Sinopsis
Nadie dijo que la vida fuera fácil. Pero Ponyboy está bastante seguro de que tiene las cosas controladas. Sabe que puede contar con sus hermanos, Darry y Sodapop. Y sabe que puede contar con sus amigos, amigos de verdad, que harían cualquier cosa por él, como Johnny y Two-Bit. Y en lo que respecta a los socs (una violenta banda de pijos a los que les encanta vapulear a los greasers, como lo son él mismo y sus amigos) sabe que puede contar con ellos para armar broncas. Pero una noche alguien lleva todo esto demasiado lejos y el mundo de Ponyboy da un vuelco inesperado…
¿Por qué me decidí a leerlo?
Para continuar con el nivel 3 del reto «Todos los clásicos grandes y pequeños», de Las inquilinas de Netherfield, tenía que leer un «clásico a elegir entre los cien imprescindibles de Penguin». Y como este libro juvenil era y es bastante famoso, pero no lo había leído nunca, resultó ser el elegido, después de descartar otros.
¿Mereció la pena?
Por conocer una novela que casi se considera fundamental leerla y así tener mi propia opinión, sí, y también para reencontrarme con mi yo adolescente, por lo menos para darme cuenta de que en algunas cosas no he cambiado. Por ejemplo, estoy segura de que esta historia sin casi personajes femeninos me hubiera aburrido de joven, igual que actualmente. Siempre que en la historia no hay como mínimo un personaje femenino interesante, o si parecen un simple relleno para que apoyen a los masculinos, es bastante probable que me deje de interesar el libro. Cuando era más joven sé que lo que me esperaba era romance, ahora no, pero sigo necesitando presencia femenina, y que me resulte convincente. Tampoco me suelen gustar si casi todo lo que hace avanzar la historia son los momentos violentos. O que me parezca que todo se pone demasiado dramático, sobre todo si creo que no es necesario. Un tema importante es el de la venganza. Y reconozco que es uno de los temas que menos me suelen interesar, sobre todo cuando quien quiere venganza es alguien que considero, más o menos, una buena persona.
El final, salvo la parte trágica, me pareció bueno. Y me gustó la relación familiar entre Ponyboy y sus dos hermanos, Sodapop y Darry. Toda la historia la cuenta Ponyboy en primera persona, y ya desde el principio no me pareció demasiado fiable. No porque mienta, sino porque todo lo ve muy sesgado. Y es bastante impulsivo. Lo que más me gustaba de él era que le gustara tanto la lectura y que tuviera buen fondo, aunque por estar en una banda parecía que tenía que ocultarlo. Mi preferido, y al parecer el de casi cualquier chica, era Sodapop. Además de guapo, parece simpático, conoce bien a la gente, y parecía saber qué decir en cada momento. Lo malo es que no le interesaban los libros, que eso le quita puntos. Darry también me gustaba por su seriedad y responsabilidad, aunque le faltaba abrirse y demostrar sus sentimientos. Johnny me dio muchísima pena, me parecía tan injusto que le pasaran tantas cosas malas. Dally no me cayó bien en ningún momento. Me sorprendió su parte buena, pero me pareció que se equivocaba en su forma de demostrarla. De la banda de los greasers había alguno más, como Two-Bit o Steve, pero estaban más como apoyo y casi me parecían intercambiables.
Como lo que más se describe es la parte que afecta a los greasers, el otro grupo, los socs, queda más desdibujado. Desde el principio parecen malas personas, como en casi todas estas historias. Los ricos o pijos que tienen que meterse con los pobres básicamente porque sí. Y los otros se defienden. Pero entre los socs luego están los que se salen de la norma, como Cherry, el único personaje femenino con algo de importancia. Es bastante justa y razonable, pero tiene un gusto horroroso en cuanto a chicos. Parecía que le gustaban los chulos y los que fueran a tratarla mal. O Randy, que yo no tenía claro si no quería participar en lo que sabe que está mal o es simplemente que no quiere meterse en líos. O las dos cosas. Todos estos personajes son menores o cercanos a la mayoría de edad, pero también aparecen adultos. Y creo que me extrañó un poco que, siendo tan razonables y con tantas ganas de ayudar, aparecieran tan tarde. Igual necesitaban que pasara algo grave para reaccionar.
Susan Eloise Hinton firmó la novela como S. E. Hinton porque pensaban en la editorial que, si estaba claro que era una autora, las reseñas y críticas serían peores. Y no me extrañaría nada que la gente hubiera creído totalmente que lo había escrito un hombre. Creo que la autora fue capaz de dar voz a un chico y que resultara muy creíble. Incluso tiene momentos que me parecían de auténtica misoginia, la que espero de chicos que casi no han tenido ningún contacto con chicas de su edad. Hinton escribió esta novela inspirada por la rivalidad entre dos bandas de su instituto, y la publicó en 1967, con 19 años. Es introvertida y no le gusta hablar de su vida privada, así que igual era muy observadora en el instituto, y por eso pudo plasmar tan bien cómo piensa un chico adolescente. O tal vez fuera de las que tenían más amigos que amigas. Sobre el título tengo que comentar que «outsiders» no significa «rebeldes», pero que puede ser que quien quiera que decidiera el título pensara que «forasteros» no servía o que «marginados» no resultaría demasiado atrayente.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una historia juvenil algo trágica, sobre bandas enfrentadas y un poco de redención. Al parecer es una novela que siguen recomendando en los institutos, y esa recomendación solamente la entiendo porque tiene moraleja. Pero sé que mi yo adolescente no la hubiera disfrutado nada.
Ritmo de lectura
Bastante lento, y creo que, si no hubiera sido porque es corto y por el reto, no hubiera conseguido terminarlo.
¿Leerías algo más de la autora?
No creo. Supongo que el resto de sus obras, como La ley de la calle, deben de ser parecidas a Rebeldes. Y no me llaman la atención.