Sinopsis
«El bolígrafo de gel verde es el retrato detallado, minucioso, magnífico y angustioso de cómo perder el tiempo y, en consecuencia, perder la vida».
Superficies de vida
Casa: 89 m2
Ascensor: 3 m2
Garaje: 8 m2
Empresa: la sala, unos 80 m2
Restaurante: 50 m2
Cafetería: 30 m2
Casa de los padres de Rebe: 90 m2
Casa de mis padres: 95 m2
Total: 445 m2
¿Puede alguien vivir en 445 m2 durante el resto de su vida?
Seguramente sí, seguramente usted conoce a mucha gente así. Personas que se desplazan por una celda sin estar presas; que se levantan cada día sabiendo que todo va a ser igual que ayer, igual que mañana; personas que a pesar de estar vivas se sienten muertas.
Ésta es la historia de un hombre que fue capaz de hacer realidad lo que cada noche imaginaba bajo las sábanas: empezarlo todo de nuevo. Lo hizo, pero pagó un precio demasiado alto. Pero si de verdad usted quiere saber cuál es el argumento de esta novela, mire su muñeca izquierda; ahí está todo.
Esta novela no ha sido galardonada con ningún conocido premio literario; ni siquiera con uno desconocido.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me dijo una amiga que le había encantado y que se lo había leído en un día. También me animó que no había leído nada del autor.
¿Mereció la pena?
Me ha gustado mucho esta primera novela del autor, narrada en primera persona, y en la que nos podemos ver reflejados muchos de los lectores que vivimos en una gran ciudad. Es todo tan real, que podría ser la vida de cualquiera de nosotros. Todos somos así, o muy parecidos. Hacemos las mismas cosas, opinamos cosas parecidas, reaccionamos de forma similar a como lo hacen los personajes de la novela. Y si no somos nosotros los que actuamos así, seguro que conocemos a mucha gente que sí lo hace. Así que como os digo, es una novela real como la vida misma.
Hemos hecho de nuestra vida una rutina que ni nosotros mismos la aguantamos, ni nos gusta. Hacemos cada día las mismas cosas: ir al trabajo, salir a comer, ir a la compra, hacer cenas, bañar a los niños, comer en casa de los suegros, etcétera, etcétera. Y un día nos damos cuenta de que no hacemos nada de lo que quisimos hacer, o de lo que nos gustaría hacer ahora. Pero en lugar de hablarlo con nuestra pareja, nos encerramos en nosotros mismos y hacemos que al final la vida no solo sea rutinaria, sino asquerosa del todo.
Por lo que cuento, puede parecer que es un muermo de novela y que el protagonista es un ser muy pesimista, pero nada más lejos de esto. A pesar de que su trabajo no le gusta y ocupa todo su tiempo, y que no ve casi a su mujer y a su hijo, y cuando llega y los ve está tan cansado que no habla con ellos, él lo que quiere es cambiar esa vida y no sabe cómo hacerlo. Y cuando lo intenta, no lo hace de la mejor forma posible, pero, en el fondo, cuando todo se derrumba, es capaz de seguir adelante y de transmitir esperanza de que, si queremos cambiar, podemos. No da soluciones, pero sí la esperanza del cambio.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien le gusten las novelas que son tan reales como la vida que nos rodea y que, aunque parecen tristes, en el fondo transmiten mucha esperanza.
Ritmo de lectura
Rapidísimo.
¿Leerías algo más del autor?
Claro que sí, ahora quiero leer más novelas de él.
¡Hola!
Recuerdo intentar leer esta novela cuando era más joven y no engancharme nada. Por lo que cuentas, creo que ahora podría entenderla mejor y captaría más mi atención. ¡Muchas gracias por tu reseña!
Nos vemos entre páginas
La vida de mi silencio