Sinopsis
Alexander Cleave ha vivido siempre con la sensación de ser mirado y tal vez por eso decidió ser actor. Ha tenido éxito, y las miradas se han convertido en admiración; él mismo se describe, y no se equivoca, como el Hamlet perfecto: pelo rubio y lacio, helados ojos azules y una bien dibujada mandíbula, delicada, pero también refinadamente brutal y, a los cincuenta años, aún es razonablemente guapo. Hasta que un día se queda mudo en el escenario, huye y se retira a la casa de su infancia; su mujer lo acompañará los primeros días, pero luego se quedará solo. No es una separación, pero hay muchas cosas que no funcionan en su vida y Alexander cree que esta vuelta a los inicios acaso le permita comprender. La casa ha estado largo tiempo deshabitada y Alexander comienza a percibir presencias extrañas, fantasmas tenues, pero también las huellas de seres mucho más terrenales. Porque Quirque, el cuidador de la casa, y Lily, su hija adolescente, viven allí clandestinamente. Y también una joven mujer con un niño, entrevista apenas, y que quizá no sea un fantasma del pasado, sino del porvenir.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Después de leer El secreto de Christine, que firma con su seudónimo Benjamin Black, tenía curiosidad por saber cómo escribía siendo John Banville. Estuve a punto de elegir otro libro por el tema de los fantasmas, pero pensé que realmente no sería una novela de terror y me decidí por Eclipse.
¿Mereció la pena?
Para satisfacer mi curiosidad sí, porque he llegado a la conclusión de que escribe muy bien. El autor es capaz de sacar adelante una historia en la que realmente pasa poco, porque se trata más bien de una crisis existencial. El protagonista, Alexander Cleave, vuelve a la casa de su infancia después de sufrir una crisis como actor, lo que provoca una gran cantidad de recuerdos. No sabe muy bien por qué, pero siente que tiene que estar ahí y solo, pero no sale como él esperaba. Igual que en El secreto de Christine me llama la atención las pequeñas dosis de crueldad que, para mi gusto, no hacen falta, u que no sé si ocurrirá en todas sus novelas.
Me ha parecido bastante desconcertante toda la historia, y eso que la sinopsis revela demasiado (como que hay más gente viviendo en la casa). Me desconcertaba porque en el fondo no era capaz de comprender al protagonista. Pero no porque el autor no sepa explicarse, sino porque se trata de una historia muy íntima, de esas que parece que si no lo vives no puedes entenderlo. Te hace preguntarte, ¿qué va a hacer para recuperarse? Y más aún, ¿de verdad quiere recuperarse?
Me ha gustado la parte final, cuando parece que pasan más cosas, porque los otros personajes parecen empeñados en sacar a Alexander de su aislamiento. Lo más emotivo es la parte de la paternidad, con un giro al final que me desconcertó, más que sorprenderme, porque es una historia en la que parecía que cualquier cosa podía ocurrir. También me sorprendió que precisamente el eclipse apareciera muy al final, cuando ya casi se me había olvidado que precisamente ese era el título.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les gusten las historias sobre recuerdos, sobre uno mismo, sobre crisis existenciales… Abstenerse los que busquen historias en las que pasan muchas cosas.
Ritmo de lectura
Lento, pero porque es una historia de las que tienen poco que me enganche y me hagan desear seguir leyendo.
¿Leerías algo más del autor?
En principio sus historias no son las que me suelen atraer, pero sí que es capaz de hacerme amenas precisamente esas historias, y por eso creo que leeré algo de él de vez en cuando.