y Anthony Berkeley. De Christie solo puedo releer, de los otros tres seguro que leo algo más.