Sinopsis
Tras la muerte de su padre, Iza ofrece a su madre una nueva vida junto a ella en Budapest. Sin embargo, la anciana, que en principio se muestra profundamente agradecida, es incapaz de adaptarse a las comodidades de la vida moderna y al universo perfectamente organizado de su hija. La incomprensión y la irritación se apoderan de su relación hasta el día en que la madre decide volver al pueblo, una decisión que tendrá fatales consecuencias.
La balada de Iza reflexiona sobre los silencios que sofocan la vida doméstica, y sobre la dificultad de amar y de comprender al otro.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Después de leer La puerta, novela de la misma autora y que me encantó, me apetecía conocer más su obra y así volver a leer algo de literatura húngara, de la que he leído muy pocas cosas.
¿Mereció la pena?
Me ha gustado incluso más que el anterior que leí de la autora. Me ha parecido un bello cuento en el que, a pesar de lo bonito que está escrito, se cuentan cosas terribles. Es una historia muy sencilla, en la que se nos va narrando por qué los personajes evolucionan de la manera que lo hacen a lo largo de la vida. La autora aquí sí juzga a sus personajes y los hace a unos muy dulces y bondadosos y a otros muy crueles, pero no tienen una crueldad manifiesta, sino más bien sutil por su frialdad y su cuadriculación mental. Así nos presenta a unos padres dulces y cariñosos que viven por y para su hija, y a una hija fría y calculadora, que los quiere y que no repara en gastos hacia ellos, pero le es muy difícil demostrar el cariño que siente. Y le pierde el tener la vida demasiado ordenada y no puede salirse de sus normas ni un ápice. En el fondo ninguno es malo ni bueno, son como son, se nace así y poco se puede cambiar si no quieres.
La historia transcurre en los años 60, una época de transición en Hungría, entre la tradición y la modernidad, donde chocan el idealismo y el materialismo, el comunismo y el capitalismo, y así de diferentes son los dos mundos en los que viven la madre y la hija. Y, sobre todo, en ellas dos lo rural de la madre y lo urbano de la hija. A eso le añadimos la soledad, aunque están juntas, que la madre siente por la pérdida del padre y la hija por tener que ocuparse de la madre. Y, a pesar de las buenas intenciones que tienen las dos, sus vidas se convierten en un auténtico infierno.
Se ve claramente que lo material, tener muchas cosas, no nos hace más felices. A veces nos lo hacen otros pequeños gestos y detalles, aunque vivamos de una forma menos cómoda. Tampoco el cariño se paga dando cosas caras a los que queremos, es mejor estar cerca de ellos, pero de forma que los escuchemos, que compartamos con ellos y que les dediquemos tiempo. A veces un silencio es lo peor que puede haber entre personas que se quieren, pero que no se comunican.
Y durante toda la novela se habla del lugar que en las sociedades modernas ocupan nuestros ancianos, personas que lo han dado todo en su momento y ahora se intenta descartar. La sociedad los arrincona, llegan a la vejez llenos de miedos, en lugar de llegar tranquilos y esperanzados. En el caso de esta madre, la hija piensa que lo mejor es que esté llena de cosas materiales a su alrededor, que no sabe utilizar y que la mantienen ociosa y aburrida, cuando lo mejor hubiera sido hablarlo con ella y saber qué es lo que quería.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que os gusten los libros en que parece que se cuenta una bella historia, pero se podría escribir otro libro con todo lo que nos muestra, como la complicidad de las parejas y lo difícil que es el salto generacional y lo poco que se suelen entender los padres y los hijos. La sociedad moderna y todo lo que ha cambiado para bien de unos, pero también para mal de los ancianos. La conciliación familiar, es difícil tener tiempo para trabajo y vida personal, ocio, familia. Las relaciones madres e hijas, que no siempre suelen ser tan bucólicas como se las pinta. El espacio tan pequeño que se deja en la sociedad a nuestros mayores, que parece que siempre estorban. Y la incomunicación entre personas que conviven, a veces tan cerca y tan lejos.
Ritmo de lectura
A mi ritmo normal de lectura. No quería ir muy rápido porque me he recreado bastante en la lectura.
¿Leerías algo más de la autora?
Seguro que sí.