Ana Karenina de Lev Tolstoi

Ana Karenina - Lev Tolstoi

La versión que me he leído forma parte de la colección «Las 100 joyas del milenio», de la Biblioteca El Mundo. En dos tomos, con prólogo de Isaac Montero. En la contracubierta utilizan un extracto de este prólogo como sinopsis (o para atraer a los lectores).

Sinopsis

[…] Lev Tolstoi es sobre todo el más grande novelista de su lengua y una de las cimas de la literatura universal. No solo moderniza la novela en Rusia, sino que despliega las más excelsas potencialidades del género. […] Aunque más de una novela de Tolstoi parezca un melodrama o un conjunto de estampas, el escritor pinta en sus mejores obras intensos y profundos frescos de vida que desbordan con mucho los límites del marco personal. Acomete esa pintura sirviéndose de un mundo que conoce a la perfección: los ambientes cortesanos y campesinos de la nobleza y la alta sociedad zarista. Y su dominio de tipos, situaciones, movimientos y propósitos le permite incorporar a sus historias algo más sutil que el aire: la forma en que se anudan los hilos de la voluntad y la emoción de un individuo con los de las criaturas vecinas.

¿Por qué me decidí a leerlo?

Tolstoi es uno de los pocos autores clásicos de los que no había leído nada. Sabía en parte qué pasaba en esta novela, y me parecía bastante trágica, así que no estaba entre mis prioridades leerla, pero al ver que La pecera de Raquel organizaba otra lectura conjunta en Twitter (la de Notre-Dame de París la disfruté mucho), decidí que era un buen momento para conocer a este autor.

¿Mereció la pena?

He descubierto que no es mi tipo de escritor. No porque sea un mal escritor. Todo lo contrario, me parece un narrador excelente, y en algunas partes me hizo sentir la angustia de Ana o las dudas de Levin o las contradicciones de Dolly casi como si fueran mías. El problema es que no satisfacía mi curiosidad. Cuenta situaciones cotidianas hasta el mínimo detalle, pero no explica otras. Como, por ejemplo, qué contiene una nota (o esquela, según tradujeron L. Sureda y A. Santiago) que desencadena una crisis en un matrimonio. Se intuye, pero no aclara exactamente ni quién es el autor o autora, ni qué contiene. Solo sabemos que a la esposa le queda claro que su marido es infiel. En otras ocasiones tardaba en contarlo, y lo hacía casi de pasada, como si no tuviera importancia. Y como yo, en todas esas ocasiones, tenía muchas ganas de saberlo (y casi siempre con más detalle), me sentía frustrada. Además, creo que eso influía en que se me hicieran más pesadas las escenas en las que realmente no pasaba nada especial, pero que sí describía detalladamente.

Aunque la novela se llama Ana Karenina, ella no tiene el protagonismo que me esperaba. Pero sí que es la que protagoniza las partes más trágicas. Otro personaje, Levin, me parecía que tenía mucho espacio en el libro, y probablemente más que Ana. Y eso que no existía mucha relación entre ellos, eran como dos tramas paralelas que apenas se rozaban. Creo que me hubiera gustado más si hubieran sido dos novelas separadas, una dedicada a Levin, que, por un lado, se muestra muy seguro en cuanto a cómo dirigir su finca, pero que para otros temas es un mar de dudas y no para de cambiar de opinión, como en su historia de amor. Y la otra, centrada en Ana, con su historia de amor y obsesión, que cada vez la hunde más y parece imposible que alguna vez pueda sentirse satisfecha. Tampoco me hubiera importado que acabara en la Parte 4 (tiene ocho partes), me pareció que podía haber sido un buen final (y precisamente coincidía con el final del Volumen I).

Lo que es innegable es que es un buen reflejo de la sociedad rusa acomodada, y también un poco de cómo vivían los campesinos, las consecuencias de dejar de tener siervos en el campo o el comienzo de algunos cambios políticos. Con los personajes masculinos, sobre todo con Levin, Tolstoi se detiene a contar muchos detalles cotidianos: los gastos que supone tener una casa en la ciudad, las discusiones sobre cualquier tema (pero sin llegar a perder amistades), las reuniones exclusivas de hombres, el sistema tan complejo que tenían en esa época para votar, las jornadas de caza (que por mí se las podía haber ahorrado), la pérdida de seres queridos y la llegada de otros, los rechazos en el amor, las carreras de caballos, la vida en el ejército, las deudas, los negocios, la burocracia…

Pero las escenas que más me gustaron fueron las que tenían que ver con las mujeres, aunque eran algo menos frecuentes. Me pareció muy capaz a la hora de dar voz a las mujeres, e incluso me sorprendió, por los temas y su grado de conocimiento. Como la frustración de tener que esperar a que sea el hombre el que se declare; el ostracismo social por no seguir las reglas de la sociedad (más estrictas para ellas); que casi la única solución para las mujeres sea casarse; su capacidad de aguantar un matrimonio infeliz; ser las encargadas de los niños y cuánto tienen que sacrificar por ellos, pero también la posibilidad de quedarse sin ellos; lo incómodas que pueden ser las atenciones de algunos hombres; o que algunas mujeres consiguieran una cierta independencia, sobre todo al llegar a cierta edad. Lo que más me sorprendió fue que un personaje secundario abogara por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres (y era un hombre).

También me impactaron las historias de amor (o desamor), porque ninguna me gustó, la mayoría creo que hoy en día se llamarían relaciones tóxicas. Avisaba Tolstoi con la frase del principio: «Todas las familias dichosas se parecen, y las desgraciadas, lo son cada una a su manera». Y creo que es precisamente en las historias amorosas donde más se nota. El resto son pequeñas desgracias, que podría pensarse sencillamente que así es la vida. Pero en el terreno amoroso… Demasiados celos, demasiado sentido de la posesión, demasiada desesperación por no ser correspondidos (o creer no ser correspondidos), demasiado ceder uno y nada el otro… Y, lo más curioso, que, existiendo la separación y el divorcio, se tomaran el matrimonio como algo casi indisoluble.

¿A quién se lo recomiendo?

A gente que quiera leer un clásico de la literatura o conocer cómo se vivía a finales del siglo XIX en Rusia.

Ritmo de lectura

Lento. Y si no llega a ser una lectura conjunta probablemente lo hubiera acabado dejando poco a poco… Pero por tener programado qué capítulos leer cada día (gracias al calendario que preparó Raquel), que fueran pocas páginas por día, y que podía comentar con más gente mis sensaciones, conseguí no dejar abandonado el libro.

¿Leerías algo más del autor?

Igual algún día me atrevo con Guerra y paz, pero lo veo más probable en un futuro bastante lejano. El libro que sí que me ha despertado interés es La muerte de Ivan Ilich, que es una novela corta y que escribió cuando ya era un convencido pacifista.

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