Sinopsis
Un anciano vagabundo es encontrado sin vida en la carretera entre King’s Langley y Berkhampstead. La única pista, atada al último botón de su andrajoso abrigo, es un pedazo de cartón en el que aparece escrita la palabra «Tres». Poco después, Aloysius Skinner, presidente de la compañía Cochinilla Imperial, muere a causa de un misterioso disparo mientras viaja en el asiento trasero de un taxi. Junto a su cuerpo la policía descubre otra nota similar, solo el número varía: «Cuatro». La situación se vuelve aún más inquietante cuando un profesor de literatura clásica, Oliver Maddock, es asesinado durante una celebración familiar, engrosando así el macabro grupo con el número «Cinco».
El inspector Dewar y el superintendente Bone, de Scotland Yard, tendrán que atar todos los cabos de una nebulosa trama cuyas ramificaciones se extienden desde la campiña inglesa hasta la lejana Sudáfrica, a la vez que plantea dos acuciantes enigmas: ¿dónde están las víctimas «Uno» y «Dos»? y, sobre todo, ¿hasta dónde llegará la mortal secuencia del asesino silencioso?
¿Por qué me decidí a leerlo?
Cada vez que veo que han sacado una nueva novela de esta colección de la editorial Siruela no dudo ni un momento en leerlo. Ni siquiera miro la sinopsis, porque es casi imposible que ponga algo que me haga desistir de leerlo.
¿Mereció la pena?
No ha estado mal, porque la historia es original, aunque me esperaba más misterio y menos conocer cómo funcionaba Scotland Yard en esa época (en 1929 se publicó esta novela). Porque casi toda la novela, excepto los dos primeros capítulos, trata sobre lo que sabe o hace o deshace o piensa el inspector Dewar, aunque está contada en tercera persona. Esos dos primeros capítulos son para poner en situación, ya que cuenta cómo se encuentran los dos primeros cadáveres, para después describir el asesinato del tercero (o quinto, según se mire). Porque junto a los cuerpos siempre se encuentra un número, y parece indicar que faltan dos… En estos capítulos me gustaron los toques de humor e ironía, aunque luego creo que se diluye un poco, puede que debido a que el trabajo de Scotland Yard es algo serio, y con mucho humor podría parecer una parodia. Me decepcionó un poco el final del libro. Me pareció bien cómo finaliza la persecución, con un pequeño golpe de efecto, pero luego me esperaba alguna aclaración más. Mi curiosidad quería un epílogo para saber si había consecuencias con todo lo que había pasado.
En los siguientes capítulos queda claro que la policía está desconcertada. Primero porque no encuentran la relación entre las víctimas ni los motivos para asesinar a estos hombres. Y luego porque el asesino parece demasiado listo, aunque también influye que hay gente que no coopera con la policía. La investigación la lleva Dewar, supervisado por el superintendente Bone. En la novela no se sabe absolutamente nada de la vida personal de ninguno de los dos (aunque se podría intuir que Dewar no tiene cargas familiares). Bone me pareció que al principio se comportaba con demasiados aires de superioridad. Creía que lo sabía todo, pero se enfrentaba a alguien mucho más inteligente que él. Y que Dewar, que a veces parecía un poco novato. Una vez que se conoce la identidad del asesino, bastante avanzada la novela (pero sin llegar casi al final), para mí perdió un poco de interés, aunque es algo que siempre me pasa. Lo que me importa más es saber quién y por qué, si luego lo atrapan o se escapa no me mantiene en vilo.
El traductor es Pablo González-Nuevo, y en su traducción incluye varias notas que se agradecen. Pero lo que no entendí es por qué tradujo el nombre de la empresa de una de las víctimas. El nombre en inglés es The Imperial Cochineal Company, traducido como Compañía Cochinilla Imperial. Podría haberlo traducido en una nota, pero es que cada vez que leía el nombre me parecía que esa compañía no se podía tomar en serio. Si a nadie se le ocurriría traducir Scotland Yard (que podría ser Patio de Escocia), ¿por qué esta empresa sí? ¿Solo por ser ficticia? La cubierta tampoco sé muy bien a qué se debe, aunque me parece muy bonita. Pero creo que no hay ninguna escena que tenga mucho que ver con ella, y mujeres casi no aparecen… Al terminar de leer busqué al autor, y averigüé que era escocés, aunque nació en la India, y me resultó curioso que todas las novelas policíacas las publicó con el seudónimo Neil Gordon. Escribió ensayos, pero también novelas satíricas, así que me pregunto por qué creyó que era mejor que no se supiera que él había escrito esas novelas de misterio.
¿A quién se lo recomiendo?
A quien quiera leer una novela de misterio clásico en la que lo más importante es el procedimiento policial.
Ritmo de lectura
Lento teniendo en cuenta que es una novela de misterio, pero es que no me sentía atrapada por la lectura.
¿Leerías algo más del autor?
No lo descarto, incluso no me importaría leer alguna de sus novelas no policiacas, como Inglaterra, su Inglaterra, su novela más famosa. Pero tengo antes otros autores y autoras en el «punto de mira». Y, por supuesto, seguiré leyendo todo lo que se publique en esta colección.