Sinopsis
¿Qué harías si, tras haber sobrevivido a la que creíste que era la prueba más dura que podías soportar, el destino te llevara otra vez al límite?
Para la inspectora jefa Ana Arén no hay tregua: después de que resolviera el caso que prácticamente acabó con ella, debe enfrentarse a un reto endiablado, el asesinato de una de las mujeres más famosas de España.
Siempre cuestionada por su superior, al frente de un equipo que aún no confía en ella y con el foco mediático sobre la investigación, Ana se ve de nuevo ante un crimen aparentemente irresoluble en el que el tiempo y el pasado se empeñan en jugar en su contra.
Tras el éxito de No soy un monstruo (Premio Primavera de Novela 2017), traducida a varias lenguas y que será llevada a la pantalla, Carme Chaparro se consolida con La química del odio, su segunda novela, como una de las autoras más interesantes y arriesgadas del thriller en español.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque me gustó su anterior novela, No soy un monstruo.
¿Mereció la pena?
En general sí que me ha gustado, y eso que no me apetecía mucho que repitiera tantos personajes de la novela anterior. La autora hizo una encuesta en Twitter preguntando qué prefería la gente para su segunda novela: cambio de personajes o continuar con ellos. Yo voté por el cambio, pero ganó la otra opción. Y en este segundo libro aparecen varios personajes de No soy un monstruo, y no solo los personajes encargados de la investigación. Esto hace que sea un poco difícil escribir una sinopsis sin destripar el libro anterior (que es algo que no quiero hacer, por si alguien no se ha leído la primera novela).
En esta novela la autora ha tejido un caso más complicado que en la primera. Y eso me ha gustado mucho, adoro los casos complicados, con muchos sospechosos, y/o con crímenes que parece imposible que se hayan podido cometer, como son los de cuarto cerrado o similares. Además, la investigación me ha parecido más profesional (aunque con tantas implicaciones personales y trabas era difícil). En su primera novela creo que priorizó más los sentimientos de los personajes, algo que también me gustó, pero eso hizo que me resultara demasiado abrumadora. No es que este libro sea agradable, también cuenta cosas duras, pero no sentí la necesidad de parar de leer para reponerme.
Si en la primera novela me pareció valiente por tratar un tema tan difícil como lo que le puede pasar a un niño pequeño, en este caso creo que también ha arriesgado centrando parte del caso en el mundo televisivo. No sale muy bien parado este mundillo, y, teniendo en cuenta que ella trabaja en televisión, algunos o algunas podrían haberse sentido identificados o incluso molestos. O igual no, porque puede que haya exagerado mucho. También aparece reflejado el mundo de los poderosos, intentando parar o ralentizar una investigación.
Me resultaron llamativas algunas cosas en la historia. Como los buenos samaritanos que van a informar a la policía. Creo que es algo poco frecuente en las novelas policíacas, o por lo menos yo recuerdo pocos casos. Lo más frecuente es que los policías busquen a los testigos, que en muchos casos no quieren colaborar, y si tienen algo que esconder, tratarán de engañarles. Y si aparece algún testigo deseoso de ayudar, puede que se trate del asesino, tratando de entorpecer o enterarse de cómo va la investigación. En esta novela no, son simplemente personas con ganas de colaborar. También me resultó curioso que necesitaran mucha ayuda informática, pero casi todo lo consiguen fuera de la policía. Si eso es real, la policía tiene que modernizarse.
Como en la novela anterior, existe una conexión entre la persona responsable de los crímenes y la investigadora principal y protagonista, Ana Arén. Y, aunque puede ser una manía mía, prefiero los libros de suspense o misterio en los que las personas que investigan no tienen tanta conexión con las víctimas o con los culpables. O que directamente no tengan ninguna. Por algunas cosas que pasan al final, me parece bastante claro que escribirá un tercer libro, con los mismos personajes, y otra vez Ana Arén se verá afectada personalmente. Pero como me gusta la forma de escribir de Carme Chaparro, y las historias que crea, eso no hará que deje de leer sus novelas.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que les gusten los thrillers en los que los investigadores están muy implicados porque les afecta personalmente. Y a los que disfruten estando enganchados a un caso complejo. Creo que es casi imprescindible haber leído el anterior antes de empezar con este.
Ritmo de lectura
Me pasó una cosa bastante curiosa. Cuando empecé a leer el libro, tras unas pocas páginas no conseguí que me enganchara. Lo dejé unos días, leí otros libros, y al retomarlo sí que me enganché. Y entonces el ritmo fue muy rápido.
¿Leerías algo más de la autora?
Cuando saque la tercera entrega seguro que me la leo. Y si es algo diferente, probablemente también.