Sinopsis
La Gran Guerra dejó heridas profundas en el soldado Peter Blakeney, ahora dramaturgo en busca de inspiración. Cuando unos amigos adinerados le ofrecen pasar una temporada en las montañas para que se dedique a la escritura, decide aceptar. En el grupo de invitados, destacan dos bellas jóvenes: Graziella, infelizmente casada con Victor y por quien Peter siente una pasión no correspondida; y Sara, demasiado coqueta para el carácter celoso de su novio Dave.
Entre jugar al tenis y al bridge, nadar en el lago y montar a caballo, la obra que escribe Peter va progresando. Sin embargo, tras una velada tensa, uno de los huéspedes muere. Parece un suicidio, aunque nadie alcanza a dilucidar las razones. En cambio, el investigador inglés Trevor Dene, de vacaciones en la zona e invitado por el sheriff a echar una mano, está convencido de que se trata de un asesinato. Y si es el destino el que, legendariamente, está escrito en las estrellas, la solución al caso parece más bien hallarse bajo el influjo de la luna…
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me encantan los misterios clásicos, y por eso leo todos los que puedo. Esta colección de Siruela me gusta mucho porque rescata novelas poco conocidas, pero que merecen la pena casi siempre. Y también me ha servido para el reto «Todos los clásicos grandes y pequeños», de Las inquilinas de Netherfield, como «clásico cuyo título tenga cuatro o más palabras», nivel 3. Tanto el original como el traducido al castellano tienen seis palabras.
¿Mereció la pena?
Sí, me ha gustado, y me ha parecido una trama original. Por ser una mezcla de misterio clásico tipo puzle, con detective tipo Sherlock Holmes y una especie de Watson, más unos toques de novela negra americana. No suelo leer novelas negras clásicas americanas porque me espero los tópicos de detective atormentado, mujeres fatales, gánsteres… Y en las que casi siempre el detective sabe que va por buen camino porque le dan una paliza, o un golpe en la cabeza que le deja inconsciente, para que deje la investigación. (Como he leído pocas, igual es que he tenido la mala suerte de leer justo varias en las que pasa eso y ya generalizo). Aquí algunos detalles sí que se cumplen, pero para mí se compensaba con el toque británico y que casi todos los sospechosos estén reunidos y más o menos se conozcan entre ellos. El narrador (o el autor) aprovecha para meterse con los detectives aficionados de tipo listillo, que se inmiscuyen en la investigación, porque cree que en las novelas dan buen resultado, pero en la vida real le parecen unos pesados. Y esa escena, y cómo continúa, me hizo mucha gracia.
En general empaticé con el narrador, Peter Blakeney. Tiene un trauma por la guerra, es algo enamoradizo, tiene un código moral que más o menos entendía, una cierta curiosidad que se parece a la mía. Y me parecía buena persona, de los que consiguen ver más allá de las apariencias, aunque puede quedarse deslumbrado por ciertas personas. Me encantó la parte en la que muestra su lado como dramaturgo. El detective, Trevor Dene, también me gustó. Muy inteligente, pero un poco desconcertante por las salidas que tiene, y eso me resultaba divertido. La víctima me pareció perfecta, porque era quien tenía todas las papeletas para morir. La identidad de la víctima me parece que es mejor descubrirla al ir leyendo, y, además, si ni siquiera lo mencionan en la sinopsis, para qué iba a hacerlo yo. El resto de los personajes, especialmente la señorita Ingersoll, me parecieron bastante interesantes. Hasta me hubiera gustado saber más de sus vidas, líos, amores, desamores, esperanzas… La resolución me gustó porque me sorprendió, aunque yo ya tenía algunas sospechas.
La traducción es de Pablo González-Bueno, que no sé si tiene que ver con la traducción del título, un tema que siempre me llama la atención. Por un lado, simplemente cambia «pista» por el comodín «misterio», que podría ponerse en cualquier novela de este tipo. Pero, por otro, está el tema de la luna. «Rising» se puede traducir como creciente, pero también como naciente o el momento de la salida de la luna. Y como lo leí en digital, puedo asegurar que en el texto la palabra luna sale 23 veces, pero ninguna acompañada de creciente. Aprovecho para decir que me suelen gustar mucho las imágenes de las cubiertas de esta colección de Siruela. Y esta vez me he fijado más todavía porque en inglés encontré pocas, y la mayoría se veían bastante mal o eran muy sosas. En la edición en castellano han incluido una obra de Robert D. Wilkie, titulada Casa a orillas del lago Saranac, montañas Adirondack. En la novela el lago se llama Wolf Lake y creo que es ficticio. Existe un lago con ese nombre en el estado de Nueva York, pero no en las montañas Adirondack, que es donde estaría el lago de la novela. O igual existe allí otro, porque en esa zona hay unos 3000 lagos, y, si es un lago muy pequeño, podría no salir en una búsqueda rápida en Internet.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una historia que parece un misterio clásico británico, con pinceladas de novela negra americana, un poco de humor y otro poco de crítica social.
Ritmo de lectura
Rápido, quería saber cómo se resolvería todo.
¿Leerías algo más del autor?
Si encuentro algo más escrito por él, seguramente sí.
Muchas gracias, Sandra, por la reseña, que como todas las que escribes es inspiradora.
Tengo el libro, así que ahora, con tu recomendación, espero leerlo.
Un saludo.
Gracias a ti por pasarte y leerla. Espero que te guste la novela.
Gracias Sandra. Pendiente y con tu reseña espero que caiga pronto