Sinopsis
«Se desvanecerán todas de golpe como ha sucedido con los millones de imágenes que estaban tras las frentes de los abuelos muertos hace medio siglo, de los padres, muertos también ellos. Imágenes donde aparecíamos como niñas en medio de otros seres ya desaparecidos antes de que naciéramos, igual que en nuestra memoria están presentes nuestros hijos pequeños junto a nuestros padres y nuestras compañeras de colegio. Y un día estaremos en el recuerdo de nuestros hijos entre nietos y personas que aún no han nacido. Como el deseo sexual, la memoria no se detiene nunca. Empareja a muertos y vivos, a seres reales e imaginarios, el sueño y la historia.» A través de fotos y recuerdos dejados por los acontecimientos, las palabras y las cosas, Annie Ernaux nos hace sentir el paso de los años, desde la posguerra hasta hoy. Al mismo tiempo, inscribe la existencia en una nueva forma de autobiografía, impersonal y colectiva.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Unos meses antes de que le dieran a esta autora el premio Nobel de Literatura, en 2022, leí su primer libro, El acontecimiento. Me gustó mucho y pensé que quería leer más de ella. Cuando le dieron el premio me alegré, entre otras cosas porque la conocía, y no como en otras muchas ocasiones, que ni me suena el nombre del premiado. Cuando vi este libro retomé la idea de seguir leyendo su obra.
¿Mereció la pena?
Me ha encantado nuevamente leer a esta autora, en este libro que no es una novela. Es como una biografía, partiendo de algunas fotos, pero en la que tampoco se para demasiado en su vida. Más bien se detiene en las cosas que suceden en la sociedad que la rodeaba en esos momentos, desde 1941 hasta 2006. Las fotos le evocan recuerdos, y narra lo que vivió en esa época muy escuetamente, desarrollando mucho más la forma de vivir en esos momentos en Francia, y, sobre todo, su política. Lo que más me ha gustado es esa memoria colectiva que trasmite, sobre lo que ocurrió en su país, pero en el nuestro también, aunque con bastantes años de retraso por la dictadura que teníamos. A veces me hacía rememorar cantidad de cosas que yo recordaba que también habían pasado aquí en España, e incluso marcas que compartíamos con los franceses. Pero repito que nosotros siempre con años de diferencia, siempre por detrás, siempre llegando tarde.
En la primera novela que leí de ella, que también tiene tintes autobiográficos, ya me pareció una mujer muy especial. Aquí la he conocido aún más, y me ha encantado que fuera una mujer tan comprometida con los derechos humanos, y, sin embargo, siempre arrepintiéndose de lo poco que hace o lo mal que vota a veces. Enseña cómo se fueron ganando poco a poco en Francia derechos y libertades, y, sobre todo, la profundidad ideológica que los llevó a Mayo del 68. Pero también cuenta todo lo negativo de las políticas que se tomaron, durante la guerra de Argelia, o la del Golfo o Ruanda. A lo largo de todo el libro habla de personajes muy de izquierdas a los que admiraba, como Miterrand, Beauvoir, Sartre, Brassens o Brel, y explica que sus lecturas de cabecera son Libération y Charlie Hedbo. Todos los acontecimientos que narra para ella son “marcadores de vida”, e intenta enseñar que, gracias a su recuerdo, no se borrarán para siempre. Esos momentos que no se volverán a vivir más.
De forma cronológica va mostrando su vida, empezando por su niñez, en la década de los cuarenta, con una sociedad marcada por la Segunda Guerra Mundial, una época de penurias económicas y rigidez escolar. Después, pasa a la adolescencia, llena de deseo contenido, y todavía con ideas muy atrasadas. En donde ella misma se veía casada, porque era lo que había que hacer, y donde se sobrevaloraba conservar la virginidad para el futuro marido. Más tarde, en la madurez, ya se ve como una mujer realizada. La sociedad avanza vertiginosamente, y ella ya sabe que su futuro está exclusivamente en sus manos. Para ella la familia es muy importante, para poder mostrar toda la afectividad que lleva dentro, que antes no era normal demostrar. Pero también está un poco arrepentida, porque esta familia que ha formado la ha hecho alejarse de otros sueños que tenía. También con mucho miedo de asentarse en esa vida cómoda y hacerse una inmovilista, y, además, teme empezar a ser más consumista de lo que ya es, que es lo que predomina en la sociedad que la rodea. Así nos va contando cómo la sociedad desde su niñez ha ido cambiando y avanzando de forma muy rápida, y cómo ha dejado atrás muchas cosas que se creían importantes, pero que no lo son tanto.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien le gusten las biografías que se salen de lo normal.
A quien busque una perspectiva de la sociedad francesa, pero en el fondo también europea, de cómo ha cambiado desde los años cuarenta hasta nuestros días.
A quien disfrute conociendo la vida de una mujer como la autora, tan de izquierdas y tan crítica, incluso con ella misma.
Ritmo de lectura
Rápido.
¿Leerías algo más de la autora?
Quiero leer toda su obra.