La Pimpinela Escarlata es una novela escrita por la Baronesa Orczy, también conocida como Emma Orzcy o Baronesa Emmuska Orczy. Una novela de aventuras, durante la Revolución francesa, con amor, intrigas, héroe que va de incógnito y que firma sus hazañas con una pequeña flor, villanos, traiciones y engaños… Que no tiene nada de malo leer este tipo de novelas, pero en este caso lo considero un secreto (in)confensable porque es el libro que más veces me he leído en mi vida. Y probablemente no encuentre otro con el que supere el número de lecturas.
Basándose en este libro se han hecho series y películas, y sus aventuras continuaron en otros libros, pero a mí solo me obsesionó este, el primero de todos. Ni siquiera sé cuántas veces lo he leído. Empecé a leerlo muy joven, creo que con unos trece años. En un diario que estaba escribiendo con esa edad, la última entrada en la que hice referencia al libro pone que había empezado a leerlo por séptima vez. Pero seguro que lo leí más veces, porque lo he releído también con más años, y me compré el libro en inglés, y ese lo habré leído otras tres veces (mínimo). En total, está claro que más de diez veces, pero a saber cuántas… Y seguro que algún día volveré a leerlo, aunque solo sea para recordar los viejos tiempos.

¿Y por qué era mi obsesión? La primera explicación es que tenía trece años, momento en el que es más fácil que te pase algo así, un momento fan como otro cualquiera. Pero estoy segura de que la razón principal era la historia de amor de los protagonistas. Algunas veces mis relecturas empezaban por la parte «interesante», una escena que casi me sabía de memoria. De noche, con la luna llena, con los sentimientos a flor de piel… Y a partir de ahí, mucha aventura, peligro, y resolución de todos los malentendidos. La historia en general estaba bien, aunque me molestaba un poco que casi todos los malos fueran los franceses (porque me gustaba la Revolución francesa, a pesar de sus excesos), y tanta aristocracia y demás me molestaba.
También me gustaba que la protagonista, Marguerite St. Just, una actriz francesa, casada con sir Percy Blakeney, un aristócrata inglés, fuera una mujer valiente e inteligente, pero con defectos y debilidades. Que cuando se da cuenta de su error no se queda en casa, esperando que los demás hagan algo, mientras ella sufre o espera a ser rescatada. No, trataba de resolverlo y se arriesgaba por la injusticia, y por supuesto por amor. Los otros personajes no estaban mal, y había bastante variedad: aristócratas que se lo tenían muy creído, idealistas desencantados, malos muy crueles (bueno, sin exagerar, que es para todos los públicos), héroes que se sacrificaban, amigos muy leales, hombres muy orgullosos, madres dominantes, personas que cometen ciertos actos por desconocimiento o para salvar a un ser querido… Lo dicho, un poco de todo.
Por supuesto también me gustaban los planes y engaños que montaba la “banda de la Pimpinela Escarlata”, aunque en las posteriores lecturas ya sabía qué iba a pasar. La cubierta (o portada) que creo que mejor representa al héroe es la que tiene el título en inglés, porque se trata de un hombre muy misterioso, del que no se sabe casi nada. Aunque también tiene gente leal a sus órdenes, él es el cerebro de todo, y el que guarda celosamente su anonimato. Su inteligencia y su arte con el disfraz son extraordinarios, y así puede rescatar a los aristócratas franceses de la guillotina. En parte yo agradecía que hubiera pocas peleas, porque en general me aburren, y que fuera más bien una lucha de intelectos, con muchos planes y engaños para salir airosos.

Como sigo teniendo mucho cariño al libro, en el taller de encuadernación lo encuaderné de nuevo. No se parece casi nada al original, aunque he conservado las tapas originales, que están en el interior (es lo que se suele hacer en encuadernación). Cosí los cuadernillos, le puse tapas nuevas de piel, y en la cubierta hice un mosaico con una pimpinela escarlata (la flor), con dos espadas cruzadas. Fue algo laborioso, pero es lo menos que se merecía este libro. También le hice un estuche, con el papel estampado con flor de lis (que no es la misma flor, pero queda igual de aristocrático). Aunque lo que más me gustó fue el lomo, me encanta el detalle en rojo…