Sinopsis
En 9 de cada 10 desapariciones, el culpable es alguien del entorno más cercano…
La pequeña Daisy, de ocho años, ha desaparecido durante una celebración familiar. Ninguno de los vecinos de la tranquila calle de las afueras de la ciudad ha visto nada. ¿O sí? El inspector Adam Fawley trata de no llegar a conclusiones precipitadas, pero sabe que nueve de cada diez veces, el culpable es alguien a quien la víctima conocía. Lo que significa que alguien miente. Y que la carrera contrarreloj para encontrar a Daisy ha comenzado.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Buscando novelas de suspense o misterio en eBiblio me encontré con una novela, Fuego en Oxford. La frase destacada aseguraba que la autora era la reina de la novela policíaca británica. Y me extrañó que ni me sonara su nombre, con lo que me gustan este tipo de novelas. Al ver que era una saga, decidí empezar por su primera novela, y conocer a esta dama del crimen.
¿Mereció la pena?
Me ha tenido enganchada, y algunas cosas en el estilo de la narración me han gustado por ser relativamente originales, así que por ese lado ha estado bastante bien. Para ser una primera novela me ha parecido que la trama es buena, aunque creo que la autora se deja llevar un poco por lo que se espera de estas novelas. Es decir, giros muy sorprendentes, un final que desconcierte… Pero me pareció que ese intento de sorprender consigue que algunas partes no estén totalmente explicadas. No es que deje cabos sueltos, pero a mí sí que me gusta tener mucho más claras las cosas y no pensar en que tengo que retroceder o acordarme de cualquier detalle para entender todo el conjunto. Igual es porque me gustan las novelas clásicas, en las que casi siempre quien resuelve el caso da una «clase magistral» y explica todo lo que ha pasado, así que se sabe el «qué, cómo, quién, por qué…» perfectamente. Por otro lado, no me resultó demasiado difícil adelantarme a los investigadores, a veces porque sabía algo del pasado (y ellos no), y otras porque me llamaban la atención ciertas cosas, cuando hacían preguntas o veían las pruebas, antes que a ellos.
Mi mayor problema fue al principio, por el detective, Adam Fawley, que narra en primera persona. Me daba la impresión de que era un listillo, así que me costaba leer las partes en las que él contaba cómo iba la investigación. Luego ya le fui aguantando (y conociendo mejor), y también ayudó que la autora no se centrara solamente en él. En la investigación, la agente Verity Everett es otra figura importante, que me cayó mucho mejor y me pareció más inteligente y sensata que él. Ella no cuenta lo que le pasa o piensa, en esos momentos está narrado en tercera persona, al igual que otros del pasado, para entender la desaparición de la niña. Lo más curioso es que en esas partes pasadas, que se van intercalando, retrocede en el tiempo, desde el día de la desaparición hasta unos meses antes. Esta narradora es de las omniscientes, sabe todo lo que piensan y hacen los personajes, aunque a veces tarda en explicar de qué personaje empezó a hablar o no lo cuenta todo. También me pareció muy original que, además de la investigación policial, incluyera artículos de periódicos o lo que se comenta en Twitter o Facebook, como si fueran mensajes en esas redes sociales. Además, se incluyen algunas transcripciones de interrogatorios.
Los personajes me gustaron, porque me parecían bien definidos y creíbles, aunque la mayoría me resultaban relativamente desagradables. Claro que es difícil que la sospecha de hacer desaparecer a una niña recaiga en gente buena y simpática, de esa que te encantaría tener en el vecindario. Pero no se trataba solamente de esos personajes, incluso Daisy tiene ciertos comportamientos que no la hacen demasiado simpática. Su madre y su padre tampoco parecen buenos progenitores, al hermano de Daisy, Leo, también parece que le pasa algo raro… Y luego van saliendo otros personajes por la investigación, relacionados o no directamente con el caso que, evidentemente, no puedo desvelar, y que no parecen tener buenas intenciones. Además, se incluye la parte personal de los investigadores, centrándose sobre todo en su paternidad o maternidad, y en cómo puede influirles en la investigación. Porque siempre es muy duro cuando están involucrados menores, pero, si al mismo tiempo viven alguna tragedia o problema personal, acaba resultando todavía más duro.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una novela de suspense relativamente corta, y que casi se puede considerar un rompecabezas que poco a poco se va resolviendo. Pero solamente quien lea la novela es capaz de ver todas las piezas.
Ritmo de lectura
Justo al principio me costó meterme en la historia, por el narrador en primera persona, y casi abandoné. Pero luego ya me enganchó y lo leí con bastante rapidez.
¿Leerías algo más de la autora?
No lo descarto, creo que es buena opción para cuando busco una novela que me enganche.