Sinopsis
Una oferta de trabajo infame, una sala de espera desquiciante, un director de Recursos Humanos entregado al sadismo y a la entomología y nueve personas que buscan desesperadamente un empleo con la obstinación de un insecto.
Este es el punto de partida de Peligro de derrumbe, una novela poliédrica en la que el autor traza un aguafuerte descarnado de la crisis, la épica (si es que cabe) de unas vidas enmarañadas y rotas como las ramas de un árbol podrido por la carcoma y que conviene talar.
La madre que vende su reloj y también su tiempo más íntimo. La universitaria que no encuentra empleo ni motivos para seguir buscando. El insomne que cometió una traición. La trabajadora de la limpieza que siente vergüenza del olor de sus manos. El empresario que antes daba miedo y ahora grima. El encofrador que esconde sus dedos encallecidos… En esta sala de espera, todos viajan en el mismo barco. Todos lo hacen sin brújula. Y todos se dirigen hacia el mismo despeñadero.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Me lo recomendaron. Y al ver quién era el autor, del que había leído ya Los Ingratos y me había gustado mucho, me animé a leer algo más de su obra.
¿Mereció la pena?
Me ha gustado mucho esta brutal novela, que parece real como la vida misma. Porque se sabe que es ficción, pero según se va leyendo nos encontramos con el caso de millones de españoles que lo han pasado, y siguen pasándolo, fatal por culpa de la crisis. Y así el autor presenta a nueve personas que necesitan urgentemente un trabajo, sea el que sea, y que caen en manos de un “Director General de Recursos Humanos”. Que es de todo, menos humano. Es un auténtico bicho, rencoroso por su pasado, y que denigra a cada uno de los candidatos en cada entrevista.
Capítulo a capítulo va contando la vida de ese “Director General de Recursos Humanos” y de cada uno de los candidatos. Cómo han llegado hasta allí, sus cosas buenas y sus miserias, y, sobre todo, la desesperación que sienten en ese momento por encontrar un trabajo de lo que sea, y como sea. Y entre todos ellos hay un hilo de coincidencias, aunque algunos no lo saben, pero otros sí reconocen a los contrincantes de otros lugares y otros momentos. Se va entretejiendo una red invisible de casualidades, y en esa red lo que impera es el miedo a no conseguir el trabajo. Por eso algunos son capaces de contar cosas que saben de los demás, y que creen que es bueno hacerlo para acabar siendo elegidos.
Me ha parecido un libro brutal. Porque, en el fondo, todos conocemos a algún “Director General de Recursos Humanos” como el del libro, y también conocemos casos muy parecidos a los de las nueve personas que optan al trabajo. Todos sabemos que no siempre se elige a la persona que se lo merece o a la que tiene más méritos, o a la que lo necesita más. A veces la elección se debe al azar o a la suerte. O a la mala idea del “Director General de Recursos Humanos”, la mala bestia, al que no le importa ni la edad, ni el currículo, ni que todos estén desesperados por llevar dinero a casa. Y es que la crisis no entiende tampoco de nada de eso, y se ha llevado por delante a muchas personas y a muchas familias, incluso algunas han acabado en la calle.
Me ha gustado mucho que se dé voz a los invisibles de todas estas crisis, que se siguen una a una, y ya llevamos tres muy seguidas, que dejan a una parte de la clase media, que vivía mucho mejor que sus padres, viviendo ahora mucho peor que ellos. Que han perdido el trabajo, los ahorros, las casas, e incluso las ayudas estatales, y que el autor conoce muy bien porque es periodista. Y estas historias han salido de todos esos reportajes que hace. Por último, quiero decir que el título me ha parecido estupendo. Porque los nueve candidatos están a punto de acabar en derrumbe.
¿A quién se lo recomiendo?
A todos en general. Menos a los que ahora mismo estéis sin trabajo o buscando trabajo desesperadamente, o vuestra empresa no vaya bien y tengáis problemas económicos, o a los que no llegáis a fin de mes. Si estáis en esas situaciones, mejor no leerlo, porque no lo vais a pasar nada bien.
Ritmo de lectura
Rápido.
¿Leerías algo más del autor?
Por supuesto.