Sinopsis
Atraída por un sugestivo anuncio en el periódico, Prudencia Prim llega a San Ireneo de Arnois, un pequeño lugar lleno de encanto cuyos habitantes han decidido declarar la guerra a las influencias del mundo moderno.
La señorita Prim ha sido contratada para organizar la biblioteca del Hombre del Sillón, un hombre inteligente, profundo y cultivado, pero sin pizca de delicadeza. Pese a las frecuentes batallas dialécticas con su jefe, poco a poco la bibliotecaria irá descubriendo el peculiar estilo de vida del lugar y los secretos de sus nada convencionales habitantes.
Narrado con ingenio, brillantez e inteligencia, El despertar de la señorita Prim nos sumerge en un inolvidable viaje en busca del paraíso perdido, de la fuerza de la razón y la belleza y de la profundidad que se esconde tras las cosas pequeñas.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me llamó la atención el título, porque me recordaba a algunas novelas inglesas que me han gustado, como El gran día de la señorita Pettigrew o El libro de la señorita Buncle. La portada me resultó curiosa y la sinopsis me convenció.
¿Mereció la pena?
Me decepcionó, me esperaba otra cosa. Como la prosa de la autora es fácil de leer, seguí leyendo, aunque no me gustaba lo que leía. También lo terminé para saber cómo acababa. El final me pareció demasiado abierto, pero dentro de lo que cabe, mejor de lo esperado. En general la historia me pareció absurda, por ese aislamiento que buscan los del pueblo, que no quieren saber nada de la vida moderna, pero que tampoco queda muy claro por qué les horroriza tanto. Me parecía más bien un intento de vivir sin feminismo, ni democracia, ni educación reglada… Y la protagonista parece igual de anticuada, así que no tenía claro en qué consistía su «despertar», ni en qué época se supone que transcurre el libro. Se publicó en 2013, pero me costaba creer que no fuera del siglo pasado (o del anterior).
En algunos momentos sí que me recordó a la literatura inglesa, por cierto parecido a Jane Eyre, El secreto de Gaudlin Hall o a otras historias protagonizadas por una institutriz (en este caso bibliotecaria, aunque también hay niños). Una mujer que está sola, y que por determinadas razones tiene que ponerse a trabajar en un lugar extraño, y con un patrón por el que se acaba sintiendo atraída. La protagonista suele ser muy recta o estirada o prudente, y no es el tipo de mujer que destaque ni suele atraer a los hombres. Si fuera atractiva probablemente se hubiera casado y no estaría sola ni trabajando, pero es que las historias son de épocas en las que las mujeres no tenían muchas salidas para subsistir (excepto siendo ricas). Prudencia Prim es bastante parecida a este tipo de mujer, aunque de época más moderna.
A diferencia de esas otras protagonistas, Prudencia me resultó muy irritante. Por algunas de sus decisiones, y también por el concepto que tiene de sí misma. Piensa que es sensible, cuando a mí me parece demasiado recta y estricta, y también parece empeñada en demostrar que no es feminista (y no hace falta que intente demostrarlo, no lo es). En su caso opta al puesto de bibliotecaria de un particular, que busca una mujer sin estudios superiores. Ella está sobrecualificada, pero acaba consiguiendo el puesto. Con su jefe no para de discutir, y casi siempre él gana las peleas. Pero me parecían discusiones entre dos personas que no piensan tan distinto. Por ejemplo, los dos creen que existen libros para mujeres (o niñas), como Mujercitas. La diferencia está en si creen que es literatura menor o no, y si es bueno para la educación de una niña que los lea o no.
Aparte de su jefe y los niños, muy inteligentes y educados de una forma peculiar, aparecen otros personajes. La mayoría son mujeres casadas, que trabajan y son económicamente independientes. Pero parece que su única finalidad es convencer a Prudencia de que se case. Da igual con quién o si hay amor, lo importante es estar casada. Ella al principio se queda horrorizada, pero luego empieza a considerar que es buena idea, y hasta cree que ese interés por casarla se debe a que la quieren. Yo pensaba: «si la acaban de conocer, ¿por qué cree que ese interés nace del cariño? ¿Y por qué no le explican las ventajas que tiene estar casada, aparte de que parece que es el estado natural de la mujer? ¿Y por qué los hombres que tienen algún protagonismo están todos solteros y no están buscando pareja, y los casados casi no aparecen en la novela?»
El pueblo se supone que es un lugar donde la protagonista descubre la solidaridad, los buenos valores, la amistad… Y para mí era un pueblo que acoge bien a los forasteros, si se adaptan a las normas; donde es difícil guardar secretos o conseguir que no se metan en tu vida; lleno de gente muy culta (o que se dan aires de serlo); que no parecen necesitar democracia y lo basan todo en una especie de sistema de favores; donde no les gusta la vida moderna, y la evitan siendo anticuados (o desfasados). Me hubiera gustado que el libro fuera como Las mujeres perfectas (el libro es de Ira Levin, pero yo he visto la película con Nicole Kidman), y que ese pueblo tan perfecto ocultara algo turbio… Pero no va por ahí la historia.
¿A quién se lo recomiendo?
Ni idea. En teoría es un libro que ayuda a valorar las pequeñas cosas, o la importancia de la solidaridad, etc. pero a mí no me ha parecido nada de eso. Y los que busquen una historia romántica creo que se decepcionarán.
Ritmo de lectura
Medio. Es fácil de leer, pero lo que me apetecía era discutir con la mayoría de los personajes, y eso me ralentizaba.
¿Leerías algo más de la autora?
Lo dudo mucho.