Sinopsis
Si hay algo peor que una pesadilla es que esa pesadilla se repita. Y entre nuestros peores sueños, los de todos, pocos producen más angustia que un niño desaparezca sin dejar rastro. Eso es precisamente lo que ocurre al principio de esta novela: en un centro comercial, en medio del bullicio de una tarde de compras, un depredador acecha, eligiendo la presa que está a punto de arrebatar. Esas pocas líneas, esos minutos de espera, serán los últimos instantes de paz para los protagonistas de una historia a la que los calificativos comunes, «trepidante», «imposible de soltar», «sorprendente», le quedan cortos, muy cortos. Porque lo que hace Carme Chaparro en No soy un monstruo, su primera novela, es llevar al límite a sus personajes y a sus lectores. Y ni ellos ni nosotros saldremos indemnes de esta prueba. Compruébenlo.
¿Por qué me decidí a leerlo?
Porque es una novela de misterio, no paré de verlo en redes sociales y la autora, Carme Chaparro, me gusta como presentadora y también por sus artículos de opinión, así que no me pude resistir a leerlo.
¿Mereció la pena?
Sí, porque me gusta cuando una novela me engancha. Y esta lo ha hecho, gracias a la forma que tiene de escribir la autora, que me ha parecido cercana. Pero igual que he estado enganchada, también he sufrido por la trama y las subtramas. Creo que es una escritora que se arriesga, porque, en general, cuando en las tramas de misterio salen niños, suelen ser más “edulcoradas”, pero en este caso más bien me ha parecido todo lo contrario. En algunas ocasiones pensaba que se excedía con la crueldad de las situaciones que viven los personajes.
Lo de menos es la investigación, la autora se centra más en cómo se sienten los personajes y lo que piensan, más que en seguir pistas, interrogar a los testigos o sospechosos, o pensar en posibles hipótesis. A veces me parecía que se recreaba demasiado en lo que sienten las dos protagonistas, resultaba abrumador tanto sentimiento, tanta culpa, tanta desesperación… Que es algo que no es muy frecuente en las novelas de misterio, la acción normalmente no permite que los personajes se centren mucho tiempo en cómo se sienten.
Me ha gustado mucho que cada personaje, incluso los secundarios, tengan una forma de hablar característica, según su personalidad y sus circunstancias, y se distingue bien quién está hablando, aunque el diálogo sea largo. Y parecen personas reales, que te podrías encontrar por la calle. Lo que no me ha gustado tanto es que “perdiera tiempo” presentando personajes que ya había presentado antes. No sé, igual es bueno si te tomas tu tiempo y no lees muy seguido el libro, para no perderte. Pero como yo estaba enganchada me aburría que me recordara otra vez quién era y qué hace tal o cual personaje.
También tiene partes para reflexionar: sobre la amistad, el amor de madre, la familia, los secretos, los medios de comunicación, la ambición a nivel laboral, la culpa… Aunque con algunas reflexiones me sorprendía, como cuando explica que lo que a la gente le gusta o le da morbo es ver sufrir a otros. Por ejemplo, si se pierde un niño en un centro comercial. Se supone que la gente sigue la noticia por ver sufrir a los padres. Que igual es verdad en bastantes casos, pero me cuesta entenderlo, sobre todo si se trata de desconocidos que «no te han hecho nada».
En general toda la trama me sorprendió, y el final, con la resolución, también. Hasta bastante avanzado el libro no me imaginaba qué pasaría, aunque sí que tenía claro que algunas conclusiones que manejaba la prensa o la policía no tenían mucho sentido. También me sentí un poco “engañada”: las razones de la persona que no se considera un monstruo a pesar de lo que ha hecho (de ahí el título) me parecieron bastante increíbles. Pero eso probablemente es cosa mía, igual hay gente que sí que es así y yo no soy capaz de comprenderla.
¿A quién se lo recomiendo?
A los que busquen una novela que enganche y que sorprenda, pero al mismo tiempo que estén preparados para leer situaciones duras.
Ritmo de lectura
Rápido, porque estaba enganchada, pero a veces tenía que parar porque me resultaba muy dura. Tanto sentimiento, con niños involucrados… me resultaba abrumador. Y cuando me siento abrumada tengo que parar la lectura y recuperarme.
¿Leerías algo más de la autora?
Sí, ya tengo pensado leer su siguiente novela, La química del odio. Dicen en las redes sociales que es mucho mejor que este, así que a ver qué tal.