En 1938 Agatha Christie, junto con su segundo marido Max Mallowam, compró una casa llamada Greenway, cerca de la bahía de Devon o Riviera inglesa, donde pasó muchos veranos de vacaciones. Aunque al parecer nunca llegó a escribir allí ningún libro, la casa sirvió de inspiración para tres de sus novelas y se rodó un capítulo de la serie Poirot.
