Los contrabandistas de libros y la epopeya para salvar los manuscritos de Tombuctú de Joshua Hammer

Los contrabandistas de libros y la epopeya para salvar los manuscritos de Tombuctú - Joshua HammerThe Bad-Ass Librarians of Timbuktu and Their Race to Save the World’s Most Precious Manuscripts - Joshua Hammer

Sinopsis

Origen y destino de las caravanas que cruzan el Sáhara occidental desde la Edad Media, Tombuctú era un mito en los confines del desierto. La imaginación y el comercio habían depositado allí fabulosas riquezas, pero sus muros ocultaban un tesoro muy distinto: 370 000 manuscritos que recogían los saberes cultivados por la erudición árabe durante cinco siglos. Había tratados científicos, matemáticos, filosóficos o místicos, textos clásicos, poemas, devocionarios y manuales para la mejora del rendimiento carnal. Aquel templo de la inteligencia fue profanado por la horda de fanáticos que conquistó el norte de Malí a principios de 2012. Su ley se perpetró sin dilaciones: ladrones mutilados, santuarios destruidos, adúlteros lapidados y obras impías condenadas a la hoguera. El fuego divino contra la razón humana. Los héroes de este relato se las ingeniaron para salvarla.

Abdelkader Haidara había dedicado treinta años a reunir el fondo bibliográfico amenazado por las llamas. Cuando ardieron los primeros volúmenes decidió organizar una operación de contrabando para impedir que los milicianos de la fe consumaran su fechoría. Durante varios meses, los baúles salieron de la ciudad con su inestimable carga de papel. Por ásperos caminos llegaban a orillas del Níger eludiendo los azares de la guerra y desde allí continuaban río arriba hasta Bamako, la capital del país. Un viaje lleno de incertidumbres y episodios novelescos. Esa es la aventura que narra este libro, una historia que, por una vez, acaba felizmente. Los contrabandistas de Tombuctú consiguieron burlar a los inquisidores.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Por el título quise saber de qué iba, porque lo de «contrabandistas de libros» me sonaba un poco raro, y más si tenía que ver con salvar manuscritos. Y me convenció que pusiera “una historia que, por una vez, acaba felizmente”.

¿Mereció la pena?

Me ha parecido muy interesante todo lo que se cuenta en este libro, aunque me esperaba que estuviera más novelizado. Tampoco es que parezca un ensayo, más bien un reportaje, pero muy extenso. Está muy bien documentado, y presenta algunos saltos temporales, hacia atrás y hacia delante, para poner en contexto lo que cuenta este periodista. Lo malo es que no tiene ninguna foto, que sí que suelen llevar los reportajes. Porque me hubiera encantado ver algunos de los libros de los que se habla, las caras de los que lucharon por ellos, los lugares… A veces me imaginaba que podría ser un excelente documental, con entrevistas (hay bastantes citas textuales), recreaciones históricas, vistas aéreas con drones. Normalmente al leer novelas no necesito imágenes, pero en este caso estaba deseando poder verlo realmente. Y después de terminar con la lectura me puse a buscar fotos, y también encontré algunos vídeos en Internet.

Aunque la historia parece que se centra sobre todo en Abdelkader Haidara (o Abdel Kader Haïdara, que es como lo he visto escrito al buscar fotos y vídeos), reconozco que el que más me impresionó fue Mohammed Touré. Por lo mucho que se arriesga en el terreno, mientras su tío, Haidara, dirige la operación. Me extrañaba que se involucrara tanto, porque no parecía sentir la gran pasión que sentía su tío, y a pesar de eso es capaz de arriesgar su vida. Evidentemente dirigir toda esa operación también era muy complicado (en algún momento Haidara llega a usar hasta 8 teléfonos simultáneamente). El resto de las personas que aparecen por las páginas son de distinta procedencia, porque es un asunto considerado internacional, y son relativamente secundarios. Cada uno tenía sus propios intereses, y bastantes de ellos no parecen preocupados por los manuscritos.

Las partes que más me gustaban eran las que tenían que ver directamente con los manuscritos. Al principio cuenta cómo Tombuctú empezó a convertirse en un centro neurálgico para el comercio en general, y para los libros en particular. También la tarea de reunirlos para que no se pierdan, en los años 80 y 90 del siglo pasado. Explica la gran desconfianza de aquellos que los habían guardado, por ser sus tesoros familiares. Y porque a lo largo de los siglos habían descubierto que en cualquier momento alguien se los querría llevar lejos (como los franceses colonizadores) o destruir. Algunos, por desgracia, ya estaban casi destruidos, pero otros, gracias a las condiciones desérticas y sin luz directa, estaban muy bien conservados. También me gustaba conocer cómo se negociaba para recibir dinero del exterior para la compra, la restauración o la conservación.

Y las partes que menos me gustaban eran las militares y de la ocupación de Tombuctú. Admirable la resistencia de la población que no se había marchado, con los dirigentes de la comunidad tratando de mediar para salvar a la gente de los castigos o la destrucción de los bienes culturales. Casi me temía una masacre, pero incluso esos fanáticos sabían que no podían ponerse en contra a toda una población a la que aspiraban a dirigir. Y qué mal lo pasaba yo con todos los movimientos previos al ataque y al golpe de Estado, cuando solo unos pocos creen que puede haber problemas con los yihadistas y los tuaregs laicos, que siempre han querido un país para ellos. También por toda la violencia hacia la población civil, o hacia los extranjeros, para pedir rescates millonarios. Incluso entre los yihadistas y los tuaregs se desataba la violencia.

Un momento que me pareció aterrador fue cuando un clérigo musulmán yihadista admite que algo que le dicen contrario a su opinión, y que está por escrito, puede ser cierto. Y él decide que entonces ese documento debe ser destruido. En el libro aparecen situaciones muy graves como asesinatos, secuestros, mutilaciones… Pero ese desprecio por las ideas de los demás, incluso sabiendo que son ciertas, me parecía muy desesperanzador. Además de sufrir por el negro futuro de los libros y la cultura, también me resultaba duro leer sobre las condiciones de las mujeres al instaurar la sharía (aunque no se habla mucho de eso). Y algunos detalles, como que lo primero que hacen los yihadistas al ocupar una ciudad o pueblo es prohibir la música. Y cómo, también, es una de las primeras cosas que se recupera cuando la gente siente que ya no hay peligro.

La traducción es de Mariano López. Lo que me ha llamado la atención han sido las diferencias entre el título original y el traducido al castellano. Para empezar, los bibliotecarios (librarians) pasan a ser contrabandistas de libros. Lo de traducir «bad-ass» entiendo que podría ser conflictivo, porque podría referirse a que son duros de pelar o geniales (o que sea un insulto, pero esa acepción es muy poco probable). La carrera (race) pasa a ser epopeya, y los manuscritos que salvan pasan de ser los más valiosos del mundo (the world´s most precious manuscripts) a ser simplemente los manuscritos de Tombuctú (Timbuktu en inglés). Por algunos reportajes que había visto anteriormente, conocía la existencia de los manuscritos, y que estaban bastante bien conservados. Pero desconocía su gran importancia. Por todos los conocimientos que reúnen, lo bellos y únicos que son algunos, y el interés que ha tenido la gente de esa tierra en conservarlos durante siglos. Además, porque es una demostración del falso prejuicio de que en África siempre han estado atrasados y que la transmisión del conocimiento solo se hacía oralmente.

¿Al final mereció la pena todo el esfuerzo que hicieron estos bibliotecarios, sus amigos y contactos? Pues espero que sí, aunque en el momento en el que termina el libro lo de que esta historia acaba felizmente es algo relativo. El libro se publicó en 2016, y lo que ocurre se cuenta hasta más o menos 2014. No era del todo seguro que la zona siguiera estando tranquila, así que los libros todavía no podían volver a las bibliotecas de Tombuctú. Pero, además, a largo plazo tampoco existe la seguridad de que no vuelva a ocurrir. Porque ha sido una constante en el pasado que esa zona pasara de la tranquilidad y estabilidad, cuando la gente podía compartir sus ideas y conocimientos, a momentos en los que todos esos manuscritos corrían gran peligro. Lo que sí que da esperanza es que se están digitalizando todos esos manuscritos (ver vídeo) y eso hará más difícil que se pierda un patrimonio tan importante.

¿A quién se lo recomiendo?

A quien quiera conocer un episodio real, contado por testigos directos, de la sinrazón de los seres humanos empeñados en destruir lo que contradice a sus ideas. Y cómo algunas personas hacen lo que pueden para salvar la cultura.

Ritmo de lectura

Un ritmo medio. Cuando se centraba en los manuscritos iba más deprisa, en las partes bélicas o violentas, más despacio.

¿Leerías algo más del autor?

Ha publicado más libros, pero creo que no están traducidos. Y si los traducen y el tema me interesa, no descarto leer alguno más de sus libros o reportajes.

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