Sinopsis
Escrita con tan sólo veintitrés años, El corazón es un cazador solitario (The Heart is a Lonely Hunter, 1940) fue la primera novela de Carson McCullers y dio a conocer la magnitud de su talento. Centrada en el ambiente de una pequeña ciudad sureña y en un grupo de personas que, en torno a la figura emblemática del sordomudo John Singer, el personaje más conseguido de esta genial autora, tienen en común la esencial soledad, su marginalidad y el rechazo de una sociedad que les ignora, El corazón es un cazador solitario es ya un clásico de la narrativa contemporánea.
Leyendo El corazón es un cazador solitario el lector no puede evitar implicarse con cada uno de sus personajes y vibra ante la experiencia de seguir a Carson McCullers en su viaje por las profundidades del alma humana. Esta pieza maestra justifica sobradamente las palabras que Graham Greene escribió acerca de su autora: «Carson McCullers y quizá William Faulkner son, tras la muerte de D. H. Lawrence, los únicos escritores con una sensibilidad poética original. Prefiero Carson McCullers a William Faulkner porque escribe de modo más claro; la prefiero a D. H. Lawrence porque no tiene mensaje.»
¿Por qué me decidí a leerlo?
No había leído nada de esta autora y me la habían recomendado muchas veces, así que decidí empezar por su primer libro, un clásico de la literatura americana, con un tema que a mí me gusta mucho: la América profunda. Bueno, en el fondo me gusta mucho la literatura de cualquier sitio “profundo”.
¿Mereció la pena?
Me ha parecido una gran novela sobre la soledad, pero también sobre el amor. Ambientada en el Sur de los Estados Unidos, en esa América profunda que a mí tanto me gusta de la literatura norteamericana. Transcurre en los años treinta, y con muchos temas a tratar, como el racismo, la igualdad, la cultura… Y con personajes muy variados, negros, homosexuales y niños. Algunos de los temas que trata eran totalmente tabú en la época de la obra.
Lo que más me ha gustado de la novela es la simplicidad que tiene en la narración. Sigue una línea en la que jamás te pierdes, no te complica ni con el vocabulario que emplea, ni con las imágenes que utiliza. Todo está bien claro durante todo el libro, y, sin embargo, expresa las emociones de todos los personajes de forma magistral y nos muestra sus sentimientos muy claramente.
Hay un personaje central, que es el mudo Singer, y alrededor de él giran todos los demás personajes: su gran amigo, otro mudo, Antonapoulos, y su locura; el tabernero Brannon y su soledad; el doctor negro Copeland y sus ideas políticas; el comunista Blount y su alcoholismo; y la adolescente Mick y sus sueños de hacer música. Gracias a la sordera del personaje central, todos están a gusto cuando están con él, porque cada uno le traslada sus miedos, sus ansiedades, sus sueños, sus tristezas… Y él, que se encuentra lejos de su gran y único amigo, se deja llevar por todos los demás personajes, los escucha y les hace sentirse felices. Es el gran amigo de todos ellos, todos están deseando ir a hablar con él, pero si alguna vez se juntan con los otros, son incapaces de relacionarse y charlar en común. En el fondo no es un amigo, porque no comparte con ellos casi nada, solo escucha y eso les consuela de sus frustraciones e insatisfacciones.
Me ha parecido una historia muy dura disfrazada de ternura, y me ha parecido increíble que la autora la escribiera con 23 años. Y que fuera capaz, con esa sencillez de prosa, de contarnos tantas cosas de la sociedad de esa época. Una sociedad llena de injusticias, mucha pobreza e incultura, y, además, con la segregación del sur provinciano de Estados Unidos en los años treinta. Todos tienen sueños, sienten pasión por algo y tienen falsas esperanzas, pero es lo que les hace sobrevivir.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que os gusten las novelas de la América profunda, donde se habla de la sociedad de los años treinta, con sus injusticias, su racismo, su pobreza, su incultura…
Ritmo de lectura
Rápido.
¿Leerías algo más de la autora?
Seguro que sí.