Unas galletas de muerte de Joanne Fluke

Unas galletas de muerte - Joanne FlukeChocolate Chip Cookie Murder - Joanne Fluke

Sinopsis

Hannah está ocupada intentado esquivar los intentos de su madre por casarla mientras dirige la panadería más popular de Lake Eden. Pero cuando encuentran a Ron LaSalle, el querido repartidor de periódicos muerto en la parte trasera de su panadería, su vida ya no puede ir a peor. Decidida a no dejar que aquello afecte a la reputación de su establecimiento y sus famosas galletas, se propone descubrir al asesino. Pero si no anda con cuidado, su dulce vida podría amargarse. Nadie te sirve un misterio tan delicioso y lleno de suspense como Hannah Swensen, la heroína pelirroja repostera de Joanne Fluke, cuyas galletas de jengibre son tan ácidas como sus réplicas.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Por varias razones. Primero, porque no paraba de verlo en redes sociales y parecía que a la gente le gustaba. Segundo, porque quería leer algo con la etiqueta de «misterio cozy», ya que sigo sin tener muy claro qué novelas entrarían en esa categoría y cuáles no. Y tercero, pero no menos importante, porque me parecía una buena combinación la de galletas y asesinatos…

¿Mereció la pena?

Pues no demasiado, por exceso de azúcar… Empezando por las galletas, demasiado dulces para mi gusto (las recetas que incluye no me han tentado para hacerlas). El final es de los muy felices para (casi) todo el mundo (es de misterio, la persona culpable muy feliz no se queda). Y, entre medias, el pueblecito y sus habitantes. Me han parecido demasiado encantadores, al estilo norteamericano, en el típico lugar donde solamente se podría esperar un asesinato entre malvados visitantes que pasaran por ahí de casualidad. La mayoría en la vecindad son buenas personas, ayudan altruistamente (la dueña de una boutique parecía una ONG rebajando el precio de sus vestidos de noche), saludan siempre, adoran las galletas hechas por Hannah… Lo malo es que son bastante cotillas, y, a veces, no son tan amables, pero incluso entonces son bastante sutiles. Tienen sus problemas, o problemillas, pero enseguida parece que se solucionan, gracias a esas ganas de colaborar de la gente. Y si no se solucionan, tampoco era tan grave o bastaba con mantenerlo oculto.

Incluso hay un tema de maltrato de un marido a su mujer, que creo que no se trató adecuadamente (igual se hubiera solucionado si se hubiera enterado todo el pueblo, pero esos temas parece que no se tratan en público…). También es verdad que explican que es una situación complicada, pero me pareció decepcionante. Tampoco me gustó que apareciera la mentalidad de «las mujeres tienen que querer casarse y si el marido gana dinero en condiciones, dejar de trabajar». Como si trabajar fuera un simple entretenimiento para ellas. Hannah, la protagonista, es de las que creen estar muy bien sin marido, y no quiere ni conocer a los hombres que le quiere presentar su madre, básicamente cualquier hombre soltero. Pero sí que no le extraña que su cuñado quiera ascender y que así su esposa deje de trabajar. Porque él lo quiere así, no la hermana, que disfruta con su trabajo. Para Hannah ese es un pequeño conflicto de lealtades, pero no duda en ayudar a su cuñado para que consiga su ansiado puesto.

Creo que lo que más me ha gustado ha sido el gato de Hannah. Se llama Moishe, y es muy listo y muy suyo. Y sale poco, una pena. Hannah también me gustaba, aunque me parecía demasiado perfecta. Por mucho que su madre señalara constantemente sus supuestos defectos, en realidad conseguía caerme ella mal y que su hija me resultara más simpática. La hermana de Hannah, Andrea, me parecía mucho más interesante. Aunque en teoría se adapta mejor al ideal de la madre (guapa, casada y con hija), en realidad se gana la etiqueta de mala madre y esposa. Simplemente por querer trabajar fuera de casa y no ser la madre más amorosa. También de mala hermana por ser egoísta y esperar que Hannah se lo solucione todo. Me gustó mucho cuando las dos se juntan para investigar, me pareció divertido. Bill, el marido de Andrea, ayudante de sheriff con aspiraciones a ser inspector, me pareció bastante caradura. Porque quiere ascender gracias a encasquetarle la investigación a Hannah. Algo hace, pero demasiado poco… Salvo la ayudante de Hannah, Lisa, otro dechado de virtudes, y uno que aparece casi al final y es inspector, el resto de los personajes pasan directamente a la categoría de sospechosos.

Y si me hubiera gustado todo lo relacionado con el misterio, la investigación y la solución, creo que hubiera llevado mejor la forma de ser de los personajes. Pero es que es una investigación «de descarte», que son las que menos me gustan. Consiste en ir presentando personajes de los que Hannah sospecha (y yo también), pero que enseguida se demuestra que tienen coartada. Así que a por el siguiente personaje… En algún momento hay coartadas que se tambalean, para así volver a sospechar de alguien que supuestamente no podía haberlo hecho. Al final descubrí antes que Hannah quién era culpable. Y llegué a la conclusión de que no me parecía mal que una novata investigara, sino que todo me resultara tan poco creíble. Sería creíble si en la vida real se pudiera investigar así, sin preocupaciones tontas como «igual luego esto no se admite como prueba»; si la gente siempre cooperara tanto, porque parece que están deseando contárselo todo a una persona tan simpática como Hannah; o si se tiene mucha, pero mucha suerte, porque casualmente pasa esto o lo otro…

¿A quién se lo recomiendo?

A quien quiera leer una historia de misterio sencilla, en un entorno en el que casi parece imposible que ocurra un asesinato.

Ritmo de lectura

Un ritmo relativamente rápido, porque es muy fácil de leer.

¿Leerías algo más de la autora?

Lo dudo, con la cantidad de libros que me apetece leer. El tema del título me hace pensar que la propia editorial no tiene demasiada confianza en continuar con la serie. Porque la autora utiliza recetas concretas de dulces para titular sus novelas, y en castellano han despachado la historia con “galletas”, como si fueran todas iguales. Si todavía lo hubieran llamado «unas galletas con pepitas de chocolate de muerte», luego podrían seguir con las de azúcar, de jengibre… Lo que no descarto es ver la serie inspirada en esta saga de novelas, porque en un formato audiovisual creo que no me importaría tanto almíbar. Y seguramente leeré los otros dos títulos que han publicado de esta colección de Cozy Mystery, Crimen descatalogado y Asesinato entre libros.

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