Sinopsis
Desde muy pequeña, Maya se ha sacrificado en cuerpo y alma por el ballet. Trabaja como solista en la Compañía Nacional de Danza y los ballets más prestigiosos han puesto sus ojos en ella. Sin embargo, un grave accidente acaba con su futuro prometedor.
El único mundo que Maya conoce se ha derrumbado.
Su abuela, que ha guiado cada uno de sus pasos, la culpa por lo sucedido.
La ausencia de su madre pesa más que nunca.
Y un hallazgo fortuito abrirá una profunda herida.
Un viaje inesperado, una chica incompleta y una verdad escondida en una caja de música.
A veces, dejar que suceda es todo lo que necesitas.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Alguien me lo recomendó. No conocía a la escritora y siempre me gusta ir descubriendo nuevas autoras. Por otro lado, también me gustó el título y el tema de la bailarina que tiene que dejar de serlo, cuando es algo tan vocacional.
¿Mereció la pena?
Me ha gustado esta novela que trata sobre el amor en general. El de pareja, pero también el de amigos, hijos, padres, abuelos, y, por encima de todos ellos, el amor propio de la protagonista. Por lo que ella misma cuenta, es incapaz de decir y hacer muchas cosas que quisiera decir y haber hecho, le resulta imposible. Aunque algo hizo que cambiara y empezara a superar ese mal momento por el que pasa, donde todo su trabajo, su esfuerzo y, sobre todo, su vocación, se van al traste por culpa de un accidente. Pero no penséis que es un libro sobre danza o bailarines, eso es solamente una parte de la historia. La importante es la de la superación de Maya.
En otras ocasiones he comentado que la literatura romántica no me gusta. Pero cuando llegan a mis manos novelas como esta, pienso que sí me gustan. Porque son románticas, pero están muy bien escritas y, además, cuentan muchas más cosas. En esta novela, alrededor de una bonita historia de amor, se habla de la familia. Que a veces no es tan buena como esperaríamos, con algunos padres que no son capaces de dejar a sus hijos libertad para volar, y desde pequeños ya tienen pensado lo que harán de mayores. Por otro lado, están las madres que abandonan a sus hijos y no tienen por qué ser malas madres. A lo mejor en ese momento del abandono no tenían más remedio que hacerlo, así que no deberíamos juzgar a la ligera. Por eso también hay mucho tema social sobre la familia y sobre la superación personal.
Me ha gustado mucho la prosa de la autora, para nada empalagosa, a pesar de hablar sobre un romance. Y también me han gustado los personajes, no solamente la pareja, también los demás que les rodean. Un personaje que me ha encantado es ese pueblo de Italia donde se conocen y viven una temporada. Está descrito con tanta dulzura y realismo que parece que hueles y sientes el sitio, que comes sus comidas, bebes sus bebidas… O disfrutas de la compañía de los vecinos de la casa en donde viven, que son tan amables que me daban ganas de irme a vivir con ellos.
A pesar de las casi 500 páginas que tiene el libro, se me hizo corto por lo bien escrito que está. Es muy ameno y ágil, gracias a que está desglosado en capítulos cortos narrados por Maya, la protagonista. Y el último capítulo es un epílogo, contado por Lucas, la pareja de Maya. Con un final precioso, pero sobre todo con un mensaje positivo, en el que la autora explica que nos debemos querer tal y como somos, pero no tenemos por qué conocernos. Y eso es lo que debemos hacer en la vida, descubrirnos a nosotros mismos, aceptándonos, porque no siempre sabemos lo que queremos. Y eso no es malo, es una forma de alcanzar ese descubrimiento de nuestra persona.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien le gusten los libros que, además de hablar de una historia de amor, cuenten otras muchas cosas. Como, por ejemplo, la superación, el amor o desamor familiar, el descubrimiento de uno mismo.
Ritmo de lectura
Rapidísimo.
¿Leeré algo más de la autora?
Buscaré alguna novela más de ella.