Sinopsis
Blanche, lady Chester, una joven bella, recién casada y embarazada, y también un poco engreída, se traslada a regañadientes junto con su hermana Aileen a una casa adosada de las afueras mientras su marido, Charles, se encuentra de misión diplomática en Berlín. Al llegar, descubre horrorizada que sus vecinos, los que ocupan la casa adosada a la suya, son de una clase social inferior a la suya. Sin embargo y a pesar de las reticencias, acabará por entablar amistad con la señora Hopkinson y sus dos hijas. Entre fiestas, pícnics y obras de caridad, ambas familias se irán conociendo y ampliando su círculo social. Pero, al mismo tiempo, deberán guardarse de aquellos que solo las buscan por el interés y la posibilidad de medrar socialmente.
¿Por qué me decidí a leerlo?
La sinopsis me pareció interesante, y me interesó más todavía al saber que la escritora favorita de Emily Eden era Jane Austen. Como gran fan de Jane que soy, eso me sirvió para sentir una especie de nexo con ella, por compartir gustos. Y no podía dejar de leer esta novela. Aunque pensaba que la leería más adelante, pero se me cruzó una lectura conjunta y no me pude resistir.
¿Mereció la pena?
En general ha estado bien, me ha hecho bastante gracia, y he pasado buenos momentos leyéndola. Lo que no me gustó tanto es que me ha parecido que empezaba genial, muy divertida, con una narradora en tercera persona presentando a la que yo creía que sería su gran protagonista, Blanche, pero que luego perdía un poco el humor. En parte lo notaba cuando dejaba de lado a Blanche y se centraba en otra gente, pero también porque empezaron a cambiar algo los personajes. Es difícil mantener el mismo nivel de humor cuando todos los personajes, que tenían bastantes defectillos, empiezan a enmendarse (incluso a “normalizarse”). Por ejemplo, Blanche. En la sinopsis pone que es bastante engreída, pero más bien su problema es que tiene demasiada imaginación, así que ve peligros por todas partes, uno detrás de otro, y a veces son hasta contradictorios. Relacionados con los futuros vecinos, el viaje de su marido, las mujeres que puedan estar interesadas en él, los problemas del embarazo y del parto… Y es tan exagerada, que ni su tía Sarah, ni su médico, el doctor Ayscough, le hacen mucho caso. Saben perfectamente cómo manejarla para que no se deje llevar por su desbordante imaginación. Pero más adelante se tranquiliza, se vuelve razonable, y ya no me resultaba tan divertida como personaje (para convivir con ella, mucho mejor cuando no se preocupa por todo).
Blanche teme que sus nuevos vecinos en la casa adosada vayan a resultar insoportables, y está a punto de renunciar a mudarse por esa idea preconcebida. Al principio ni se tratan, porque no son del mismo nivel social, hasta que, por una feliz coincidencia, se conocen. Y las dos partes ven que estaban muy equivocadas con lo que pensaban respectivamente, y que hay algo que, sorprendentemente, les une. Las vecinas son una madre, la señora Hopkinson, y sus dos hijas, con un padre, el capitán Hopkinson, ausente porque está embarcado. La señora Hopkinson tuvo otra hija de un matrimonio anterior, que se casó con el señor Willis, otro personaje con mucha imaginación. Pero, al contrario de Blanche, lo que a él le gusta es regodearse en las desgracias, pasadas y futuras, reales o no, da igual. Él lo que quiere es sufrir y que le compadezcan, empezando por lo de ser viudo. Su cambio al final no me resultó nada creíble, y no me extrañaría que volviera a las andadas. Willis tiene un hijo, el pequeño Charlie, al que más bien cuida su suegra. Otro personaje que para mí destaca es Rachel, una rica heredera que siente que sus tíos no la quieren, y que solo les interesa su dinero. Y que desconcierta a todo el mundo por su forma de ser.
Además de estos personajes, van apareciendo otros, y empiezan a perfilarse posibles historias de amor. Me esperaba algo más de “salseo”, pero casi todas las parejas se definen enseguida, así que todo lo que me imaginé que podía enredar la historia no sucedió. En general las parejas me gustaron, excepto una, justo la que cierra la historia con una postdata. Es decir, que yo hubiera sido más feliz sin ese cierre, aunque sé que en la lectura conjunta prácticamente a todas les pareció muy bien todo lo que pasaba, y les dejó muy buen sabor de boca. Y la novela les pareció igual de divertida de principio a fin. Pero a mí, que de repente, para tener un final redondo, casi todo el mundo cambiara y se volvieran tan buenas personas me pareció un poco irreal. Como decía, con la gente buena, solidaria, feliz y contenta, y sin defectos, es difícil encontrar motivos de burla. Lo que no me esperaba, siendo una novela tan corta, es que le diera tiempo a la autora a tratar muchos temas, aunque sin demasiada profundidad. Pero sí que sirven para tener una idea sobre la época, cómo vivían y se relacionaban. A esto también ayudaban las notas a pie de página, tanto de la traductora, como de la editorial.
La traducción es de Tatiana Marco Marín, y ha sido la primera vez que he podido conversar, vía Telegram, con una traductora, gracias a Raquel, que organizó la lectura conjunta. Estuvo muy bien poder preguntarle, porque nos contó cosas muy interesantes sobre la traducción, cómo la preparó, etc. Y yo, por fin, después de un montón de reseñas preguntándome quién decidía la traducción de los títulos, conseguí saberlo. Es decisión de la editorial, y, a veces, preguntan a los traductores y otras veces no. En este caso ya tenían decidido el título, que no se parece en nada al original (y que, como comentó en la lectura conjunta Noemí, mejor hubiera sido “vecinas”). Podían haber optado por una traducción más literal, aunque quedaría un poco soso hacer referencia simplemente a una casa adosada. O seguir el ejemplo italiano, donde las dos novelas cuyos títulos «hacen juego» en inglés (The Semi-Attached Couple y The Semi-Detached House) fueron publicadas como Una coppia quasi perfetta (Una pareja casi perfecta) y Una casa quasi perfetta (Una casa casi perfecta).
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una novela corta con algo de enredo, relaciones vecinales, unos cuantos amores, algún que otro fraude, y bastante humor.
Ritmo de lectura
Rápido. Es relativamente corto y se leyó en solo dos tandas, así que me duró menos de dos semanas. Sola lo hubiera leído todo seguido, y hubiera tardado menos, claro.
¿Leerías algo más de la autora?
Sí, más adelante leeré Una pareja casi perfecta, que es la otra novela que publicó (en castellano la publicó otra editorial). Y, es una pena, pero de esta autora no hay más novelas y solo se pueden encontrar las cartas que escribió a su hermana, que no sé si están traducidas.