Vieja Navidad de Washington Irving

Vieja Navidad - Washington IrvingOld Christmas - Washington Irving

Sinopsis

 

Washington Irving nos dejó una obra memorable, su famoso The sketch book. Allí se recogieron por primera vez sus más célebres historias (La leyenda de Sleepy Hollow o Rip Van Winkle, entre otros). Pero gran parte del éxito de este libro vino por una novela, Old Christmas, donde retrata de forma nostálgica y humorística las celebraciones navideñas en una casa de campo inglesa. Este delicioso y olvidado clásico de las fiestas navideñas le ganó fama a su autor en Europa y fue la fuente de inspiración de la famosa novela Canción de Navidad de Charles Dickens. Además, construyó buena parte del moderno espíritu nostálgico de estas fiestas en la cultura occidental. Su lectura, junto a la de Dickens, merece ser una tradición navideña.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Por ser una lectura conjunta de El club de la pecera, de La pecera de Raquel. Ni sabía que existía este libro, así que me pareció buena idea unirme a esta lectura (aunque es tan corto que fui a mi ritmo, y además lo leí en inglés, en formato ebook, descargado del Proyecto Gutenberg).

¿Mereció la pena?

No va a pasar a ser de mis lecturas favoritas, pero sí que me ha gustado leer a Irving. Esta historia forma parte de lo que se conoce como The Sketch Book of Geoffrey Crayon, Gent, también conocido como The Sketch Book. Se publicó por entregas entre 1819 y 1820, y contiene 34 ensayos y relatos de Washington Irving. Pero para publicarlos utilizó un seudónimo, Geoffrey Crayon, que después usó más veces. Cuando lo leí no sabía eso, y ahora tengo la duda de si leyendo The Sketch Book completo hubiera pensado distinto de lo que he leído. Porque igual lo vería con otros ojos pensando que no es Irving el que habla realmente, si no su personaje narrador, el tal Crayon, al que igual no hay que tomarse demasiado en serio (o igual sí).

En el primer capítulo o sketch cuenta qué significan para él las navidades, y sobre todo las tradiciones inglesas, que cree que por desgracia se están perdiendo. Ahí me parecía el «típico» americano deslumbrado por las antiguas costumbres inglesas, porque en su país (Estados Unidos) todo parece demasiado reciente. También me hizo gracia imaginarme lo que pensaría él hoy en día, al igual que otro personaje que aparece más adelante, el dueño de Bracebridge Hall, un caballero terrateniente (o Squire) que está empeñado en mantener las antiguas costumbres y tradiciones navideñas inglesas, las del campo y las que aprendió en Oxford. Creo que hoy en día sí que podrían quejarse por la pérdida de todas esas tradiciones y el espíritu navideño…

Después nos cuenta el viaje en un coche de punto, de servicio público, con dos indiscutibles protagonistas, el cochero, que se conoce el recorrido al dedillo, y el hacinamiento, porque todos quieren ir al lugar donde celebrarán las fiestas navideñas. A continuación, la llegada y las celebraciones en la casa donde le han invitado, la ya comentada Bracebridge Hall. Por cierto, más adelante Irving publicó Bracebridge Hall, con más historias de la mansión del terrateniente. Crayon es amigo de Frank Bracebridge, y como el padre es muy hospitalario (a la vieja usanza inglesa), no hay ningún problema para que celebre con ellos la Nochebuena y Navidad. Al igual que con no sé cuántos invitados más, que eso fue algo que me sorprendió. Me esperaba una reunión de la familia más cercana, y no que casi estuviera invitada media comarca.

Tampoco es que pase mucho, sobre todo se describen esas tradiciones que no deberían perderse y se dan pinceladas sobre algunos de los personajes, como Simon Bracebridge, que es el alma de la fiesta, tanto si está con niños, como con jóvenes o mayores, hombres o mujeres. El terrateniente me parecía demasiado anticuado, y que solo se «modernizaba» (o se saltaba alguna costumbre) cuando veía que el resto no entendían el espíritu navideño como él, en el sentido de que se le iba la celebración de las manos. Y no paraba de dejar muy claro qué pensaba de todas esas «moderneces». Como buen terrateniente, tenía el gran detalle de dejar que sus trabajadores y sirvientes también se divirtieran, pero por separado.

Casi ninguna de las costumbres las conocía. Solo la del beso bajo el muérdago, pero desconocía que cada vez que dos se besan hay que quitar una baya del muérdago, hasta que no quede ninguna y entonces ya no se pueden dar más besos… También sabía que acostumbraban a separarse las mujeres y los hombres en algún momento de la velada, aunque esa no es típica en Navidad, era lo normal en las cenas. Una vez que se marchan las mujeres, los hombres al parecer se divierten más porque tienen más libertad, ya pueden decir cualquier cosa sin contenerse, no van a ofender los delicados oídos femeninos. No explica qué es eso que no pueden oír las mujeres, no sé si porque no quería desviarse del tema de las tradiciones o por si alguna mujer lo leía. Como Crayon es un hombre, se lo pasa muy bien, pero no sabemos cómo se lo pasan las mujeres solas. O si ellas también se sienten más libres para hablar…

Lo que más me ha gustado han sido las ilustraciones (en la versión inglesa y castellana son las mismas), que son maravillosas. Las diseñó Randolph Caldecott y las convirtió en grabados J. D. Cooper, para una edición de 1875. No solo representó determinadas escenas, también los títulos o las letras iniciales. También me gusta la forma de narrar de Irving, que reconozco que ha hecho que me resultara bastante ameno. Con otro narrador creo que me hubiera aburrido o hubiera pensado que qué interés tenía realmente leer lo que estaba contando, pero gracias a sus descripciones y su fino sentido del humor, no se me hizo pesado. Además, creo que me gustó más porque tenía la impresión de que al narrador todo le parecía encantador: la naturaleza, los perros que acompañan a la familia, los pavos reales y otros animales del campo, la gran cantidad de gente que asiste, las diversiones más o menos espontáneas, el despliegue de comida…

¿A quién se lo recomiendo?

A quien quiera conocer las tradiciones navideñas inglesas en el campo, de hace doscientos años o más, desde el punto de vista de los ricos terratenientes. No se lo recomiendo a quien busque una historia tan emotiva como Cuento de Navidad (o Canción de Navidad, según la traducción), porque, salvo querer que regrese el antiguo espíritu navideño (aunque cada uno lo entiende de forma algo distinta), no veo en qué más sirvió de inspiración para Dickens.

Ritmo de lectura

Medio, porque no es una historia de las que me enganchan, pero es tan corto que no me duró casi nada (creo que tardé unos dos días).

¿Leerías algo más del autor?

Sí, porque me gusta su forma de narrar, incluso aunque el tema no me pareciera precisamente apasionante. Como mínimo quiero leerme La leyenda de Sleepy Hollow, pero seguramente leeré algo más.

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